15.Hysteria

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Giré mi mirada hacia James. Aún permanecía inmóvil. El viento se hacía cada vez más helado por lo que le reproché al invierno el porqué tenía que hacer entrada. Me encaminé hacía mi compañero con la intensión de auxiliarlo, deseando que estuviera vivo y de esa manera llevarlo a algún hospital pero Nikolas no me lo permitió. Tomó una de mis manos por la muñeca y me detuvo. Volví su mirada hacia él y el negó con la cabeza.

—Déjalo morir.

—No puedo hacer eso.— respondí un poco asombrada ante tal reacción de su parte.

—Si vas y me demuestras que está vivo, no dudaré en ir a matarlo de un vez por todas.

—Acaso pretendes que deba dejarlo ahí tirado, probablemente vivo y que el gremio me cuestione sobre ¿Qué sucedió en la batalla con aquel vampiro? y ¿porqué no auxiliaste a James?

—Voy a matarlo cuando te retires.

Su respuesta me enfadó provocando que me soltara de su agarre bruscamente. Le dirigí una mirada de desprecio y le dí la espalda para ir nuevamente con James. Caminé pasos largos para no hacer tiempo y llegar antes de que volviera a intentar detenerme.

Me agaché cerca de él y tomé su muñeca con el objetivo de sentir su pulso pero no lo sentía.

Lo vi entristecida y con algunas lágrimas al borde de mis ojos. Este día se había al carajo.

—No está muerto.— Nikolas mencionó a mis espaldas ya muy cerca de mi. Él de pie y yo agachada al costado de James.

—¿Cómo lo sabes?— cuestioné sin míralo y pasando mi brazo por mis ojos para limpiar la próximas lágrimas.

—Puedo sentirlo, su Aura aún permanece.

Me sentí ciertamente aliviada y tomándolo de su cabeza con mis 2 manos, lo alcé suavemente. Seguía levantandolo hasta enredar mis manos a través de su abdomen.

—Tengo que llevarlo a un hospital.

—¿Porqué te preocupas tanto por ese insignificante mortal?

Le clavé una mirada ya molesta.

—¡Quiero que te largues! Todo esto pasó por tu culpa, Si no te hubieras entrometido nada de esto hubiera pasado y James estaría bien.

Aquel reproche provocó un enojo evidente en Nikolas. Se acercó a mi y tomó mi mentón con su mano fuertemente y presionadolo me obligó a verlo.

—Cuida tus palabras, porque si yo quiero puedo matarte ahira, a ti y ese estúpido engendro.

Me quité su agarre con un manotazo y lo miré hecha una furia.

—Te reto a hacerlo, maldito bastardo.

Quien me entendía. Me atraía, pero ahora estaba gritándole de una forma tan dura que ya no me importaba lo que fuera a venir después. Realmente no me interesaba mi vida, por mi estaba bien que aquel demonio acabara conmigo en este momento.

Tensó su mandíbula y continuó viéndome con unos ojos enfurecidos que intimidarian a cualquiera, pero no a mí. Sus ojos se encendía aún más, y su cuerpo yacía más tenso que nunca, «¿porqué le dije así?» Estuvo a punto de reaccionar pero James, el cual seguía en el suelo y entre mis brazos comenzó a quejarse débilmente.

Llevé mis ojos hacia él con cierto asombro y agradecí al cielo que estuviera bien.

—¿James...?

Me incliné aún más para poder verlo mejor pero recordé que Nikolas seguía con nosotros. Si James se daba cuenta de su presencia estaría en problemas. Volví mis ojos hacía donde el hubrido pero este ya no estaba, se había ido... Increible. Si fuera él, yo misma ya hubiera acabado con mi propia vida, ¿porqué jodidos soportaba tanto mis actitudes? Esa era la pregunta del milenio.

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