4.Faint

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Verlo parado justo en frente de mi, mientras él me veía con una grata sonrisa en el rostro me heló la sangre. No sabía el motivo por el cual este sujeto había optado por entrometerse en mís asunstos así de la nada.

De un día para otro pasé de cruzar miradas y saber de su existencia, a verlo cada vez más seguido dentro de mi vida.

¿Por qué? ¿Qué es lo que quería de mi?

—¿Siempre eres tan odiosa?—  Preguntó en un tono burlón —No me respondas, en realidad no importa. Me es bastante divertido.

Mencionó mientras se acercaba. En cada paso yo retrocedía, así fue hasta que sentí la cama rosar con el dorso de mi mano, justo a mia espaldas. Al girar mi rostro y ver que ya no podía retrocer, me pasmé intentando idealizar algún plan de escape.

Sus manos tocaron mis hombros y su labios rozaron el arco de mi cuello haciéndome herizar de pies a cabeza. Se había acercado en ese medio segundo en el que me había detenido. Estaba justo en frente de mi.

— No voy a permitirlo ¿me escuchas? — espeté.

— Ya es muy tarde para intentar escapar.

Sentí su agarre reafirmarse en mis hombroa por lo que al agitarme, me preparé psicologimante para lo que tenía que venir después. Pegué un grito y descargué aquel choque de adrenalina en un fuerte empujón que logró separarlo apenas unos cuantos centímetros de mí.

Actúe rápido y tomé de mi bota una navaja oculta que siempre cargaba conmigo. Me miró y yo a él pero ya era tarde, la había clavado en su pecho. Mas bien, mi acción inesperada lo había tomado por sorpresa.

— ¿Qué significa esto? —cuestionó anonadado por mi acción

— Significa que te metiste con la persona equivocada engendro.

Me acerqué a él y tomándole del cuello, me giré rápido haciéndo cruzar su cuerpo por encima mio, hasta finalmente caer derribado al suelo.

El azote fue tal que al impactarse, me dejé ir encima de él y concluir enterrando aún más el puñal que ya permanecía enterrado en su cuerpo.

Emitió alarido de dolor y comenzó a quejarse mientras yo intentaba enterrar el arma en su totalidad con el fin de crear el mayor daño posible.

Y así fue.

Una vez dentro, lo saqué y comencé a apuñalar su torzo y en repetidas ocasiones. Sus manos tomaron mis muñecas una vez me encontraba con el filo de la navaja dentro de él y comenzó a aplicar fuerza para intentar sacar aquel arma de su cuerpo. Su fuerza no era mucha por lo que concluía que había logrado, hacerle el suficiente daño como para debilitarlo y no iba a desaprovechar esta oportunidad. Iba a matarle ahora que le tenía en bandeja de plata.

La fuerza con la que Nikolas tomó mis muñecas fue la suficiente como para que ambos estuviésemos forcejeando por unos cuantos minutos. Yo seguía intentando clavarla, mientras él intentaba quitarme de encima. Llegó un momento en que su presión en mis muñecas comenzó a entumir mis manos. Su agarre estaba cortando mi circulación sanguínea por lo que la fuerza que aplicaba cada vez era menor.

No quería permitirlo.

— MUERETE YA MALDITO BASTARDO!! — grité encolerizada por lo que su agarre flaqueó y clavé el filo de la navaja en su cuello.

Aquella arma logró tocar el suelo de madera logrando clavarse en este con eficacia. Nikolas por su parte, escupía hilos de sangre y sus manos tocaban el cuchillo intentando quitarlo pero sus movientos inútiles evitando lograr su cometido.

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