12.Courtesy call

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Apunté mi arma al chico de aparentes  17 o 18 años de edad. Tenía la mirada perdida y una sonrisa de oreja a oreja. Le notaba alterado y ansioso lo que me hacía pensar que lo más probable es que sea un humano que se transformó y que no controla aún sus instintos por lo que en estos momentos ansía beber más sangre.

Me asquee al ver como se relamía sus manos bañadas en sangre aún sin quitarme la mirada de encima. Había destrozado a su víctima al intentar alimentarse y su cuerpo permanecía tendido en el suelo, con el cuello abierto prácticamente al descubierto. Justo como la escena gore de alguna película bizarra y grotesca.

Los vampiros primerizos como en este caso, por lo general nacen cuando la víctima es mordida pero no muere, muchas de las veces por descuido del agresor. Cuando la víctima no bebe la sangre de su progenitor antes de la transformación, se convierte en un ser sin razonamiento. Por lo que eso los convertía en seres de cuidado. Eran más débiles que los vampiros comunes, pero no por eso había que bajar la guardia, ya que suelen ser más impulsivos y violentos, podrían matar a un humano de un buen golpe. Nunca se sabía como llegarían a reaccionar. Podían ser capaces de todo a cambio de un poco de sangre.

Terminó se limpiarse con su lengua justo como un gato se acicala después de comer y se acercó un paso a mi aún sonriendo y jadeando por el éxtasis del momento. Tal acción me obligó a retroceder de igual modo. Coloqué la mira de mi arma en su cabeza para acabar con esto de una vez, pero se movió tan rápido que me obligó a apartarla hacía un lado. Por un momento quedé atónita al verlo acercarse, pero antes de que llegara a mi, solté un golpe con mi arma, tan duro, que por inercia pasó por mi costado en dirección al suelo.

No bajé la guardia y por su puesto que él tampoco lo hizo. Ambos reaccionamos. Él de un giro rápido se volvió a mí y yo saqué la navaja de mi bota para cuando este se abalanzó encima de mi. Ambos caímos al suelo. Él encima mio gritaba gutural, y con desesperación intentaba acercarse, mientras que de su cuello corría sangre a chorros. Había clavado mi navaja en su cuello y la mantenía clavada haciendo presión sobre este para causarle el mayor daño posible.

Ambos seguíamos forcejeando hasta que comencé a sentir que la fuerza de mi oponente flaqueaba cada vez más. Su debilidad ante la perdida de sangre se hacía cada vez mas notoria. Fue hasta después de un momento que aquel vampiro ya no respondió. Aproveché el momento para quitármelo de encima antes de que despertara, ya que eso no mataría a un vampiro. Lo más probable es que sus fuerzas sean nulas en este momento y este intentando recobrarse.

Tomé mi arma del suelo y ya sin desperdiciar el tiempo que después me podría costar caro, apunté a su cabeza y acabé con su vida de una vez. Aquel cuerpo que anteriormente permaneció a un humano, se comenzó a agrietar de poco a poco. Sus grietas emanaban luz tenue y así fue hasta que entre tantas grietas, estas comenzaron a quebrarse entre sí y a colapsar convirtiéndose en polvo que el aire no dudo en esparcir y desaparecer.

Veía atentamente la situación. Su muerte. Su forma de perecer era tan bella, me deleitaba ante tales escenas. Pero quel forcejeo que pareció eterno me había agotado demasiado. Jadeaba y yacía encorvada, recargando mis manos en mis rodillas intentando descansar un poco y a nivelar mi respiración.

Recogí mi cuchillo del suelo. Yacía empapado en sangre aún, pero no me importó y lo guardé nuevamente en una de mis botas.

Regrese a mi automóvil y ahora sin ninguna otra distracción regresé a mi hogar a descansar.

xxx

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