Capitulo 25: Quiero recuperar a mi hermana

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-¿Qué? -pregunto, confundida.

-Mira su mano.

Llevo la mirada hasta la pálida mano que está posada sobre la cama. Al principio no logro distinguir nada, pero entonces noto el leve movimiento de sus dedos.

Los ojos se me empiezan a aguar, algo que hace que me enfade un poco conmigo misma por ser tan sensible y llorona, al menos últimamente. Aparto esos pensamientos a un segundo plano mientras me agacho frente a mi vecino.

-Travis -es lo único que soy capaz de murmurar una y otra vez, mientras una sonrisa se extiende por mi cara.

La mano de Mason se coloca sobre mi hombro. Miro a mi amigo, y este me está sonriendo. Me levanto rápidamente y le abrazo, sin poder contener la emoción.

-Gracias, no se que demonios has hecho pero gracias -le digo.

-Yo no he hecho nada, ese chico quiere volver para estar contigo.

Dejo a mi amigo y me acerco de nuevo a la cama de Travis. Suavemente, aparto unos mechones de pelo rebeldes de su frente.

-Sabía que ibas a despertar -le digo, más segura que nunca de que me escucha, de que está intentando volver conmigo, como dice Mason.

-¿Qué hacemos? ¿Avisamos a los médicos? -pregunto después de unos instantes de silencio.

-No creo que eso sea buena idea. La última vez te tomaron por loca.

-A lo mejor lo estoy. A lo mejor esto son solo imaginaciones y realmente estoy loca.

-Eso no explica que yo lo haya visto también.

-Claro que sí, todos sabemos que estás demente -le digo.

Me lanza una mirada ofendida y se lleva la mano al pecho, fingiendo estar dolido.

-De todas formas, mejor no llamemos -me dice.

Asiento levemente con la cabeza, mientras sigo acariciano suavemente el pelo de Travis.

La alegría me invade por dentro, comiendome lentamente y haciendo desparecer cualquier preocupación. Solo quiero volver a ver los ojos del idiota, y después ya veré que hago con mi vida.

-Deberíamos irnos -dice Mason, rompiendo el silencio.

-No quiero -digo frunciendo el ceño.

-Nadie sabe que estamos aquí, Maddy. No es buena idea quedarse.

-Pero quiero quedarme -digo cruzandome de brazos.

-Mañana a primera hora estarás aquí, te lo prometo. Ahora, vamos -dice, saliendo de la habitación.

Suspiro, sin ninguna alternativa. Me levanto de mi sitio en el suelo y deposito un suave beso en la frente de Travis, prometiéndole volver mañana.

Sigo a mi amigo a través de los pasillos del hospital hasta que salimos al aparcamiento. Me mantengo con la mirada gacha, sin demasiadas ganas de irme de aqui. No podría soportar que Travis despertara y yo no estuviese ahí para verlo.

El camino hacia casa es silencioso, pero no incómodo. Cada uno se encuentra sumergido en sus propios pensamientos.

-¿Te vas a quedar a dormir? -le pregunto a Mason cuando ya está aparcando.

-Si, he traido provisiones -dice guiñandome un ojo.

La siguiente semana pasa rápida y sin novedades. Travis no ha vuelto ha hacer ningún movimiento, y los médicos, que siguen sin creer que me apretara la mano, empiezan a perder la esperanza de que despierte.

Cuando El Otoño LlegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora