¡Esto está de locos!

2.4K 125 35
                                    

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling, Warner Bross & Salamandra. Yo únicamente juego con los personajes que Jo nos regaló. La historia es de mi muy triste y retorcida imaginación.

Disfruten de la lectura como lo he hecho yo escribiendo...

Segunda temporada de Sonrisa tuya, suspiro mío
"Suspiro tuyo, despertar mío"

Capítulo XXVII: ¡Esto está de locos!

Hermione se abrazaba con ímpetu al libro que apareció en su habitación durante las vacaciones de verano. Lo abrazaba como si la vida le dependiera de ello mientras caminaba entre la multitud que adornaba el andén 9 3/4. Ron y toda la tropa Weasley estaban desperdigados por todo el lugar, dejándola en compañía de un Harry algo distraído, era lo mismo que estar sola.
Se había encontrado con todos sus amigos en la estación muggle de Londres para traspasar la pared y vislumbrar al otro lado el expreso de Hogwarts. Fred intentó hablarle apenas se encontraron con ella, pero para su mala suerte su madre le llamó para que ayudara a Ginny con su baúl y luego de eso perdió de vista a la castaña. ¿Dónde se había metido? Tenía que hablar con ella aunque se negara, debía buscar una forma de hacerle entender. Suspirando, subió al tren luego de despedirse de su madre con un beso en la mejilla y sin esperar a George fue por un compartimiento vacío al mismo tiempo que buscaba a Hermione.

En otro lugar de la estación, Harry había querido ir a pasar tiempo con su ahijado Teddy, pero se encontró con la noticia que Andrómeda se lo había llevado de vacaciones a quien sabe dónde y optó mejor por irse al Caldero Chorreante donde pasó sus últimos días de vacaciones en compañía de Sebastian. Ron le había insistido en que no se fuera de la madriguera, que juntos iban a encontrar una manera de evitar a Ginny pero Harry sabía que ella era escurridiza y astuta, prontamente encontraría la manera de abordarlo y Harry no estaba dispuesto a eso y Ron tuvo que aceptar a regañadientes que su amigo se fuera a otro lugar. De hecho, Harry estaba sorprendido de que Ron no estuviera enojado con él por haber terminado la relación con su pequeña hermana, muy al contrario estaba enojado con Ginny por tomársela contra Hermione, quien por cierto, era ajena por completo al problema. ¿Cómo se pondría al saber que ella había sido la razón por la cual él había terminado su relación?
Era hora de averiguarlo. Pero de ante mano sabía que su reacción no sería linda, y Ron también lo supo porque encontró la manera de escabullirse de ahí cuando vio a su amigo abrir la boca para luego cerrarla otra vez. La castaña seguía con su libro abrazado mientras miraba el paisaje borroso por su ventanilla.
—Iré al compartimiento de prefectos—dijo Ron como si nada—No te preocupes, Hermione, yo te cubro por el momento—agregó cuando vio que ella comenzaba a levantarse.
Hermione frunció las cejas ante eso.
—No es necesario, Ron.
—Quédate—musitó Harry frente a ella—Necesito hablar contigo.
Hermione frunció aún más las cejas y Ron salió de ahí antes de que alguien dijera algo.
—¿Qué pasa?
Harry dudó unos segundos, interesándose de repente por la alfombra del tren. Era roja.
—Harry...
Él alzó la vista, pero sin verla a los ojos, mirando mejor la pared que estaba detrás.
—Terminé con Ginny.
Ella abrió los ojos como platos y se llevó las manos a la boca. Y antes de preguntar algo, su amigo siguió hablando a borbotones.
—Dijo que ser Delegado le parecía una tontería, que no necesitaba esforzarme porque mi nombre me lo da todo con sólo escucharlo—dijo enojado recordando la expresión de la pelirroja—Creí que era diferente, creí que ella me veía como algo más que el Elegido o El Niño que vivió, creí que yo representaba más que sólo un nombre que te consigue todo, creí que veía mi talento —rió un poco—Bueno, si es que tengo uno.
Hermione lo miró enternecida y apenada. Estaba apunto de hablar cuando Harry la interrumpió.
—Y todo eso se lo pude haber pasado pero lo que colmó mi paciencia fue cuando sugirió que tú y yo teníamos algo, que merecías lo que Fred te hizo y que eras una... —se detuvo, no queriéndola mirar a los ojos todavía. —zorra.—dijo quedito.
Hermione se removió incómoda en su asiento, ahora veía por qué Ron no había querido estar presente. Era un tema sumamente delicado e incómodo.
—No puedo creer que Ginny dijera algo de eso. No suena a ella.—dijo la castaña al fin y Harry soltó un suspiro de alivio.
—Creí que estarías más enojada conmigo.
—¿Por qué?—preguntó extrañada.
—Porque fuiste la razón por la que rompí con ella.
Entonces Hermione frunció las cejas con molestia y acercó su rostro al de su amigo, intimidándolo un poco.
—¡Harry James Potter Evans!
Oh, oh, pensó Harry, mi nombre completo, gimió.
—¡No quieras venir a echarme a mí la culpa de que tu novia haya perdido los estribos!—chilló la chica—Es muy obvio que ella se siente desplazada y temerosa de perderte. No justifico su reacción ni nada de lo que dijo, pero estoy segura que ella te eligió por más razones aparte de ser el Elegido o El Niño que vivió—le dijo enojada—Debiste manejar la situación de otra manera. Yo no fui la culpable de nada, aunque te agradezco que me hayas defendido de esa manera. Significa mucho para mí.
Harry suspiró de alivio cuando ella regresó a recargarse en su lugar y a hablarle de manera más suave.
—Renuncié al equipo de Quidditch. —musitó Harry e ignoró el rostro sorprendido de su amiga. —¿No entiendes lo importante que es para mí que todos me conozcan por mis habilidades y no sólo por un maldito nombre? ¿Una historia? Necesito probarme a mí mismo muchas cosas y sólo podré con tu ayuda.
Hermione odiaba que Harry la mirara con esa urgencia, esa mirada de cachorrito que ponía cada vez que necesitaba ayuda o se metía en problemas. La misma que ponía Ron cuando necesitaba ayuda en Pociones. La misma que le ponía Fred cuando quería besarla hasta que los labios se les quedaran destrozados.
Hermione sacudió la cabeza. No, no era seguro pensar en esas cosas.
—Cuentas con mi apoyo incondicional, Harry. Lo sabes, pero realmente creo que ha sido precipitado terminar esa relación.
Harry no dijo nada. No estaba de humor para hablar de lo que sentía o no por cierta pelirroja. Ciertamente, se encontraba muy confundido respecto a sus sentimientos.

Sonrisa tuya, suspiro míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora