8.Asking for it

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Estaba en una pradera, era de noche y no podía ver muy bien a mi alrededor. El cielo comenzó a rugir amenazandome con iniciar con una tormenta eléctrica, mientras tanto comencé a caminar por el lugar. Me quedé quieta cuando lo vi a lo lejos, muy tenuemente y al frente mio.

—¡Nikolas!— Grité lo más fuerte que pude pero apenas y yo me escuchaba. Continúe gritando hasta que él se giró y posó su mirada en mi.

—Ven aquí— simplemente mencionó sin esforzarse y casi en un surruro pero pude escucharlo tan claro, como si estuviera tan cerca de mi.

Obedecí ante sus palabras e intenté correr hacía a él pero las piernas no me respondían. Seguía luchando, pero era inútil. Algo me detenía.

—¡No puedo!— grité nuevamente con la esperanza de que hubiese algo para ayudarme.

Nikolas seguía viéndome y pude escuchar mencionar por su parte "no puedes, porque no quieres" Tras sus últimas palabras me dió la espalda y comenzó a caminar hasta perderse entre las sombras. Mi anonades, comenzó a notarse cada vez más y bajé lentamente mi mirada para observar que estaba de pie encima de un vidrio, y este a su vez, estaba encima de una fosa común repleta de cadáveres. 

Eran los integrantes del gremio.

Mi cara se lleno de miedo y horror cuando...

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Desperté de golpe en la camilla de mi habitación. Estaba sudando pero no me moví, simplemente me quedé asimilando el sueño e intentando descifrar porque había soñado tal cosa. Así estuve durante unos minutos. Hundida en mis pensamientos tal y como siempre lo hacía. Salí de trance y me puse de pie. Realmente me sentía mejor el día de hoy, ya casi ni sentía los golpes y rasguños. El levantarme de la cama no me había dado problemas en lo absoluto. Caminé hacía la ventana y comencé a observar a la gente que esperaba en las afueras del hospital. Eran... tan normales. Pude observar como una madre cargaba felizmente a su bebe y mientras lo estrujaba en su pecho. Un hombre que parecía ser su marido, los abrazaba a ambos cariñosamente y posaba un ligero beso en la frente de la mujer. Se veían tan felices.

La enfermera entró por la puerta para romper con la ilusión y dejó la bandeja con comida que llevaba en la cama.

—Señorita ¿qué hace de pie tan temprano?— me preguntó mientras se acercaba a mi rápidamente y me llevaba de regreso a la cama.

—Estoy bien, descuide. Me siento muchísimo mejor.— Comenté despreocupadamente y me senté en la cama.

—Yo se que quiere demostrarnos que ya se siente mejor, pero si se lastima no podrá irse de aquí.

Acercó la bandeja hacía a mi, casi diciéndome con acciones que ya desayunara.

—Tienes razón, lo mejor será no esforzarme.— sonreí amablemente y tomé la bandeja de comida.

Comencé a comer cuando la enfermera se retiró para dejarme nuevamente sola en la habitación. Luego de unos minutos, entró James por la puerta. Por lo que me quedé viéndolo fijamente algo sorprendida.

—¡Vaya! Si que te tomaste en serio lo de venir a primera hora.— comenté jugetonamente mientras se reía ante tal comentario.

—Sip. Realmente no bromeaba.

Seguía viéndolo con una sonrisa pero luego apareció una duda en mi cabeza.

—Hey... ¿Qué ha pasado con Jack? ¿No te ha preguntado nada?— pude notar que la sonrisa de James se iba apagando con tal comentario.

—Si pero... — Estaba serio y se veía reprimiendose a si mismo, como si no supiera decir lo siguiente.— Él no sabe lo que en realidad pasó. Le dije que simplemente te habías puesto mal y cree que estas en tu casa... descansando.

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