Nos encontrabamos en el estacionamiento del centro comercial. Ya estaba oscuro y comenzaba a hacer un poco de aire fresco. El horario de invierno permanecía y daba entrada de poco a poco a un gélido ambiente y nada agradable para una chica delgada y friolenta como yo.
—Casi meto la pata con Daniel, lo siento.
Sonreí, y asentí aún sintiéndome aliviada de haber evitado malos entendidos.
—Descuida, fue error mio. Perdón por involucrar a la biblioteca, pero fue lo primero que se me ocurrió.
—No te preocupes, no podías contarle la verdad. No te culpo, yo también hubiera entrado en pánico.
Ambos reímos pero luego quedamos serios. James dirigió su mirada a mí y yo hice lo mismo. Aún así en el primer contacto visual, la aparté rápido. Se me dificulta ver a la gente a los ojos, eso siempre a sido un problema mio.
—Maggy,— sus primeras palabras me estremecieron ya sabiendo lo que venía después. —perdón por lo de la otra vez, pero... estoy enamorado de ti. Me alegra demasiado compartir contigo incluso en la misiones. Me... gustas...
Aquella declaración me obligó a voltearlo a ver impresionada de tal manera que no parpadee ni supe que decir por un momento. No por el hecho de que no supiera que James me pretendía si no por su manera tan directa de declarme su sentir.
—Yo, James...
Nuevamente me volvió acorralar entre un automóvil pero esta vez fue suave y despacio como si fuera tan delicada y cuidara que no fuera a quebrarme.
—¿De verdad no sientes lo mismo?— Mencionó ya susurrando mientras se acercaba poco a poco a mi boca.
Estaba por contestar pero luego este presionó sus labios contra los míos, aprovechando el momento y de esa forma evitandose una posible respuesta negativa.
La situación me había tomado por sorpresa, pero no me intimidé. Aquel beso había sido diferente al anterior. Toda aquella personalidad cálida y reconfortante se sentía con furor dentro de mi ser. James me había tomado con cariño y aquel beso logró fundirme ante él. Me perdí en sus labios y contesté aquel beso pero un sonido irrumpió el momento logrando hacer que James y yo nos separaramos y giraramos hacia donde aquel sonido provenía.
Mi corazón embistió mi pecho tan fuerte que me provocó una especie de punzón. Mi respiración se agitó y comencé a sudar incontrolablemente.
No podía creer lo que mis ojos estaban presenciando.
James se dio la vuelta y se volteó hacía Nikolas el cual se veía serio y muy diferente a como lo conocía. Su piel era aún más pálida, demasiado. No alcancé a apreciar su ojos, parecían dos manchas negras con un pequeño punto rojo como pupila la cual emanaba un brillo que me heló la sangre.
—Vaya, vaya, vaya...—James mencionó sin miedo alguno mientras desenfundaba una Glock 19 que cargaba consigo en una de las bolsas ocultas de su chaqueta. Ya estaba preparada para herir inhumanos. —creo que alguien cometió un error al interrumpir en estos momentos.
Ante los movimientos de James, Nikolas ni se inmutó. Ahora si estaba segura. Ni James ni yo, saldríamos vivos de esta. Seguía observando atenta a Nikolas y este mostró una sutil sonrisa, apenas apreciable.
Su movimiento fue tan rápido que cuando volví mi mirada hacia él, ya se encontraba a un costado de James pegándole un golpe tan fuerte que salió disparado hacía una de las paredes que se encontraban a menos de 20 metros de nosotros.
El impactó fue tan duro que casi pude escuchar el crujido de sus huesos al chocar. Sentí una mirada penetrante. Nikolas estaba de pie en el mismo lugar donde James estuvo hace escasos dos segundos. Su sonrisa había desaparecido y al igual que a James, pasó a estar al frente de mí en tan solo un parpadeo.
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Instintos
Teen FictionFormando parte de un gremio de cazadores, Margaret Browning tendrá que enfrentar diversas adversidades que pondrán a prueba su seguridad como cazadora; de las cuales la obligarán a tomar la decisión más difícil de su corta existencia: renunciar a su...