Esa sonrisa

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Disclaimer: Todos los derechos reservados para mi escritora británica favorita J. K. Rowling, Warner Bross & Salamandra. Toda la historia es de mi completo terreno.

Disfruten de la lectura como lo he hecho yo escribiendo.

Prefacio

No sé como paso. Sólo sé que cuando él me sonrió algo cambió en mí. Ahora despertaba cada mañana deseosa de ver esa sonrisa. No sé por qué comenzó a gustarme... lo conozco de hace varios años y nunca sentí nada especial hacia él. Lo veía con otras chicas en la escuela y no sentía un monstro rugir entre mis entrañas, queriendo destruir a cualquier chica que se le acercara. Lo cual era bastante estúpido porque él tenía novia. Y la amaba, la amaba más que a nada en el mundo. Según me dijo él una vez. No sé como llegué a esta situación tan irritante de quererlo solo para mí. De tenerlo para mi solita. Esta desesperación tan grande que me crecía en el pecho cuando él le hablaba tan lindo a su novia.

Y quise alejarme. Quise retirarme. Porque no soy de esas personas que les gusta sufrir. Al principio pensé que solo era un capricho, pero un capricho no te duele tanto. No te consume tanto. Y él me consume. Su sonrisa me crea o me destruye. Y odio ser tan frágil por alguien. Siempre he sido de las personas que no necesitan de nadie para ser feliz. Que tienen un motivo, que tienen una idea, reglas y normas a las cuales acatarse y seguir fielmente. Yo soy una ratona de la biblioteca, según mis amigos. Y está bien, no me importa que lo digan. Algunos lo dicen con cariño, otros con cierto pique de maldad.

No tengo idea de cómo llegue a la situación de lastimarlo a él, lastimarme a mí y a mis amigos...

I

Todo comenzó con una sonrisa.

—Hermione, ¿qué clase tenemos ahora?—me preguntó uno de mis compañeros de casa. Lo dudé un segundo. Estaba muy concentrada en mi tarea de Astronomía.

—Herbología. —le contesté, poniendo mi mejor sonrisa. Me devolvió la sonrisa y se fue. Yo por mi parte guardé mis cosas y comencé a salir del aula. Todo marchaba con normalidad. Ya faltaba poco para las vacaciones de navidad y yo tenía planeado pasármela en casa de mi mejor amiga Ginny Weasley, bueno al menos no la primera semana.

—Pero mira qué guapa estas, hermanita. —dijo Harry. Y detrás venían todos sus amigos. Dean Thomas, Seamus Finnigan, Ron, Cedric Diggory, Neville Longbottom y los gemelos Weasley. Les sonreí con sarcasmo y Harry tomó mi pesada mochila.

—Qué  gracioso, Harry.

—No bromeo.

—Tiene razón, Hermione. Eres muy bonita. —dijo Ron, sonriéndome.

—Y eres tan inteligente, según me dicen. —dijo Fred Weasley. Le sonreí. Nunca había hablado con él, más que para saludarnos o estrecharnos muy casualmente la mano. Era bastante atractivo. Muy diferente a su hermano, para mí. Su cabello pelirrojo era más rebelde que el de George y eso lo hacía ver mucho más atractivo.

—Tengo que entrar a mi clase. —me despedí de todos con la mano. Harry me sonrió y se despidió de los demás. Solo los gemelos y Cedric Diggory se fueron.

La clase pasó  rápidamente y sin tantas mortificaciones. No hubo ningún accidente con las plantas venenosas de la Profesora Sprout. Cuando sonó la campana todos salieron despavoridos hacia "el aire libre". Yo me fui directamente a la biblioteca para adelantar algo de tarea y no tener nada que hacer en la tarde. Luego me dirigí al jardín de Hogwarts y pude observar a Fred con Cedric y Dean. Me sonrieron y fui hacia ellos.

Sonrisa tuya, suspiro míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora