¿Desde cuando me había convertido en un presa más del pánico y la desesperación?
Jamás me había preocupado tanto por algo en especial. Por lo general, mi firmeza se hacía presente y alzaba el rostro para esperar el golpe. Eso, sí era una situación en la que estaba destinada a perder. Mientras tanto, buscaba la manera de salir del problema y mejorar la situación. Jamás trataba de huir. La cobardía era una acción que aborrecía en lo más profundo de mi interior, solo las personas impotentes recurrían a ella, gente que era débil y prefería mantenerse oculto a la oscuridad. Eso era la cobardía.
Pero en estos momentos, todo se hacía presente. El miedo, el pánico, la desesperación, la impotencia, la debilidad. Todo se me venía encima y sentía que me asfixiaba.
Escuchaba mi propia respiración la cual, trabajosamente llenaba de aire mis pulmones. Una respiración ruidosa y entre cortada que incluso el hombre pálido de ojos claros podía escuchar a la perfección. Mis manos temblaban y sudaban. Un pequeño sentimiento electrificante recorría mi cuerpo en cada momento.
¿Cómo se supone que tengo que reaccionar?
Se acabó el tiempo.
Nikolas reaccionó antes que yo y en un movimiento rápido ya lo tenía encima de mí. Tan cerca y nuevamente su aliento, el cual hacía presencia en mi cuello, me advertía de lo que estaba por venir.
«¿Me matará?»
¡No! No lo iba a permitir. Es cierto que sentía algo por él, pero tampoco iba a permitir que abusara de mí. ¡no señor!
Intenté retroceder, guardar distancia pero sus brazos ya me tenían rodeada y aprisionaba su cuerpo contra el mio. Vi al sujeto de ojos claros, lejos de nosotros con una sonrisa maliciosa y perversa, como si todo esto fuera obra de él. Como si con aquellas palabras hubiera penetrado en lo más profundo de Nikolas y lo hubiera obligado a reaccionar de esta manera.
Llevé mi mano derecha a una de mis bolsas del pantalón y saqué mi pequeña navaja, aquella que siempre me respaldaba. La tomé fuerte en mi mano y ya sintiendo el roce de los colmillos de Nikolas contra mi cuello, clavé el puñal en su estomago.
Escuché un pequeño quejido por parte de él.
Una de sus manos fue a encontrarse con la mía la cual presionaba la navaja contra su cuerpo. Aquellos ojos que habían permanecido idos y en algún momento y hasta opacos, me dirigieron una mirada de confusión. Aquellos ojos que en este momento estaban más que vivos, relucian con dolor y molestia, aquel rojo carmesí propio de Nikolas, que una vez había hecho presencia regresó a su persona.
Retrocedí y me quedé viéndolo. Apunté mi arma hacía él cabizbajo y presioné el gatillo sin miedo alguno esperando dar a mi blanco con éxito.
Nikolas reaccionó, y en un esquivo la bala pasó por un costado impactando en el pecho del hombre de que había sido culpable de que Nikolas intentara hacerme daño.
Un gran agujero se hizo presente en su cuerpo, quedó inerte con una mirada estupefacta por mi acción. Nikolas y yo veíamos fijos la escena. Su facción cambió al instante. El odio y la ira salieron a relucir, y presionando sus dientes ensangrentados por su propia sangre, gruño en cólera.
Un paso trabajoso por parte de él alertó mis sentidos. Después otro y otro. Tragué grueso. Cargué mi arma nuevamente pero cuando cuando estaba por apuntarla al mi objetivo Nikolas me lo impidió.
Aquel sujeto desquiciado y herido reía sin motivo alguno mientras se acercaba a nosotros a paso lento.
—¿Creen que con eso me va a detener? ¡voy a matarlos a ambos!
![](https://img.wattpad.com/cover/57175138-288-k524058.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Instintos
Novela JuvenilFormando parte de un gremio de cazadores, Margaret Browning tendrá que enfrentar diversas adversidades que pondrán a prueba su seguridad como cazadora; de las cuales la obligarán a tomar la decisión más difícil de su corta existencia: renunciar a su...