Vale's pov
Caminé a pasos cortos por en medio de la pistas y mis ojos se toparon con la imagen de una puta, porque así es como debe de ser llamada, meneándole el culo a Zayn en la cara. Sé que también soy una puta, y no me gusta serlo aunque diga lo contrario, es que es la única forma que encuentro de olvidar al hijo de puta de Malik por, al menos, unos cortos minutos. Desde que él y Ally se besaron en ese baño él no es el mismo. Después me enteré de que se despertó en la cama de ella, con ella, y eso terminó por acabar conmigo. Desde esa noche no quiero saber nada de él o con él. Aunque mi corazón y mi razón lo aman, cada vez que volteo a ver está con una puta diferente, una puta que no soy yo. No sé por qué dejó de luchar por mí, por mi amor. No sé por qué lo dejé, aún después de todo lo que hizo por mi, aunque lo amaba. Quizá lo hizo cuando notó lo que era, o en lo que me estaba convirtiendo, o quizá ya no me amaba, o jamás lo hizo.
Giro a la derecha en busca de Zac, para quitar de mis pensamientos al maldito de Javvad. Una vez que lo tuve en vista caminé hacia él, puse mi mano en su nuca y lo besé sin mas. Unos minutos después me encontré sentada en su regazo en un sillón individual del lugar, mis caderas se movían al ritmo de la canción sobre él, sus manos estaban en mi culo apretándome a él. Me levanté muy rápido, por lo que me mareé, aún así caminé intentando escapar de la situación en la que estaba. No hice más de tres pasos y casi caigo, pero logré agarrarme del borde de la barra. Me senté en una butaca y empecé a pedir bebida tras otra hasta estar en el estado de ebriedad más profundo en el que había caído nunca. Ally se acercó a mí, pasó su brazo por debajo del mío y me dio estabilidad así.
-Vamos, ya hay que irnos.-gritó por sobre la música, creo haber contestado algo como "No, la estoy pasando bien" mientras simulaba una sonrisa, pero no estoy segura. Me metió dentro del auto y acosté en su regazo, ella sólo puso su mano en mi cabeza y acarició mi pelo.
Desperté dos horas después en mi cama. En algún momento me trajeron a mi cama y me cambiaron, no sé cuándo, cómo ni quien. Son 5:30 de la mañana y en cualquier momento va a amanecer, preferiría no estar despierta para cuando el sol me golpee en la cara así que opto por cerrar los ojos e intentar dormir. El sonido de la puerta de mi habitación abriéndose rompe con mi intento por descansar y evitar el sol. Una sombra familiar se acerca a mí y se acuesta detrás de mí, me toma de la cintura y apoya su cabeza en mi cuello.
-Te amo.-dijo con su acento tan particular. Su aliento olía a alcohol y puede que quizá esté casi tan ebrio como yo, pero me interesa nada. Lo único importante para mí ahora es saber que lo tengo detrás de mi, sentir sus latidos en mi espalda y su irregular respiración en mi oído. Me volteo y lo abrazo.
-Y yo a ti.-respondo con mi boca contra su pecho y lo beso en el lugar. Planta un beso en la punta de mi cabeza y me obliga a alejarme de él para volver a acercarse y besar mi frente, luego mis mejillas y finalmente mis labios. Su lengua sabe levemente a vodka de cereza, el sabor de sus labios al que estaba tan acostumbrada me llena y echa todo tipo de pensamiento que pueda tener ahora. Extrañaba esto mas que nada; sus labios en los míos, su cuerpo pegado al mío, que con solo mirarnos digamos más de lo que nuestras bocas se animan a decir.
Suelta mis labios y se aleja lo suficiente como para que sus labios rocen los míos y nuestras agitadas respiraciones se fusionen.
-Dios, Valentina, como te amo.-me vuelve a besar terminando con el infierno que se convertía tenerlo tan cerca y no poder saborearlo. Me quita la remera.-No sabes como odio ver que besas al cara-perfecta de Zac o que estés con cualquier otra persona con la que estés.-muerde mi labio inferior.-Esos son sólo míos y lo sabes.-muerde el superior y me vuelve a besar. Se deshizo de mi short y quedamos ambos en ropa interior.
Va todo muy rápido, tan rápido que no puedo parar a pensar en lo que está pasando. Cuando las cosas empiezan a ir más lento me encuentro desnuda debajo de él, me aterra la situación, pero no hay nadie en este mundo con quien prefiriera estar así.
-Eres mía y yo soy tuyo, para siempre.- dijo en mi oído antes de entrar en mí.