Capitulo 11: Lo siento

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Cuando abro los ojos, lo único que soy capaz de notar es que tengo la cara empapada de lágrimas.

Me recuesto sobre los codos y me doy cuenta de que ya no estoy en el salón, alguién me ha movido hasta mi habitación.

Me dejo caer de nuevo sobra la cama, y cierro los ojos con un suspiro. Con una mano, limpio mi cara.

Me quedo ahí, quieta, sin saber exactamente qué pensar. Verlos ahí, a todos, juntos, es... Doloroso.

Mis ojos se llenan de lágrimas que no me molesto en contener. De todas formas, ¿para qué? Me pregunto por qué simplemente no dejé que todo pasara, hacer como si nada, seguir igual.

Habría sido mucho más fácil. No habría tenido que cambiar. Y ahora... Quizás ahora estuviera todo bien.

Quizás estaría en casa de mis padres, arreglandome para salir por ahí con las chicas, leyendo un mensaje de Dean, planeando alguna locura con Mason...

¿Por qué simplemente no lo dejé pasar? ¿Por qué tuve que dejar que me afectara tanto?

A través de la puerta, se filtra la luz de fuera, y puedo distinguir como voces hablan en un tono bajo.

De repente, esta se abre, haciendo que me sobresalte y aparte mi mirada hacia otro lado.

Aparece la persona que menos me esperaría en este momento, mi hermano. ¿Qué hace él aquí? ¿No me odiaba?

Lloro más fuerte, dejando escapar sollozos, ya sin importarme si alguien me oye. Mientras, con mis pensamientos fluyendo a toda velocidad, me replanteo todo.

Y me doy cuenta de algo. Yo he sido la mala de la historia. He pasado dos años culpando a otros de lo que en realidad es culpa mía.

Yo no dejé que Dean explicara sus motivos, ¿cómo iba a él a enfrentarse con su padre simplemente por una tonta adolescente que se encontró un día de verano? Y Mason, Dean era su mejor amigo. Obvio que no podría traicionarlo.

Y las chicas... Ellas no tuvieron la culpa de nada, y aún así me empeñé en alejarlas. Ashton... Si a él le hace feliz casarse con la arpía, debería apoyarlo, es su vida.

Duele. Duele como si te clavaran la punta de un cuchillo y cada vez fueran más y más abajo. Duele darte cuenta de que el problema lo tienes tú.

Ashton se sienta a mi lado y me abraza, sin embargo, no soy capaz de corresponderle. ¿Cómo hacerlo, cuando he destrozado una de sus mayores ilusiones?

-Lo siento -intento decir. Él asiente, dandome a entender que todo está bien.

Pero seamos realistas, nada está bien.

Me levanto, apartando los más delicadamente que puedo sus brazos de mi, y camino hasta la puerta del apartamento, consciente de que estoy medio en pijama y con la cara roja y empapada.

-Lo siento -digo en general hacia todos, que se encuentran en el salón hablando, y después salgo del piso.

No se exactamente qué estoy haciendo, solo tengo la imagen de un destino en mi cabeza, y camino por las calles buscandolo.

Finalmente, llego delante del edificio abandonado. Subo con cuidado por las antiguas escaleras de incendio, intentando no mirar hacia abajo. Llego a la azotea y me acerco hasta el borde.

Subo mis piernas sobre el muro y me siento. Me limpio las lágrimas de la cara.

Y sonrío.

Toda la ciudad se ve a través de la noche, iluminada. Cuando era más pequeña, solía venir con mi hermana. Nos sentábamos aquí y pasabamos horas en silencio, o hablando.

Cuando El Otoño LlegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora