Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling, Warner Bross & Salamandra. Yo únicamente juego con los personajes que Jo nos regaló. La historia es de mi muy triste y retorcida imaginación.
Disfruten de la lectura tanto como yo lo hice escribiendo...
Sonrisa tuya, suspiro mío
Capítulo XXII
Draco despertó sobresaltado de una pesadilla donde Hermione le gritaba lo despreciable que era, cuánto le odiaba y el asco que le producía su presencia. ¿Cómo alguien como ella sería capaz de fijarse en alguien tan ruin como lo era él? Había que estar loca de remate para pensar en él como una persona con sentimientos, con anhelos, con un corazón.
Su respiración entrecortada se calmó casi de inmediato al notar el peso ligero de alguien aferrado a su pecho como si la vida dependiera de ello. Draco inspiró casi con un alivio alarmante el olor a frutas que despedía la coronilla de Hermione y la apretó cuidadosamente un poco más contra él, saboreando, memorizando la sensación de tenerla así de cerca y tranquila en su pecho. Sabía que el alba estaba en su punto y que era cuestión de tiempo que amaneciera, y lo inevitable tendría que llegar. Tendría que decirle adiós para siempre. Porque no le pertenecía, jamás sería suya. Se arriesgó al decirle que la quería, que su corazón era solamente suyo y que después de eso le borraría la memoria, ¿y si ella se negaba? ¿Y si ella insistía en recordarlo? ¿Iba a desistir ante los deseos de la castaña? Sí, definitivamente. Por ella estaba dispuesto a enfrentarte ante el mismísimo Señor Tenebroso... pero ella no se lo pidió. No lo hizo.
Y a pesar de sus anhelos, con todo el dolor de su corazón, de su alma fue poco a poco deslizándose con cuidado de su lado. Hizo aparecer una almohada grande y cómoda para que la castaña no se diera cuenta. Y apenas había dejado de estar a su lado sintió un vacío escalofriante en el pecho. Ahora que sabía lo que se sentía estar con ella, ahora que esa sensación ya no existía tan sólo en sus sueños, que su cuerpo conocía la sensación de estrecharla, que sabía a ciencia cierta la suave piel que tenía, y lo peor: ahora que sabía cómo se sentía besar sus labios.
Sería un infierno.
Su infierno personal y ella el ángel justiciero que le recordaría hasta el final de sus días lo que era sentir amor y no poder tenerlo. ¿Por qué no mejor lo mataban?
Estresado, deprimido y enojado levantó su varita para hacer el conjuro que le haría olvidarlo todo parcialmente. Y al terminar de hacerlo, pensó que merecía un premio por renunciar al amor de su vida.
Salió del lugar sin mirarla una última vez, sabiendo que si lo hacía caería de rodillas para suplicarle una oportunidad, ser su amigo, su amante, compañero... lo que ella necesitara o pidiera. Lo que sea con tal de estar a su lado. Sin embargo, volviendo a la actitud Malfoy, se cuadró de hombros, se puso serio con su habitual mirada de acero y sin sentimientos y caminó como un autómata pero eso sólo le duró unos cuantos pasos porque rápidamente su mente se dirigió a sus recuerdos de la noche anterior, deseando fervientemente regresar en el tiempo y después congelarlo para quedarse con ella. Estaba tan ensimismado que no se percató del pelinegro que gritaba su nombre de manera desesperada.
— ¡Malfoy! ¡Eh, que te estoy hablando!—chistaba Harry con las cejas fruncidas por la molestia y ojos preocupados.
Fue entonces cuando Draco cayó en cuenta de que estaba cerca del Gran Comedor. Enfocó al chico que lo llamaba desesperado y levantó una ceja, interrogante.
—Hermione no llegó a nuestra Sala Común ayer— dijo apenas estuvo seguro de que el rubio pudiera oírle perfectamente—Nadie sabe dónde está.
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Sonrisa tuya, suspiro mío
FanfictionNo sé como paso. Sólo sé que cuando él me sonrió algo cambió en mí. Ahora despertaba cada mañana deseosa de ver esa sonrisa. No sé por qué comenzó a gustarme... lo conozco de hace varios años y nunca sentí nada especial hacia él. Lo veía con otras c...