13.Be somebody

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Salí del cuarto de baño ya lista para salir con Dania. Había quedado con ella para ir de compras pero no estaba del todo emocionada pues eso era algo que no me llamaba la atención. Usualmente iba cuando me hacia falta algo e iba específicamente a comprarlo. Pero Dania era una chica como cualquiera, amaba ir a ver que se encontraba por ahí, probarse ropa o zapatos y yo... Solo iba a ser su acompañante. Era lo menos que podía hacer, tenía mucho que no salíamos o platicábamos, además Dania era mi mejor amiga y no quería perder su amistad. Debía pasar mas tiempo con ella.

Ya para salir de casa e ir por Dania, tomé las llaves del Beetle y me encaminé al auto. Lo abrí y me ingresé dentro de este, encendiendolo y poniéndolo en marcha.

Una vez en casa de Dania, toqué el claxon y ella no tardó en salir rápidamente de su casa. Aproximándose con rapidez a mi automóvil, se montó en el asiento del copiloto y me saludó ansiosa con una gran sonrisa.

—¿Lista?—mencionó mientras me veía con grandes ojos y una sonrisa de oreja a oreja.

Yo asentí de igual forma y nos pusimos en marcha al centro comercial.

—¿Porqué precisamente tiene que ser el centro comercial?— mencioné de pocas ganas, pero no intentando bajar mi animo. —Digo... ¿Porqué no podemos ir a comer o al cine?

—Maggyyyy... — emitió alargando esta última sílaba de mi nombre entre un puchero. — Casi ni te veo, te la pasas siempre ocupada. Ya es hora de que le dediques un poco de tiempo a tu mejor amiga, además... Tiene años que no vamos juntas. Quítate ese semblante de niño raro que tienes y deja salir esa chica rosada que tanto te guardas.

No respondí en palabras, pero notó que saqué la lengua en señal de asco a lo que reaccionó pegándome un pequeño golpe en el brazo y ambas reímos.

Cuando llegamos, comenzamos a caminar por los pasillos del Mall entrecortadamente ya que Dania corría de local en local para ver que podía comprar. Yo pisando sus talones, ingresamos a una tienda de ropa para dama, de esas  en las que venden ropa a la moda y de marca. No era de mis lugares favoritos, ni tampoco de los que yo elegiría para complementar mis vestuarios ya que solo vivía de prendas oscuras. Casi siempre jeans negros, botas o converse. Era lo que estaba dentro de mis comodidades.

La gente, en especial las chicas del lugar solían verme como un bicho raro por mi prendas opacas y escasas de brillo y de glamour. No me importaba, entraba de igual modo y rodeaba junto a Dania por entre los mostradores, mientras veía como sacaba prenda por prenda y la colocaba por encima de su ropa para ver de reojo como se le veía. La curiosidad no se alejaba de mi en esos momentos y me obligada al igual que Dania a reojear algunas prendas que me llamaban la atención.

—¿Encontraste algo?— me preguntó Dania al notarme perdida entre la ropa.

Ya traía consigo un monto de blusas y faldas coloridas colgadas entre sus hombros lo cual pensé que probablemente era un compradora compulsiva.

—Aún no— contesté sonriente y ella río ante tal respuesta.

—Este lugar tiene de todo, estoy segura de que si le buscas encontrarás algo de tu agradado.

Asentí ante su comentario y me acerqué a ella, ya que cada vez más la sentía lejos.

Estuvimos viendo la ropa juntas. Dania tomaba prendas y yo le daba el punto bueno. Era estúpido, ninguna me gustaba pero pensaba que en Dania se verían fantásticas. Tras pasar la elección de las prendas y ver a Dania probarse cada una de ellas, fuimos a pagar lo que se iba a llevar y al salir decidimos ir al área de comidas a recargar baterías y continuar con la operación: compra rosa. Llegamos al área respectiva y comenzamos a observar cada uno de los locales.

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