llegaste en el preciso momento - Nick Jonas & Tú.

CAPITULO 18 (3° temporada)

  - Miley te mueves una vez mas y juro que te jalare el pelo hasta sacártelo de l cabeza – amenazó por centecima vez Debby.
- ¡Lo siento! Es que estoy muy nerviosa – fue su respuesta.

Reí en silencio mientras le acomodaba la cola del vestido de novia para que no se le arrugara.

- Todo estará bien – dije -. Pero te sugiero que no te muevas mucho o Debby es capaz de hacerlo – susurré mas bajo, tal que solo Miley pudiera oírme.
- ¡Lo oí! – exclamó Debby.
- Ups... - dijimos Miley y yo al unísono y reímos por lo bajo.

Debby movió la cabeza y siguió acomodando el velo de Miley. Luego de unos instantes se separó y le dio la vuelta para que pudiera verse en el espejo.

- Estas preciosa – le dije sonriendo.
- Gracias, ____ - me respondió -. Esto me recuerda a la boda de la señorita McCurdy en el kínder ¿Recuerdas?
- Como no – moví la cabeza -. Si a mi fue a la que se le rompió el vestido.
- Pero a mi me cayo pastel – refutó ella.
- Pero a Aiden no le gustará que lleguemos tarde – dijo Debby. Miley y yo reimos y segundos después entraron su mamá y muchas chicas más.

Me aleje un poco del barullo hacia el barandal de la ventana de donde se podía ver el gran jardín que seria lugar para la ceremonia, ya ocupado por muchos de los invitados. Debby se acercó y se puso a mi lado. Se veía divina con ese vestido color perla.

- No sabía que eran amigas – dijo refiriéndose a Miley y yo.
- Lo somos – sonreí -. Siempre lo fuimos – la miré y ella alzó una ceja.
- ¿Siempre?
- Nos conocimos en el kínder. Fuimos mejores amigas desde entonces y luego cuando ocurrió lo de mi mamá... pues... nos separamos.
- Entiendo – me sonrió –. Mientras no intente robarme a mi mejor amiga, no veo motivos para descuartizarla.

Reí ante su comentario.

- Verdad, ¿Tú Romero vía internet no iba a venir hoy?
- Si – suspiró enamorada -. Hace un rato me mando un mensaje diciéndome que ya había llegado. Ya debe estar sentado entre los invitados – y se empinó un poco para ver hacia las filas de asientos donde estaban sentadas las personas que ya habían llegado.

Estuvo moviendo la cabeza por un momento cuando por fin suspiro.

- Ya lo vi – dijo. Me volví hacia el barandal buscando el flanco de su mirada.
- ¿Dónde? – pregunté. Pero en ese instante una persona volví su cabeza hacia la ventana.
- El que esta mirando hacia aquí – dijo ella.

Pero a pesar de que estábamos a un piso de distancia, que las sillas estaban a unos tres metros del edificio, que se había cortado y cambiado el peinado. Pude reconocer sus ojos.

Ojos azules como el cielo.

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