Me hacía casi imposible creer la idea de que Nikolas tuviera tantos años, 200 eran demasiados para mi, pero para él, probablemente no era nada. Ya me había acostumbrado al joven de escasos 22 años, que el hecho de que haya perdurado tantas generaciones. Eso me hacía creer un poco en él, además... Ya lo había visto en batalla y claramente me había demostrado ser un individuo con habilidades increíbles.
—Y ¿Veniste solo a eso?— aquella pregunta me hizo posar mi mirada en la suya.
—Era... Bueno, tengo muchas preguntas.
—¿Por qué te di de mi sangre? Para salvarte, ¿Por qué fui con el líder a planear un supuesto enfrentamiento? Yo no fui a ningun...
—Ya.— interrumpí —Eso ya me quedó claro. Voy a confiar en ti en el aspecto de que eres fuerte y no morirás. Pero... ¿Qué haces aquí en una biblioteca? ¿Trabajas aquí?
—Si.— respondió al momento. —
Aunque no lo creas, la biblioteca es mía, ha permanecido en mi familia por generaciones— dijo mientras recorría el lugar con la vista —Es... vieja, demasiado, y se ha convertido en un símbolo significativo de la ciudad. Está en nuestro deber mantenerla conservada. Es parte de la historia.—¿Familia? Tus padres...
—¿Son un vampiro y un demonio? Sí. Pero... Fui criado en este sitio, no por ellos, si no por una humana.— dicho esto mis ojos se abrieron con asombro. —La mujer que construyó este lugar me crió tras la muerte de mi madre Elizabeth, una vampireza del siglo XVI. Ella pereció en mi nacimiento y quedé al cargo de mi padre, Valek. Un demonio ambicioso el cual me odiaba. Intentó matarme en repetidas ocasiones, pero nunca lo logró. Mis habilidades sobresalían de las de él y eso le frustraba. Él nunca me quiso.
—¿Él era malvado? ¿Qué hay de tu madre?
—Él jamás la quiso, yo vengo del producto de un violación. Valek estuvo más que satisfecho tras la muerte de mi madre. Él solo pensó en sí mismo. Cuando se dio cuenta de que Katherine estuvo a mi cuidado, intentó hacerle daño de igual forma, pero nunca se lo permití.
—¿Eras un niño en ese entonces?— La duda me carcomío.
—Si. Un demonio o vampiro deja de crecer conforme a sus padres. Si es niño su crecimiento se detiene a la edad en la que el padre fue convertido, si es niña a la edad de la madre. En mi caso fue por parte de mi madre, ya que mi padre era un demonio puro.
—¿Qué pasa cuando ambos padres son de nacimiento?
—La ventaja la tiene la cría. Él tiene la opción de detener su crecimiento cuando lo decida.— mencionó mientras perdía su mirada en el suelo —Solo que una vez que decida detener su desarrollo. Ya no podrá reanudarlo.
Veía a Nikolas con asombro y atención. Eran demasiados datos que no conocía y a decir verdad, tampoco sabía si el gremio tenía este tipo de conocimientos. No nos daban mucha información acerca de los inhumanos, solo información básica pero no tan clara y detalla como Nikolas la mencionaba. Usualmente, los conocimientos que teníamos acerca de los oponentes era los que se obtenían por medio de la experiencia.
—Nunca me imaginé a un inhumano a cargo de algún oficio.
Nikolas no me miró sin embargo, se le escapó una pequeña risilla.
—No lo considero como un trabajo. No me pagan, vivo económicamente con lo que la biblioteca deja implementando el servicio de librería. Con eso alcanza para gastos personales, suficiente para vivir y mantenerla restaurada.
Esbocé una pequeña sonrisa y le vi con detenimiento. El pelinegro seguía fijo al suelo, examinando cada detalle y probablemente pensando algo en específico. Tras venir a buscarlo y descubrir que él no había ido a ver al lider me sentí más tranquila, pero el verlo tan pesantivo borró la sonrisa cálida de mi rostro y me hizo recordar que de igual forma tenía una cita en el bosque con un supuesto híbrido.
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Instintos
Teen FictionFormando parte de un gremio de cazadores, Margaret Browning tendrá que enfrentar diversas adversidades que pondrán a prueba su seguridad como cazadora; de las cuales la obligarán a tomar la decisión más difícil de su corta existencia: renunciar a su...