CAPITULO 1 (3° temporada)

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  5 años después.

New Jersey
Nick

Los rayos del sol que se filtraban por mi ventana chocaron contra mi cara despertándome. Me levanté de la cama, me bañe y cambie para después bajar las escaleras hacia el primer piso.

- Hola mamá – saludé al entrar a la cocina.
- Buenos días – respondió. Saqué un vaso del estante y me serví un poco de jugo -. Nick hoy tengo una reunión asi que no podre pasar por Frankie a la primaria, ¿Puedes ir tú?
- Claro – terminé el jugo y enjuagué el vaso para después dejarlo en el escurridor - ¿A las 2 verdad?
- Si - terminó con su café y agarró su bolso -. Ya me voy, nos vemos en la noche, por favor, no te olvides de tu hermano – dijo antes de irse.

Suspiré. Han pasado cinco años y aún la echo de menos.
Ese es el tiempo que una persona normal hubiera tardado para olvidar pero no. Yo no soy una persona normal, soy una persona enamorada. Y pueden ser 5, 10, 15 o hasta 100 años, estoy seguro de que nunca la voy a olvidar.

Caminé hasta la sala y prendí la tv. Me senté en los sillones y me puse a leer la correspondencia que había en la mesa de estar. Propaganda. Revistas. Nada interesante, entonces presté atención a un sobre blanco enviado al "Señor Nick Jonas".

Lo abrí. "Corporaciones Gheta SA". Estaban buscando un economista.

Acabé la universidad hace poco y se suponía que ahora debía buscar un empleo. Mis notas eran altas, por lo que me había ofrecido varios, pero ninguno me llamaba demasiado la atención. Terminé de leer la carta.

Me paré de golpe. Irme a Los Angeles... Irme a Los-Angeles.

Lo había pensado varias veces pero hasta este momento no lo tenía con claridad. La universidad se me interponía antes, pero ahora ya no. Necesitaba un trabajo, y la necesitaba a ella. Ahora las dos cosas se me daban al mismo tiempo.
Ir a trabajar a un buen empleo en Los Angeles, y luego, buscarla, encontrarla, y nunca más dejarla ir.

Tomé el teléfono y marqué el número de contactos que decía en el sobre.


Los Angeles
______

Ding Dong

- ¡Mami! ¡Mami! ¡Ya llegaron! ¡Ya llegaron! – gritaba Jerry, emocionadísimo dando pequeños saltitos mientras bajaba la escalera.
- Tranquilo, cariño. No te vayas a caer.
- ¿Yooooooooooooo? ¡No, yá! - e hizo esa mueca que tanto me facinaba. Terminó de bajar las escaleras y corrió hacia la puerta.
- Pregunta quien es – el me miró y levantó su trompa. Sabía perfectamente que siempre debía de preguntar quien es antes de abrir.
- ¡Pero sé que son mis tíos! – refutó.
- Jerry – lo miré seria. Suspiró y alargó su manita al pequeño intercomunicador de teléfono que había a su altura.
- ¿Quién es? – su voz era tan angelical
- Soy tú conciencia que dice que debes abrir esa puerta ahora.
- ¡Tía Debby! – colgó el auricular y me miró - ¿Ves mami? ¡Te dije que eran mis tíos! – reí. Se parecía tanto a él.
Jerry abrió la puerta y prácticamente saltó a los brazos de Debby.
- ¿Cómo está mi querido ahijado, eh? – Debby lo levantó en brazos y comenzó a dar vueltas con él.
- ¡Bieeen! – respondió mi pequeño - ¿Dónde está mi tío Aiden? – comenzó a ver por detrás de Debby.
- Esta en el auto sacando las maletas. ¿Qué tal si lo vas a ayudar?
- ¡Ya! – gritó emocionado, se bajo de los brazos de Debby y corrió afuera de la casa.

Caminé hasta mi amiga y le sonreí.

- ¿Qué tal, comadre? – se rió Debby al tiempo que nos abrazabamos.
- Muy bien. ¿Y tú comadre? – nos separamos y comenzamos a reir.
- Pues ahí. Esta haciendo un frio terrible en New Jersey, es bueno estar en el soleado San Diego de ves en cuando.
- Creo que tienes razón. Es una zona hermosa, de una temperatura justa – sonreímos y volvimos a abrazarnos - ¡Te extrañe tanto, amiga!
- ¡Y yo a ti! – volví la mirada hacia Jerry que intentaba traer una gran maleta por si solo, aunque Aiden lo ayudara -. A crecido muy rápido desde la última vez que vine.
- Si – suspiré, ella volvió la mirada hacia mi.
- ¿Qué pasa? – me mordí el labio inferior, ¿Debería...? – No intentes decirme que no te pasa nada por que sé que es así. Vamos, Prins. ¿Qué tienes? – hice una mueca con la boca.
- Hoy cuando fui a recoger a Jerry al nido hablé con su profesora. Ella está enterada del tipo de relación que tuve con... Nick – aún después de todo es tiempo me costaba decir su nombre -. Dijo que Jerry estado haciendo dibujos de seis personas. Tú, Aiden, mi papá, yo, él y... Su papá – sentí como se tensaba a mi lado -. Tambien dijo que no me sorprendiera si un día de estos me pregunta sobre él.
- Algún día tenía que pasar. No puedes seguir evitando el tema llevándolo a pasear cuando empieza a hablar de eso – me aconsejó Debby.
- Es solo que... Aún es muy pequeño. No quiero que se entere de lo que paso entre él y yo. No todavía, se lo contaré, pero más adelante.
- Es tu decisión amiga – me sonrió y yo no pude evitar sonreir con ella -. Pero ahora nos la pasaremos bien con ese pequeñísimo pedazo de cielo. ¿Ya tienes todo listo verdad?
- Por supuesto. ¿Qué clase de madre seria si no fuera así? – le saqué la lengua y miré a Aiden que me sonreía mientras ambos veíamos como Jerry subía las escaleras del porshe con la pesada maleta de viaje de Debby.

Era mi hijo. Mío... y de Nick. Aunque el no lo sepa, y quizás nunca lo haga...
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