CAPITULO 25 (2° temporada)

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  Nick aparcó en frente de mi casa y antes de que pudiera abrirme la puerta la abrí yo y corrí hacia el porshe.

- ¿____ qué pasa? - me gritó él.
- Nada - le grité de vuelta. Saqué las llaves y abrí la puerta rapidamente, corrí escaleras arriba hacia mi cuarto y una vez allí arroje la mochila hacia cualquier parte.

Tomé de mi velador un cuadernito pequeño de apuntes y un lapicero tinta morada. Miré mi mano donde Adamm me había escrito los numeros de su celular y ya se estaban borrando debido a que estaba tan nerviosa que comencé a sudar. La tinta se había esparcido un poco pero pude ver los numero regularmente.

5... 7.... 0.... 3... 6... 9... 2... 1... y el último numero no sé si era un 9 o un 0 asi que probé marcandolo en mi celular. Puse es numero en la pantalla y temblorosamente oprimí el botón verde de llamada.

Un pitido. Dos. Tres. Cuatro. Iba a colgar cuando...

- ¿Si? - contestaron de la otra línea un voz de hombre sumamente familiar.
- ¿A... Adamm?
- Vaya ____, no creí que llamaras tan pronto.
- No estoy llamando para preguntarte algo. No sabía cual era tú numero porque la tinta se corrió en mi mano.
- Pero ahora que ya sabes sería bueno que nos encontraramos para poder hablar del tema que tanto te interesa saber.
- No me interesa saber...
- ¿A no? - noté una nota de sarcasmo en su voz y también varios pasos subiendo la escalera.
- Luego te hablo. Adiós - colgué. Inspiré y expiré profundamente esperando a escuchar a Nick llamarme o algo así por los pasos que escuché en la escalera pero... Nada. Debió haber sido mi imaginación. Suspiré y volteé el cuerpo.

Dí un salto del susto al ver a Nick recostado en el marco de la puerta con los brazos cruzados y mirandome fijamente.

- ¡Dios Nick! Me asustaste - me puse ambas manos en el pecho mientras respiraba profundamente.
- ¿Te asusté? - enarcó una ceja y se acercó a mi lentamente - ¿Porqué debería de asustarte? ¿Acaso estabas haciendo algo malo? ¿O hablando con alguien que no deberías hablar? - tragué saliva.
- Estaba... hablando con Debby.
- ¿Debby? ¿Segura? - se paró frente a mí, y me perdí por un momento en sus ojos color miel pura.
- Si... Encerio,hablaba con ella.
- Ajá - y juntó sus labios con los míos en un apasionado beso.

Puso sus manos en mi cintura por la parte de atras y yo las puse en su espalda suavemente. Me apretó fuertemente contra su cuerpo y me abrazó en mi cintura para cargarme levemente y llevarme hasta la cama recostandome levemente.
Se separó de mí quedando su cara a escasos centimetros de la mía con la respiración agitada igual que la mía.

- Encerio, estaba hablando con Debby - le dije, quizás no era lo más apropiado que debia decir pero no se me ocurrió otra cosa.
- No quiero hablar de eso ahora... - y su boca corrió a mi cuello besandolo y dando leves mordiscos haciendo que pequeños escalofrios recorrieran mi cuerpo a cada momento.

Metí mi mano por debajo de su playera tocando su torso bien formado llegando a su pecho y recorriendo con mi dedo cada una de sus pequeñas tetillas a lo que él soltó una risita y me miró a los ojos.

- Eres traviesa... - me susurró sonriendo ampliamente.
- Oh claro, si quieres no lo hago - empezé a quitar mi mano lentamente pasando un dedo por su pecho y mucho antes de que la sacará de su playera el la tomó de la muñeca.
- Nunca dije eso - me sonrió y junto sus labios con los míos moviendolos rapidamente.

Mi mano volvió a su lugar pero esta vez subió hasta sus hombros y su cuello tocandolo levemente. Era una sesación extraña tocar una piel tan suave y tan bonita... Como la piel de un pequeño bebé.
Nick se separó de mi y se quitó su playera dejando su torso a mi vista que no tardó en recorrerlo... Nunca me cansaría de hacerlo.

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Me moví un poco tratando de encontrar una mejor posición para seguir durmiendo pero entonces me dí cuenta que lo que estaba tocando mi mano no era mi cómodo colchon con sabana lila, sino una piel... Su piel.
Levanté la cabeza para encontrarme con la de él, con la de ese chico que se roba todos mis suspiros y mis anhelos... Ese chico que me hizo amar sin medida y entregarme sin darme cuenta que lo hacia... Ese chico llamado Nick Jonas, mi amor de verdad.
Estaba recostada con la mitad del cuerpo sobre su pecho y una pierna atravesando las suyas con la sabana hasta la cintura dejando ver mi pecho desnudo y uno de sus brazos abrazando mi cintura hasta la espalda, como protegiendome.
Se veía tan dulce durmiendo... Tan inocente... Parecía verdaderamente un angel, mi angel.
Subí las sábanas hasta taparme por completo y volví a recostar mi cabeza en su pecho para cerré los ojos otra vez.

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Acababa de ponerme las zapatillas cuando escucho el claxon de un carro. Miré por la ventana de mi cuarto y ví el inconfundible Chevrolet astra de Aiden y a Debby saludandome desde la ventanilla del copiloto. Moví la cabeza con una sonrisa burlona, tomé mis llaves el celular y eché un poco de efectivo a mi bolsillo antes de bajar las escaleras corriendo.
Estaba por llegar a la puerta cuando... ¡Chin! Las pastillas de fierro y el desayuno. Suspiré y corrí pero esta vez en dirección a la cocina y una vez allí me serví un poco de jugo que había en la refri - que, obviamente había comprado Nick ayer - y tomé dos pastillas. Bueno, ya comeré luego, de todos modos no creo que por no desayunar un días me vaya a morir.

Tum - Tum

Dejé el vaso en el fregadero y salí corriendo de la casa. Cerré con llave y bajé las escaleras del porshe para subirme al auto.

- ¿Porqué demoraste tanto? - me preguntó Aiden a la vez que ponía el carro a andar.
- Lo siento, es que me olvidé de tomar las pastillas - Debby se giró automáticamente y Aiden me miró con el ceño fruncido y mirada reprovatoria a traves de el espejo retrovisor -. Pero las llegué a tomar. No se preocupen.
- ¿Desayunaste? - preguntó Debby lo más seria que jamás noté en ella.
- Eh... Tomé un vaso de jugo con las pastillas.
- ¡____! - exclamaron los dos -. Sabes que debes de comer tres veces al día, niña - continuó Debby.
- Lo siento, es que me quedé dormida y me desperté a las 9am y en lo que me cambiaba y todo se me fue la mañana volando - Aiden suspiró.
- ¿Al menos cenaste anoche? - sonreí. Por supuesto que cené, Nick me preparó la cena mientras yo dormía y luego... Luego fue a despertarme con la bandeja de comida, comimos en mi habitación y me hizo tomarme las dos pastillas. Sin duda alguna ese es el chico al que más amo - ¿____? - volvió a preguntar Aiden sacandome de mi trance.
- ¿Eh? ¿Ah? Ah, si. Si cené y Nick está de testigo.
- Bueno - dijo Debby -, pero saliendo del entrenamiento pasaremos por un McDonalds o algún lugar donde podamos comprarte algo decente.
- No es necesario - le dije pero ella negó con la cabeza, suspiré resignada y volteé la mirada hacia la ventana justo cuando entrabamos en el aparcamiento del colegio - ¿Tan rápido llegamos?
- Si - contestó Aiden apagando el motor -. Por si no te haz dado cuenta mi auto tiene el motor de el auto de Meteoro solo que mejorado ya que llamé a los alienigenas de Plutón para que me ayudaran un poco - me sonrió y salió del auto al igual que yo y Debby -, y creo que también ayudó el echo de que vives a unas 9 calles del Cole - rió burlescamente.
- Que lindo -dije entrecerrando los ojos y caminando hacia las escaleras del portal para el colegio. Una vez dentro pude ver que no había ni un solo alma en pena. Estaba vacío, completamente vacio y solitario a excepción de los ruidos provenientes del campo de entrenamiento.
- Chicas yo voy a cambiarme para las pruebas, luego nos vemos ¿De acuerdo? - nos dijo Aiden y antes de que respondamos el ya estaba caminando hacia los vestidores.
- ____ antes acompañame al baño por favor - me pidió Debby.
- Claro, vamos.

Caminamos hasta los baños de la primera planta y yo me quedé afuera de este, digamos que no me gustan ese tipo de... cosas.
Me recargué en la pared de afuera mientrás esperaba que Debby saliera. Pero de pronto sentí unos pasos, volteé la cabeza y me encontré con la persona que menos quería encontrar.


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