CAPITULO 1

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Tin - Tin
Apagué la alarma del despertador.
Me froté los ojos con ambas manos. Odio las mañanas.
Un nuevo año, una nueva pesadilla.
Me levanté de la cama y salí directo al baño.
Hice mi aseo personal para después salir directo a mi closet.
Tomé un jean, me puse una playera blanca y mi casaca negra con capucha, saqué del primer cajón de mi velador mi Ipod, tomé mi mochila y baje las escaleras.
Agarre una galleta de vainilla que había comprado el día anterior, mis llaves y salí de la casa.

Tres dias después de la muerte de mi mamá me llegó un sobre que contenía dos tarjetas de credito y otra carta de mi padre.
Al principio no la quise leer pero después... bueno, después tuve que leerla, porque un señor vino a la casa y me dijo que tenía que firmar unos papeles.
No le entendia pero luego que el me explicará la situación accedí a firmar los papeles.
Esa noche leí la carta de mi papá. Todavía recuerdo lo que decía.

________
En este momento me debes estar odiando por todo lo que te hice, y te entiendo, pero te juro que no te dejaré sola. Jamás lo haría.
Te mando dos tarjetas de credito para que puedas mantenerte el tiempo en que yo este fuera, necesito reponerme de todo y cuando lo hago volveremos a ser una familia. Te lo prometo.
Se que me tomará mucho tiempo y por eso voy a mandar mi abogado que te hará firmar unos papeles muy importantes. Una enmancipación legal.
Sé que tienes apenas 13 años, pero tambien sé que eres muy responsable hija.
Sé que podrás cuidarte sola.
Te prometo que iré para la navidad.
Cuidate mucho, te amo.
Tu Papá.

Mintió. No vino esa navidad, y mando una carta junto con un regalo disculpandose y prometiendome que iría
para año nuevo.
Volvió a mentir. Tampoco fue para año nuevo, y mando otra carta junto con otro regalo disculpandose y prometiendome que iría para las vacaciones.
De nuevo mintió y otra vez mando un regalo y una carta disculpandose y prometiendo que iría para mi cumpleaños.
Y otra vez mintió. No fue, y a partir de ese momento deje de leer sus cartas.
Ya han pasado 3 años desde que no veo a mi papá. Siempre en mi cumpleaños, o en navidad, o en año nuevo, o en vacaciones manda una carta junto con un regalo. Yo ya me supongo su contenido, así que nisiquera lo abro, todos los regalos estan en una habitación de mi casa, sin abrir.
Me deja una cantidad mensual en las tarjetas de credito para poder solventar mis gastos y los de la casa.
La verdad es que ya no me importa si viene o no. No me importa si sigue vivo o no. No me importa nada.

En el colegio yo era como decirlo... "la chica popular". La más fresa, la más nice... la que dejaba a todos los que me veían babeando, ya sean hombres o... mujeres.
Pero luego de lo que paso, me aleje de todo, ya no salía de mi casa más que para comprar comida, y eso si comía. No atendía el celular, y cuando alguién intentaba hablarme yo me alejaba. Deje de ser la mas popular para convertirme en la más rechazada.
Y los que pense que eran mis mejores amigos se alejaron de mí en cuestion de segundos cuando vieron que ya casi ni hablaba... ni siquiera me preguntaron como estaba, nada.  

  Hoy era un nuevo año en la misma escuela.
Ya tenía una predicción para este año: Una porqueria.
Era lo mismo desde hace 3 años.
Los mismos profesores, los mismos alumnos, las mismas materias, las mismas miradas raras hacia mi.
Llegué a la entrada del colegio donde miles chicas se abrazaban entre si saludandose, mientras que los chicos miraban sus "atributos".
Me puse los audifonos y mi capucha, entre al colegio y me dirijí a mi habitual casillero. Metí algunos libros, luego lo cerré y caminé a la clase de Ingles que era la primera que me tocaba.
Llegué y apenas habían unos cuantos alumnos.
Observé todo el salón y... Genial, este año nos han puesto carpetas dobles, osea que todos deben compartir asiento con alguien. Excepto yo. Es decir... ¿Quien quisiera sentarce con la chica rara de la escuela? Respondo: Ni el aire.
Me senté en el ultimo asiento de la fila que esta para el lado de la ventana. Puse el volumen de mi Ipod en maximo y recargué mi cara en mi mano derecha mirando fijamente el cielo.
Poco a poco sentí que el salón se empezaba a llenar y luego como todos se sentaban, había llegado el profesor.

- Buenos días clase. Hoy empezamos un nuevo año escolar y como tal tenemos un nuevo compañero. Denle la bienvenida a Nicholas Jonas- escuché risitas y vi como Miley, mi ex-mejor amiga, que estaba sentada delante de mí, le sonreia y le hacia "ojitos" -. Veamos con quien te sentarás... - eche un ojo al asiento que estaba a mi lado. Vacio. Oh no, por favor, que no se siente ahí - Claro, al lado de la señrita ____ (tu apellido) hay un asiento. Por favor ve - ¡GENIAL! Ahora tendré a Miley volteada hacia mi toda la maldita clase. Este día no pudo ser mejor. Dios: se nota que me amas.

Luego de un momento el chico se sentó y puso su mochila en el piso. Yo, seguí mirando la ventana con mi capucha cubriendome casi toda la cara.

- Como el sñr Jonas es nuevo, Sñrta ____ (tu apellido) ¿Le molestaría compartir su libro con el?
- ¿Qué? - volteé la cara de golpe. Y todos en el aula volteron a verme.
- ¿Tiene algun problema con eso, sñrita? - dijo mirandome a traves de sus anteojos de oficina.
- Ah... - como decirle que simple y sencillamente ¿Odio sociabilizar? ¿Odio hablar con personas que no sean yo misma? Pero en vista de que si le digo eso voy a tener que ir a una consulta con el consejero de la escuela, solo niego con la cabeza y digo-: No, señor Backerry.
- Muy bien, todos saquen sus libros y ponganlos en la pagina 48.

Me agaché un poco y saqué de mi mochila el grueso libro de Ingles, de 380 paginas que ya memoricé completamente en las vacaciones.
Lo puse en mi pupitre, busque la pagina y lo deslicé un poco hacia la derecha para que el chico lo pueda leer, evitando cualquier contacto visual con el.
Me arrinconé lo más que pude en mi asiento, mientras intentaba concentrarme en lo que decía el profesor sin ningún resultado posible.

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Faltaban tan solo 10 minutos para que tocara el timbre y saliera directo a mi otra clase.

- Bueno chicos, eso es todo por hoy - dijo el señor Backerry -. Esperen a que suene la campana y podrán retirarse - se sentó en su pupitre y undió los ojos en un libro.

Tomé una tapa del libro para cerrarla pero el chico de mi costado la tomó al mismo tiempo hasciendo que nuestras manos se encontraran. La quité rapidamente y tomé la otra tapa para cerrarlo y guardarlo en mi mochila.

Luego volví a recostar mi cabeza en mi mano mirando la ventana.

- Hola... - dijo alguien a mi costado. Sono algo... dudoso. Voltee la mirada y me encontre con unos ojos sumamente familiares... eran Miel Oscuro..., como los de... nadie.

Desvie la mirada hacia mis manos y dije en un susurro casi inaudible-: Hola.

- Soy Nicholas ¿Tú? - al parecer si me oyo. Bajé mis manos a mi regazo y las entrelacé.
- _.._____ - dije en otro susurro.
- ¿Qué tal...?
- No tienes que iniciar una conversación que ni tú ni yo queremos - le dije en un susurro.
- ¡Hola! - dijo alguien volteandose. Y ese alguien empieza con "M" y termina con "Iley". Tenía que pasar.
- Hola - dijo el chico de mi costado. Yo solo cruce mis brazos en el pupitre y recoste mi cabeza en ellos.
- ¿Con que Nicholas no? - dijo "La chica". La conocía perfectamente, estaba tratando de ligarcelo.
- Si, ¿Y tú eres...?
- Miley. Pero dime Mily - Mily...Mily. Yo le puse ese apodo hace años cuando nos conocimos.
- Ok, Mily.
- ¿Y de donde eres?
- Dallas, Texas.
- Oh... ¿Porqué te mudaste?
- Transfirieron a mi mamá del trabajo y bueno...
- ¿Y... te volverás a mudar?
- Yo... no lo sé. Depende del trabajo de mi mamá. Pero supongo que no.
- Que bueno, creo que seremos muy buenos amigos - y aunque no la viera, sabía que estaba sonriendo.
- Ajam - fue lo unico que dijo el chico. Ow, golpe bajo para Miley, aunque eso no la detendría.

Ring - Ring

Me paré de golpe, tome mi mochila y salí del salón. Sentí una mirada fija en mi, era... Nah... debió ser mi imaginación.
Siguiente clase: Matemáticas.  



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