Capitulo 10: Problemas

1.2K 84 8
                                    

Entro en casa cerrando la puerta de un portazo.

-¿Qué tal ha ido todo? -la voz de Pali no se tarda en oír a través del pasillo.

-Creo que habría sido mejor llevar a cabo el plan b -digo suspirando mientras me tiro en el sofá.

-¿Había plan b? -pregunta mi amiga, que entra en el salón llevando un moño bastante desaliñado.

-Cambiarme de identidad y mudarme a otro continente -digo, mi voz suena opacada debido a que tapo mi cara con un cojín.

Pali pone los ojos en blanco y me quita el cojín de la cara. Después se sienta a mi lado, enciende la televisión y, tras lo que parece una eternidad, abre la boca.

-¿Te han dicho alguna vez que eres una exagerada?

-De vez en cuando -contesto encogiendome de hombros.

Le cuento toda la historia a mi amiga y con cada palabra me voy sintiendo peor. Definitivamente, no debería haber hecho eso.

¿Cómo se me ocurre? Travis debe de odiarme, y a saber que pensará Dean. ¿Por qué soy tan idiota?

-Diría "Te lo dije", -comenta Pali cuando finalizo todo- pero sería demasiado cruel. Nah, te lo dije.

La miro con los ojos entrecerrados y me tiro sobre la alfombra de una manera extraña. La verdad, ni yo se por qué he hecho eso.

-¡Mi vida apesta! -exclamó desde el suelo.

-Tu vida no apesta. Apestas tú, deberias ducharte.

Hace un gesto de que huelo mal, y después se tumba en el sofá y finge que se está ahogando. Al final, no puedo evitar reírme.

Esta chica tiene serios problemas mentales.

-Deberían darte el premio Nobel a la mejor amiga del mundo -comento con sarcasmo mientras ruedo los ojos.

-Lo sé -dice echandose el pelo para atrás, a lo que niego con la cabeza.

-Bueno, voy a estudiar -digo intentando levantarme del suelo, pero ella me lo impide subiendose de pie sobre mi culo. -¡Ey!

-De eso nada, Maddy. Ahora vamos a arreglar la estupidez que has hecho -dice.

-¿Cómo? -pregunto un tanto desconcertada.

-Eso dejamelo a mí -sonríe maliciosa y después desaparece de la habitación dejando una risa maligna tras de si.

Ay, señor, donde me he metido.

Media hora más tarde, me encuentro con el pelo cubierto de chocolate, la cara manchada de harina y un bol menos en la despensa.

A mi increible e inteligente amiga (notese mi sarcasmo) se le ocurrió que la mejor forma de hacer que Travis me perdone era cocinándole un brownie.

Se le olvidó lo más importante de todo: no sabemos cocinar.

-¿Qué clase de persona quema el chocolate? -me pregunta mientras mira con el ceño fruncido la cacerola que tengo en las manos.

Oh, si, se me olvidó mencionarlo. A Tarvis no le gusta el chocolate, solo el blanco, asi que el brownie iba a ser asi... Hasta que quemé el chocolate. En mi defensa diré, que no sabía que se pudiera quemar.

-La misma clase de persona que no sabe usar una batidora y deja todo perdido de masa -la acuso, señalando mi preciosa cocina.

-En fin... Deberíamos haber pedido pizza y dejarnos de esto -señala.

-Genio, ya me has hecho gastar la mitad de mi despensa. Ahora terminaremos el brownie aunque sea lo último que haga.

Finalmente, y tras otro plato roto, conseguimos terminar el postre... Si es que a lo que sea que hayamos preparado se le puede llamar así. Solo espero que mi vecino no se intoxique.

Cuando El Otoño LlegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora