El último beso y el cobarde

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Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling, Warner Bross & Salamandra. Yo únicamente juego con los personajes que Jo nos regaló. La historia es de mi muy triste y retorcida imaginación.

Disfruten de la lectura como lo he hecho yo escribiendo...

Sonrisa tuya, suspiro mío

por LunaHHr

XXXII: El último beso y el cobarde

Hermione retrocedió a trompicones y pasos torpes hasta su habitación con la mirada perdida y aún sin lograr escuchar bien del todo. Todo le era confuso en ese momento, sus pensamientos no lograban formar una idea coherente o que le diera sentido a todo lo que acababa de escuchar.

Se sentó en el borde de su cama con la mirada hacia ningún lugar en particular. Se llevó las manos a la cabeza, presionando un poco y frunciendo el ceño.

¿Qué es lo que acabo de escuchar? pensó ¿Draco está enamorado de mi? se preguntó incrédula. Y lo que le atormentaba más: ¿Había pasado una noche a su lado? ¿Qué tipo de noche? ¿Se había acostado con él? Comenzó a impacientarse, sentirse ansiosa.

No, pensó, Draco dijo que pasamos la noche platicando, razonó más tranquila.

Comenzó a rememorizar todos los momentos que había pasado junto a él o donde él apareciera y ahora entendía más cosas. Y otras no las entendía en lo absoluto. Se había pasado tanto tiempo pensando y recordando en los momentos donde él aparecía que se había olvidado de lo más importante.

¡Harry sabía!

Sin pensarlo mucho, se levantó de su cama y fue corriendo a buscarlo.

Oh, Merlín se apiadara de Harry Potter.

...

Harry platicaba tranquilamente con algunos chicos y chicas de quinto y sexto año en la Sala Común de Gryffindor. Reía de los chistes que estos decían, y disfrutaba de las bromas que Fred y George hacían. Ginny estaba sentada al otro lado del lugar, perdida leyendo un libro de gran tamaño. Sintió impulsos de acercarse a ella y poder decirle al fin que quería aclarar ciertas cosas. No se sentía seguro de querer regresar con ella, pero la verdad es que sí la extrañaba. Y deseaba saber cómo se encontraba. Estaba a punto de pararse para ir a su encuentro cuando el Retrato de la Señora Gorda se abrió y reveló la presencia de una Hermione muy furiosa.

—¡Harry James Potter Evans!—gruñó la castaña desde la entrada.

Toda la sala quedó en absoluto silencio. Incluso Ginny alzó la vista de su lectura, mirando a Harry y a Hermione varias veces. Fred se sentó con los ojos ligeramente asustados, al igual que George. Los que pudieron alejarse de ella con disimulo lo hicieron con rapidez. Pero a ella no le importó ya que sólo fulminaba con la mirada a Harry.

El azabache cerró los ojos por inercia, no queriendo voltearse para encarar a su mejor amiga. Sintió los pasos furiosos y por las miradas que le dirigían sus amigos supo que ella estaba justo detrás suyo.

—Potter—escupió—¿Acaso no soy tu mejor amiga?

Harry se volteó con lentitud, con las cejas fruncidas.

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