Como lo supuse, fuimos a uno de esos restaurantes innecesariamente caros. No sé porqué no vamos a su bar y comemos una hamburguesa ahí. Caminamos a la entrada y mi mamá habló con el recepcionista. Me miró y me sonrió, le devolví el gesto y lo seguí por el salón hasta la mesa donde nos sentaríamos mi mamá y yo. Casi en el centro del salón, pero daba justo con una "maseta" de madera alta que me hacía sentir más cómoda.
-Que vas a pedir?.-bajé el menú y la miré.
-Bistec con puré en salsa de cerdo.-me miró con una pizca de disgusto que ocultó tras una sonrisa, asintió y levantó la mano buscando la atención del camarero.
-Un bistec con puré en salsa de cerdo y lo de siempre para mí.- habló seria. El chico me miró y le dediqué una sonrisa, gesto que me devolvió al instante.
-En seguida.-habló el chico en respuesta, se dio media vuelta y caminó hacia la cocina.
-Mañana es tu graduación.- ocupó el silencio y buscó mi mirada.
-Si!.-dije con emoción mirándola ahora si a los ojos.
-Ya tienes el vestido y los zapatos?.-acomodó su flequillo castaño rojizo con su mano.
-Sí, hoy los busqué con Oriana.-hizo una pequeña mueca que no pude descifrar y miró a sus uñas.
El camarero se acercó con una bandeja en sus manos, la bajó levemente, tomó el primer plato y lo apoyó frente a mi mamá, tomó el otro y lo dejó frente a mí. Le sonreí y asentí en agradecimiento, devolvió el gesto y se fue con la bandeja en su espalda.
El plato lucía tan bien que me daba pena comerlo, pero olía tan exquisito que no pude resistir la tentación de acabar con él. Corté el primer pedazo, lo mojé en la salsa de cerdo y le puse algo de puré encima; riquísimo.
No hablé en toda la cena, mi mamá se ocupaba de decir una u otra cosa cada tanto a lo que yo respondía asintiendo o con una oración corta. Tomé un poco de la coca cola de mi vaso y miré al frente, un poco más allá de mi mamá. La mayoría eran familias o parejas grandes, en un rincón casi oscuro pude ver a espaldas de mí una cabellera con ondas. Frente a ella había un chico más o menos de mi edad con cabello oscuro y ojos oscuros, era un chico más bien corpulento. La chica miró a un costado y fue ahí cuando logré reconocerla, sus ojos verdes miraron en mi dirección siguiendo el cuerpo de una mujer caminando a la entrada de la mano de un hombre unos años más grandes que ella. Dios, era Fernanda. 'Que hacía ella acá? Y con un hombre encima. Quizá son amigos, o hermanos, o primos!'
El chico puso su mano sobre la de Fer y la acarició, la miró y le sonrió, dijo algo pero no podía oír y no logré leer sus labios. 'Bueno, son amigos.'
<Sabes que no es así.
'Quizá sí.'
Ella movió su silla y se sentó al lado del chico, pasó su brazo por debajo del de él y entrelazó sus dedos con los de él.
<No son amigos.
'No, quizá no.'
-Quieres que ya volvamos a casa?.-mi mamá interrumpió mi espionaje.
-Como quieras.-le respondí mirándola a los ojos dos segundos para volver a mirar a la que se supone es la novia de mi mejor amigo.
-Estas bien?.-
-Si, sólo que...-
-Que qué?.-
-Ma, puedes hacer algo por mí?.-
-Seguro hija.-
Cinco minutos después mi mamá caminó en dirección el baño, paró frente a la "pareja" y les habló. Ellos sonrieron mientras asentían, mi mamá sacó el teléfono de su cartera y les tomo unas fotos a la pareja. Entró al baño. Fernanda y el chico se levantaron de sus asientos y tomados de la mano caminaron a la puerta de salida.
'Bien, no eran amigos.'
Mi mamá volvió a la mesa y pidió la cuenta.
-Lo hice bien?.-
-Mejor que nadie.-le sonreí.
Louis no va a creerme.
Volvimos a casa, me quité la ropa y me tiré en mi cama. Sentí algo debajo de mi hombro, levante mínimamente mi cuerpo y lo quité.
Voy a necesitar ayuda con el traje. H
Agarré mi celular y le mandé un WhatsApp.
-Vamos mañana a la mañana a comprar tu traje-. -Te veo en tu pieza a las 8:30 ;) -.
Miré la hora; 12:03 am. Conecté mi celular, puse la alarma a las ocho y me dormí.