Un nuevo admirador y los celos de siempre

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Disclaimer: Todos los derechos reservados para mi escritora británica favorita: J.K. Rowling, Warner Bross & Salamandra. Toda la historia a continuación es de mi retorcida y muy triste imaginación.

Disfruten de la lectura, como lo he hecho yo escribiendo...

Capítulo XVIII: Un nuevo admirador y los celos de siempre

Se me hace una eternidad el tiempo que tardan sus labios hasta poder llegar a los míos. Puedo ver todo en cámara lenta, sus pestañas largas y rojizas, sus casi invisibles pecas que tiene alrededor de los ojos, su espesas cejas y un mechón de cabello pelirrojo que se ha puesto por encima de su ojo derecho, siento como mi mano viaja hacia ese mechón y lo peina, él atrapa mi mano y se la lleva a los labios y entonces lo sé, sé que está dispuesto a besarme sin miedo a que nos vean y...

—Granger—escucho a Malfoy escupir mi nombre—Junta de prefectos. Ahora.

Su petulante voz rompe con toda la magia que hasta hace unos momentos teníamos. Cierro los ojos y luego me encaro al hurón.

—Piérdete, Malfoy.

—Quisieras, Granger.

Ruedo los ojos y suspiro.

—Nos vemos después, Fred. —Digo tristonamente y una parte de mi cerebro me indica que Malfoy sigue ahí parado—Sé el camino a la sala de prefectos, gracias.

—Me gusta el espectáculo que vas dando con todos los Weasley, Granger. Es algo divertido. ¿Algún día te decidirás por uno? —dice maliciosamente el rubio esperando un ataque por parte mía o Fred. Detrás de esa sonrisa socarrona y tono burlón, hay un sentimiento que no puedo identificar.

— ¡Que te den, Malfoy! —salta Fred enojado con varita en alto.

Me pongo entre los dos pero Malfoy ni siquiera se inmuta, se limita a cruzarse de brazos y ladear la cabeza con una sonrisa de oreja a oreja.

—Es de Weasleys perder siempre el temperamento, ¿eh?

—Basta, Malfoy.

—Cinco puntos menos para Gryffindor. —anuncia Malfoy mientras se mira una uña y yo frunzo las cejas lista para protestar. —Por faltarle el respeto a un superior.

Fred respira trabajosamente y lo mejor que puedo hacer es tomarlo de los hombros para que me mire.

—Fred, hey, ¿de verdad vale la pena una suspensión ahora que todo va de maravilla? —llamo su atención y mi voz parece tranquilizarlo. Me besa la frente y pasa junto a Draco.

—Vigila lo que comes, hurón. —dice en un siseo y sonríe maliciosamente.

Lo veo irse por el largo pasillo de Hogwarts y luego me voy al lado contrario.

—No puedes bajarle puntos a otras casas solamente porque se te da la gana, Malfoy. —le suelto indignada, no lo veo a mi lado pero sé que está a unos cuantos pasos detrás de mí.

—Bueno, alguien tiene que enseñarle a esos Weasley quién manda. —me contesta llegando a mi lado pero con una gran brecha de espacio entre nosotros.

—Eres insoportable.

—Y tú no eres mejor que yo. —me recrimina con cierto deje molesto. Me paro en seco.

— ¿Qué quieres decir? —no se detiene así que lo jalo de la túnica aunque sé que mi tacto le molesta dado que soy una sangre sucia, pero en lugar de desprenderse de mi agarre deja que lo jale hacia mí y se para en seco.

Me mira como si tuviera algo que confesarme pero ese sentimiento en los ojos sólo le dura unos segundos, luego sus ojos glaciares sólo están llenos de aburrimiento, de indiferencia.

Sonrisa tuya, suspiro míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora