James y yo ingresamos a aquella oficina que estaba a espera de una posible conversación larga,que ocasionaría en mí, un nerviosismo incontrolable. Eso era malo, ¿Cómo ocultarlo? No podía tranquilizarme por más que me lo ordenará. Estaba comenzado a sudar y era atacada en repetidas ocasiones por pequeños choques eléctricos que recorrían mi cuerpo en cada momento.
Lo único que quería en estos momento era que todo esto terminase. Estar en casa con la mentalidad de que Nikolas estaba a salvo, pero ahora era más que seguro que su búsqueda estaría contemplada.
Reproché dentro de mi.
Si él no hubiera hecho presencia ante James, estaría a salvo y nada de esto estuviera sucediendo. Por su culpa, ahora en estos momento yo también me encontraba expuesta ¿Qué sería de mí si no pudiese controlar la situación? ¿Qué pasaría si las cosas se salían de control? Negué con la cabeza intentado ser positiva.
«No pasará nada» me decía mi misma como medio de fortaleza, tratando de hacerme una débil idea de lo que quería que sucediera.
Una vez dentro, el líder en una silla, por detrás de su escritorio nos daba la bienvenida y nos indicaba que tomáramos asiento. Jack, por otro lado se encontraba a su costado, despreocupado por la situación.
—Buenas tardes jóvenes.— saludó con cortesía, por lo que nosotros contestamos el saludo.
—Ya se darán una idea del porque están aquí ¿No?
—¿Es por el híbrido?— James agregó.
El hombre que se encontraba al frente de nosotros asintió suave pero con un poco de seriedad.
—Jóvenes fueron muy afortunados al salir vivos de esto. Hemos estado investigando, y aquel ser que se toparon es bastante peligroso.
Aquel comentario me hizo recordar el porque Nikolas estaba tan confiado. Enserio decía la verdad, sus palabras pegaron de lleno en mi mente.
"Te falta conocerme. Conozco al gremio más de lo que tú crees, ellos no podrán matarme si yo no lo permito... Tranquilízate"
El libro de Hatos hizo presencia en el escritorio. Su pasta cafezosa y desgastada por lo años se abrió dejando al descubierto un montón de papiro amarillento y rayoneado de apuntes que habían servido como aportación importante a las generaciones pasadas.
En ese libro se encontraba un completo registro de las criaturas que han pisado la tierra, su descripción, rasgos, puntos débiles, todo en general. Incluso una pequeña ilustración burda de como eran visualmente.
El hombre al frente, comenzó a buscar entre las hojas, pero no tardó mucho en sacar una en especial. Se veía bastante desgastada por lo que supe al instante que debía ser un escrito un tanto más antiguo a los demás.
—Un híbrido, en efecto. La última vez que se supo de uno como él fue en el año de 1664. La cría de un vampiro y un demonio de alto rango. Estos seres no son muy comunes, son extremadamente peligrosos por venir de seres malignos. Poseen las habilidades de ambos padres, afán por causar caos entre los humanos es lo que caracteriza. Ellos nacieron para destruir por naturaleza.— estuve atenta a sus palabras pero... todo esto no encajaba, Nikolas no era si. —Ellos, por tener raíces vampiricas sienten gusto por la sangre más no les es indispensable para vivir. No pueden convertir, pero si destrozar los cuellos de su víctimas. Eso es lo que más les gusta hacer cuando beben sangre. Ellos toleran el sol, y las armas sagradas no puede herirlos a excepción de la verbena que les quema.
—¿Por qué nos dice todo esto?— James irrumpió en un tono molesto.
—Pues ustedes fueron los que sufrieron el ataque ¿no? Tienen que estar informados.
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Instintos
Teen FictionFormando parte de un gremio de cazadores, Margaret Browning tendrá que enfrentar diversas adversidades que pondrán a prueba su seguridad como cazadora; de las cuales la obligarán a tomar la decisión más difícil de su corta existencia: renunciar a su...