Abrí mis ojos con pesadez y lentitud. Una jaqueca atacaba mi cabeza por lo que llevé una de mis manos a mi frente, intentado aligerar el dolor. Abrí mis ojos de golpe al entender que me encontraba en una habitación extraña y permanecía acostada en una cama que no era la mía. Me levanté con rapidez intentado recordar el como había llegado a este lugar.
Hice una mueca de confusión al no poder comprender que era lo había sucedido después de aquella noche. Había asesinado al líder, James me repudiada y Nikolas... Casi moría, bebió de mi sangre pero no recuerdo que pasó después.
Caminé por la habitación examinando cada extremo, recorriendo su alrededor y apreciando los finos muebles de madera tallada que aportaban un estilo antiguo y agradable a la habitación blanca en la que me encontraba. Me detuve en la ventana para ver si deducía en donde rayos estaba, pero al observar a través de ella me sentí aún más perdida. La vista era hermosa, un patio forrado en pasto y flores por doquier. Los árboles no se quedaban atrás, eran imponentes y frondosos «¿dónde estoy?» Me pregunté a misma mientras llevaba mi mano a mi sien algo desorientada. Jamás había visto algo así. Vivía en el área urbana y jamás me había enterado de que existiera una propiedad tan bonita y verde como esta. Me sentía en otro país.
Me di la vuelta y la puerta se atravesó en mi vista. Respiré hondo y decidida, salir de la habitación para buscar respuestas.
Caminé por los pasillos apreciando los cuadros en la pared, continué curiosa hasta llegar a unas escaleras que descendían al primer piso, cada una de cada lado y finalizando en el recibidor principal en donde una grande y hermosa puerta de madera decorada ornamentamentalmente, era la primera impresión.
Bajé las escaleras observando todo cuanto pude y llegué al primer piso. En cada extremo de aquel recibidor, una sala de estar con una gran chimenea y al otro lado un comedor. Me recargué en la pared. Era un lugar muy bonito y bastante conservado, pero también una casa abandonada.
—¿Qué estás haciendo aquí?
Una voz femenina me exaltó y me dirigí hacia ella. La mujer de la biblioteca se dirigía hacia a mí disgustada por haberme encontrado, en lo que según deducía era su propiedad.
—N-no lo se...— respondí al verla acercarse a paso rápido —Desperté aquí y no se en dónde estoy.
—Eso ya lo se, niña tonta.— mencionó molesta al hacerme frente —Me refiero a ¿Qué haces afuera de la habitación?
Entrecerré mis ojos ante aquella pregunta, me molestó su actitud y la pregunta era estúpida en cierto modo.
—No iba a quedarme ahí encerrada en un lugar que no conozco.— espeté molesta acercándome a ella quien retrocedió un paso al sentirse amenazada. —¿Dónde estoy?— pregunté de malhumorada.
Aquella mujer me miró un poco más pequeña al percibir mi actitud.
—¿Dónde esta Nikolas?
—Vuelve a la habitación, él no se encuentra en estos momentos.
—¿Dónde estoy?— insistí
—Vuelve al cuarto.
Presioné mi mandíbula al sentirme frustrada. Una de mis manos rodeó su cuello y la otra amenazó con una navaja. La mujer seguía firme viéndome fijo con unos ojos tan rojos como los de Nikolas.
—No voy a volver a preguntar... ¿Dónde estoy?
—Niña...
Alguien llamó y al voltear, la anciana de la recepción me apuntaba con una arma.
—Si continuas con esa inaceptable actitud, vas a provocar una masacre.
Me quedé viendole y al sentirme en desventaja me aparté de la mujer.
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Instintos
Genç KurguFormando parte de un gremio de cazadores, Margaret Browning tendrá que enfrentar diversas adversidades que pondrán a prueba su seguridad como cazadora; de las cuales la obligarán a tomar la decisión más difícil de su corta existencia: renunciar a su...