Más problemas y ¿una antigua amistad?

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Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling, Warner Bross & Salamandra. Yo únicamente juego con los personajes que Jo nos regaló. La historia es de mi muy triste y retorcida imaginación.

Disfruten de la lectura como lo he hecho yo escribiendo...

Sonrisa tuya, suspiro mío

Capítulo XXVIII: Más problemas y ¿una antigua amistad?

Hermione hojeaba un libro de pasta dura y vieja en lo que esperaba a su amigo ojiverde bajar de su habitación para iniciar el primer día de clases. Cuando pensó que su amigo era el que venía de las escaleras alzó la mirada para encontrarse a un rubio enfundado en su implacable uniforme verde. Le lanzó una mirada furibunda desde arriba y luego se detuvo frente a ella.
—Buenos días, Granger—le sonrió de lado y la castaña se sintió sonrojar y eso la hizo sentirse confundida, frunciendo mucho las cejas—¿Qué he dicho mal?—refunfuñó Draco desde su lugar.
—Has sido amable conmigo—musitó ella, decidida a no mirarlo todavía.
Lo escuchó soltar una risita y entonces lo miró.
—Creí que eso era lo que tú querías, Granger. No me digas que eres como todas esas chicas que quieren una cosa un momento y al otro quieren algo totalmente distinto porque...
—¡No! —gritó ella, aporreando el libro en la mesa—Simplemente no creí que tomaras en cuenta mi tregua.
—Me he cansado de humillarte, Granger—fue el turno de Draco para susurrar—Puedo hacerte rabiar de otras formas—le sonrió de lado, con tono juguetón y algo coqueto.
Y otra vez ese sonrojo. Y antes de que pudiera decir algo, Astoria llegó luciendo hermosa en su uniforme.
—¡Buenos días!—les dijo animada—¡El primer día de clases siempre me emociona!
—Tori, suficiente—la calló Draco tomándola de la cintura y abrazándola por los hombros.
Hermione no pudo evitar alzar las cejas sorprendida. Nunca había visto que Draco tratara a alguien de forma tan cariñosa. ¿Qué se sentiría ser abrazada por Draco Malfoy?
Y de pronto, ese sueño reconfortante que tuvo luego de haberse enterado del engaño de Fred volvió a ella. Esa voz. Esa tranquilidad. Todo era más intenso cuando frecuentaba al rubio.
¿Por qué?
—Ni siquiera estaré en su clase. Les recuerdo que soy un año menor que ustedes. —dijo ella en un puchero—Me pusieron a mi porque Daphne se casó el año anterior y Pansy....
Draco hizo una mueca.
—No dudes que eres la mejor opción, Tori. Princesa de Slytherin —le sonrió a su amiga.
Hermione era una espectadora en silencio. Demasiado en shock como para emitir alguna palabra. Draco era demasiado... Gentil. Humano. Caballeroso. No se parecía en nada al chico que llevaba haciéndole la vida imposible desde el primer año.
—Lamento el retraso —se disculpó Harry mientras se terminaba de colocar la corbata.
—No te disculpes, Potter —lo interrumpió Draco —Todos sabemos que sufres de un retraso.
Astoria rió encantada y Hermione lo fulminó con la mirada.
—Malfoy —lo reprendió —recuerda la tregua.
Él resopló, pero asintió con la cabeza. Jodida Granger encantadora. Hacia de él un marica domesticado. Volvió asentir con la cabeza sin mirarla y la castaña se sorprendió nuevamente. ¿Acaso era un plan malévolo por parte del rubio donde al principio se mostraría amable para luego humillarla otra vez?
—Dejaré pasar eso, Malfoy —dijo Harry a un lado de su amiga—Estoy decidido a dejar el pasado atrás e iniciar nuevamente.
Y le tendió la mano a Draco.
Hermione miró intensamente al rubio, inquiriéndole con una ceja que le de la mano al ojiverde. Draco sonrió de lado sin mirar a nadie más que a Hermione. Por todos los dioses, ¿realmente le iba a dar la mano a Cara Rajada solamente para ver la sonrisa de orgullo de la castaña?
Jodidamente sí.
Le tendió la mano, apretándole con fuerza.
—Siéntete sumamente especial, Potter. Porque primero tendría que estar muerto para darle la mano a la Comadreja.
Harry lo miró de manera furibunda, pero estaba complacido del avance.
—Somos los encargados de Hogwarts y como tal debemos ver lo mejor para nuestro colegio—fue lo único que dijo Harry.
—Suena como ella—le susurró Astoria a Draco con una cara de asco.
Hermione estaba saltando de la emoción por dentro, muy contenta del gran avance que habían tenido en tan poco tiempo.
—Excelente.—aplaudió Hermione— No sé si les llegó la carta anoche de los horarios pero Gryffindor y Slytherin tienen la mayoría de las clases juntos.
Draco gimió internamente. Sabía por supuesto que eso significaba tenerla presente todo el día. Compartía clases con ella que ni siquiera Potter o la Comadreja tenían. Y él sí. No sabía si sentirse desdichado o feliz. Quizá ambas. Al mismo tiempo.
—Malfoy—lo llamó Hermione—Camina conmigo. Es hora de que veamos los horarios de las asesorías. Astoria y Harry deben hablar ya de las actividades—dijo en tono autoritario, que fue tal que nadie chistó ante la orden.
Astoria y Harry caminaban a unos cuantos pasos adelante del rubio y la castaña. Hermione los vio reírse más de lo que hubiera querido por el bien de su amiga Ginny.
—Anteriormente yo daba clases particulares—decía Hermione mientras sacudía levemente la cabeza al ver a Harry reír con ganas—Pero sólo a uno o dos niños, nunca a una clase completa—dijo con temor en la voz.
Draco no la miró, pero sabía que su rostro era de preocupación y nerviosismo. La conocía tan bien.
—Será fácil, Granger.
Fue lo único que le dijo. La castaña trató de hacerle más platica pero el rubio era cortante y contestaba con monosílabos. Había veces en las cuales se tenía que morder la lengua para no responderle lo que realmente quería. Pero tenía que contenerse, no podía permitirse una relación más estrecha con la castaña. De hecho, se estaba arriesgando demasiado en tratar de complacerla con esa absurda tregua que le había dado.
—Malfoy—la escuchó susurrarle antes de salir a los terrenos de Hogwarts. Él se detuvo para mirar la mano que había posado en uno de sus hombros y luego la miró a los ojos—Gracias—le dijo con una sonrisa en los labios.
Y estaba seguro que era la primera vez que le sonreía de manera genuina.
Por Morgana, Circe y Merlín, pensó Draco viendo a la castaña irse a su primera clase, sintiendo su corazón latir con fuerza y las piernas de gelatina.

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