Otro maldito largo día de clase terminó. Como lo habitual, Louis, Liam y yo llegamos a casa, entramos a casa y pasamos el rato. Nada fuera de lo normal, unos juegos, algo de tarea y comida.
Aproximadamente a las 7:30 Liam se fue a su casa y Louis a la suya a las nueve para comer. Preparé algo para cenar y me senté, sola, en la isla de la cocina, como siempre.
A veces se sentía horrible estar tan sola en casa, extraño a Josh, mi hermano, solíamos cocinar juntos y luego cenar. A veces nos tirábamos con comida o terminábamos peleando en el sofá, o simplemente guerra de cosquillas. La verdad, la pasábamos muy bien. Ahora lo veo muy poco, viene para mi cumpleaños, en verano pasa una semana y en las fiestas las pasa con nosotros. Pero no me alcanza con verlo sólo un día o unos días cada tres meses, quiero que esté conmigo todos los días, como solía hacerlo.
Terminé la cena, lavé los platos y subí a mi habitación. Tomé mi teléfono y un libro, miré las notificaciones en el celular y comencé a leer.
"Su forma de mirarla decía más que mil palabras. Tomó su mano y la apretó, diciendo en un gesto lo que nunca se animó a decir en palabras. Ella lo sabía mejor que nadie. Le devolvió el gesto, lo miró y sonrió. Entraron a su casa luego de una larga caminata tomados de la mano, ella soltó su mano para dejar las cosas que traía en la otra mano en la cocina. Se pudo ver el sufrimiento en los ojos del alto chico al sentir el vacío de la mano de su amada. La dejó ir a hacer lo que debía hacer, al entrar en el living la agarró de la cintura y la acercó a su cuerpo lo más que pudo.-No te vuelvas a alejar de mí así.-apoyó su frente en la de ella mientras la miraba a los ojos. Ella lo tomó de la nuca y lo acercó hasta poder besarlo.- Te amo.-El no pudo contestar nada, pero le acarició la cintura y la acercó más a él. Eso alcanzaba para ella."
Un constante sonido interrumpió en mi lectura, provenía de mi lado derecho. Levanté la vista y miré al lado de la ventana. Estaba golpeando en ella.
-Que haces acá?.- pregunté mientras abría la ventana.
-Te estuve llamando, como prometí, pero no contestaste. Entonces decidí venir, como solía hacerlo de chico.-entró y beso mi mejilla. Yo no respondí al saludo confundida por lo que estaba pasando.
Caminó sólo dos pasos para llegar a mi cama, y se acostó.- Cambiaste la cama, ésta es más grande.- claro que lo es, crecí, idiota.- Hey, puedes decir algo? Vine a hablar contigo, no a hablar solo.-
-Si.- respondí aún confundida.
-Eso es todo?-
-Creo que sí, no esperaba que vinieras. Estoy algo...sorprendida.-me acerqué a mi cama y me senté en un costado, alejada de él.
-Te puedes acercar, no muerdo. A menos que me pidas que lo haga.-'No lo quiero, gracias.'