llegaste en el preciso momento - Nick Jonas & Tú.

CAPITULO 14 (2° temporada)

  Ring Ring

- No olviden hacer sus deberes - ¿porqué los profesores siempre terminan con frases como "Los veo la proxima clase" o "No olviden sus deberes". Aburrido.

Tomé mis libros y salí del salón directo a la cafeteria. Pero primero pasé por mi casillero para dejar las cosas y sacar las de la proxima clase.
Puse la combinación y abrí el locker, metí los libros y saqué la pesada guía de Ingles. La metí en la mochila, cerré el locker y le puse el candado mientras me echaba la mochila a la espalda.

- ¡_____! - me paré en seco, volteé la cabeza y divisé a Nick corriendo hacia mi dirección - Preciosa hoy no podré acompañarte en el almuerzo, es que el entrenador convocó una reunión urgente en el gimnasio y...
- Cariño tranquilo. Mejor anda antes de que se te haga tarde.
- Es que no quiero dejarte...
- Nicho anda ¿si?
- Ok - sonrió y me dió un pequeño beso -. Nos vemos en la salida - me besó la frenté y salió corriendo en dirección al gimnasio. Suspiré y caminé hasta la cafeteria, con suerte encontraría una mesa vacia.

Y como la suerte siempre está de mi lado la cafetería estaba completamente llena. Genial. Fuí hasta la fila y cuando tocó mi turno tomé una hamburguesa y un jugo, recorrí la cafetería con la mirada y ví una mano alzada moviendose de un lado a otro. Seguí el recorrido del brazo y llegué hasta el rostro de la persona. Debby. Y frente a ella en su mesa, Aiden.
Caminé hacia ellos y me senté a lado de Debby dejando la bandeja encima de la mesa.

- Hola ____ - dijeron los dos al unisono.
- Hola - contesté mientras abría el jugo.
- ¿Qué tal el resto de las clases? - preguntó Aiden.
- Como siempre... Aburridas - suspiré y tomé un sorbo de jugo.
- Oye ____ ¿y Nick? - preguntó Debby.
- Junta de futbol.
- ¿Está en el equipo de futbol? - preguntó esta vez Aiden.
- Si, desde el año pasado. Es el capitan.
- Ouu. Pobre de tí Aiden - dijo Debby riendo.
- ¿Porqué?
- Aiden piensa entrar en el equipo de futbol para la temporada de primavera.
- ¿Eres bueno?
- Si, en mi antigua escuela también estaba en el equipo de futbol.
- ¿En qué posición estabas?
- Delantero derecho.
- Entonces tienes suerte.
- ¿Porqué?
- Mathew, el delantero derecho, se cambió de escuela y si eres bueno estoy segura que no dudaran en meterte, por lo que me contó Nick necesitaban ya un suplente.
- No creo que quede... - susurro.
- ¿No que jugabas bien? - Debby rió.
- Ese no es el mayor problema - dijo ella.
- ¿Entonces?
- El problema es tu queridisimo novio tiene la manía de matar al pobre de Aiden con la mirada.
- ¿Ah?
- Si - rió -. Nos tocó historia con Nick en la cuarta hora, y aunque estaba bien distante de Aiden puedo jurarte que si el profesor no estuviera se le lanzaba encima - volvió a reir y yo reí con ella.
- No, Nick no es tan... Esperen, no, si Nick es muy impulsivo. Mejor cuidate Aiden - dije riendo.
- ¿Qué le hice yo para que me mirara tan gueso? - exclamó Aiden mientras se pasaba una mano por la cara.
- Nicho es un chico celoso... y digamos que no está acostumbrado a verme hablar con chicos porque a decir verdad no tengo amigos hombres así que... bueno, ustedes saben - le sonreí.
- Pero ahora el problema es que es el capitán del equipo.
- ¿Y?
- Que es obvio que no dejará que entre. Nada más tienes que ver como me mira, me quiere a un millón de años luz de aquí.
- Oh vamos, el no haría eso.
- Tú no conoces a un chico celoso.
- Ya, ¿y tú si?
- Por si no te haz dado cuenta soy un chico.
- Fijate que no me dí cuenta.
- Hay ya lo sé, ¿verdad que sirvió el delineador? - dijo con una voz rara a lo que tanto Debby como él y yo reimos - Ok, es encerio. Jamás dejará que entraré. Jamás.
- No será así. Y para que veas que es cierto haz las pruebas este sábado en la mañana y yo estaré allí para restregarte en la cara tú error en no confiar en mí eh.
- Ok... Pero si hago el máximo ridículo quedará en tú conciencia.
- No te preocupes que no sufro de remordimientos.
- Si, si. Excluyan a Debby de la conversación. Al final de cuentas no quiero ver a muchos chicos persiguiendo una pelota - dijo ella hasciendose la ofendida.
- ¿Quieres acompañarnos?
- ¿A qué hora paso por tí? - los tres reímos.
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