Salí de la casa de James furiosa por el mal momento que había pasado a su lado. No podía creer que todos hubieran actuado de esa manera. Vaya que burlarse de mi en esa forma era algo que o podía permitir. lo único de deseaba era poder despegarme un poco del mundo externo e ir a algún sitio donde pudiera desestresarme un poco y pensar en mis errores. Necesitaba un lugar tranquilo y serio, donde nadie me reconociera y nadie pudiese molestarme. Ya veo a James búscandome el día de mañana y pidiéndome perdón por sus acciones, pero ¿qué se ha creído ese idiota? hay días que no sabe comportarse o se deja llevar por los demás.
Pensé en la biblioteca del centro de la ciudad, creo que era buen lugar, ahí nadie podría molestarme y menos entablar charlas, ya que no estaba de humor y lo que menos quería era toparme con gente conocida. Así que sin pensarlo más, me dirigí al centro de la ciudad. Desembolsé las llaves de mi auto, me monté en el y lo encendí para emprender rumbo al lugar que tanto necesitaba.
Una vez allá comencé a buscar algo para poder desprenderme del mundo, tome un libro llamativo, a mi parecer, y dí inicio a mi lectura envolviéndome en palabras.
Habían pasado dos horas cuando mi estomago comenzó a pedir comida y no podía seguir negándomelo. Hacía desde medio día que no me posaba un buen trozo de alimento en mi boca, por lo que sin pensármelo dos veces dejé aquel libro inconcluso en estantería y me aproximé a la salida de la biblioteca para buscar un buen establecimiento donde pudiese alimentarme un poco. Analicé mi ubicación y recordé que a dos cuadras de la biblioteca yacía un excelente establecimiento de comida rápida. «excelente» me dije a mi misma y emprendí mi camino hacía aquel dichoso restaurante.
Decidí no tomar el coche ya que volvería a la biblioteca y no iba a manejar dos cuadras del lugar. Las calles eran frías por lo cual el clima obligaba a salir bien abrigado si no querías cargarte un buen resfriado. El sol ya se había ocultado apesar de ser las 6:00 de la tarde por lo que la noche oscura mantenían una calle vacía y sin vida.
Me aproximé a la primera cuadra y al girar noté como la sombra de un hombre se posaba en la próxima esquina. No le tomé importancia y continúe aproximándome al individuo con el objetivo de pasar desapercibida por su costado y llegar a mi destino. Supe que todo se había ido a la mierda cuando aquel sujeto volteo un poco para verme de reojo y note que no era cualquier persona, que a decir verdad, nisiquiera se le podría llamar persona. Se trataba de ese maldito vampiro que para mi mala suerte, siempre me topaba cuando mi día no iba muy bien que digamos. Su cabello largo y oscuro se perdía entre ángulos conforme la negrura se atravesaba en la mira. Su piel pálida y blanquecina otorgaban un contraste perfecto con unos ojos penetrantes portadores de un rojo carmesí. Traía encima lo mismo de siempre, una camiseta negra, pantalones con un tono grisáceo oscuro, botines de cuero y como un extra, una gabardina de piel negra, vieja y rasgada.
Me detuve a unos pocos metros de él, fijando mutuamente nuestras miradas. Él como siempre se mostraba demasiado pasivo, neutro. Jamás podía descifrar lo que pensaba. Su rostro nunca demostraba signos de emociones lo cual lo caracterizaba como un vampiro frío y serio. ¿Su nombre? Nikolas y conforme lo que sabia de él, no era un vampiro común y corriente.
-Vaya, vaya... ¿A quién tuve el placer de encontrarme nuevamente?- mencionó inexpresivo girándose poco a poco hacía a mi para hacerme frente.
Le miré con desprecio y sin quitarle los ojos de encima espeté.
-¿Qué mierda estas haciendo aquí? Por lo visto no te cansas de buscar problemas.
Nikolas comenzó a reír pero sin llamar la atención.
-La verdad es que si estaba buscandote. Me caíste bien la primera vez y necesito pasar el rato con alguien.
Me quedé seria y mi respiración se acelero un poco. Nikolas notó mi cambio al instante ya que pude ver como hubo una media sonrisa casi visible en su rostro. Llevé mis manos hacía donde esos colmillos se posarían próximamente si realmente no pensaba en algo ya.
ESTÁS LEYENDO
Instintos
Teen FictionFormando parte de un gremio de cazadores, Margaret Browning tendrá que enfrentar diversas adversidades que pondrán a prueba su seguridad como cazadora; de las cuales la obligarán a tomar la decisión más difícil de su corta existencia: renunciar a su...