capitulo 12

1.6K 114 13
                                    

¿Por qué la vida no siempre es como una quiere que sea?

Rose se quedó paralizada al ver a un exótico moreno de bellos y cincelados músculos, con una sexy y delgada barba que parecía recién afeitada, era un chico que te dejaba sin aliento, sus ojos eran color café y su cabello castaño claro, llevaba una camiseta que mostraba sus musculosos brazos y pechos, un short rojo ajustado hasta las rodillas.

—Buenos días Rose ¿que haces allí congelada en la ventana?

Rose dio un brinco y tartamudeo —Jooo-séee Deel-gaado

— ¿Quién? -me asomé a la ventana —Woo ¿Quién es ese chico?

—Es nuestro vecino y creo que viene a quedarse, porque está bajando sus maletas del auto.

— ¿hablas en serio? —vuelvo a mirar por la ventana.

En ese momento él miró hacia la casa de Rose, al vernos sonrió y saludo, de los nervios Rose me empujo haciendo que ambas cayéramos una a cada lado de la ventana —estás loca! —solté una carcajada mientras Rose reía como una lunática en el piso.

—José Delgado! Cómo pude haber olvidado que tenia un vecino así, pero si ya casi terminan las vacaciones ¿qué hará por aquí?

—Dices que vive al lado no! entonces vino a quedarse, que se yo Rose ¿Que se te antoja?

—Un José delgado con piña —lo dijo lamiéndose los labios.

—Ya en serio Rose.

—Té helado con piña.

—muy bien serviré dos, oye hoy iremos a la librería a comprar los libros que usaremos en la universidad.

—Vaya, no sabía que habías preparado una lista de ocupaciones para hoy.

— ¿tienes planes?

—No, solo me sorprende lo enérgica que amaneciste hoy.

Salimos y Rose puso en marcha el auto, aunque habíamos tenido una mañana movida, mis pensamientos vagaban entre los asuntos que aún no estaban resueltos

—Meg quiero hablar contigo de una decisión que he tomado —dijo Rose sacándome de mis pensamientos — ¿recuerdas que habíamos planificado ir a la universidad y estudiar la misma carrera?

—Sí ¿y qué has decidido?

—Decidí que quiero apoyarte en la ONG que siempre me has contado que quieres fundar.

La mire sorprendida —siempre has dicho que al tener el título ayudaras a los niños y mujeres maltratadas, yo quiero ser parte de eso y ayudarte en la fundación.

Sentí una gran alegría, mi mejor amiga no solo sería mi colega sino mi socia.

—No sé cómo agradecerte Rose, solo puedo decirte que eres bienvenida y que estoy segura que seremos un gran equipo.

Dalia y su esposo querían que Rose estudiara medicina, pero cuando nos conocimos en la secundaria y hablamos de nuestro sueños se sintió identificada conmigo, recuerdo que le conté que quería ayudar a las familias que se encontrasen en la misma situación que nosotras, es así como decidió ir a la universidad de sociología al igual que yo.

la mire para agradecerle pero entonces la encontré entretenida —por tu sonrisa veo que quien te escribe es Eliot.

—Sí... es tan tierno espero que nunca cambie.

—Yo también lo espero nena.

— ¿Oye y tú no has tratado de hablar con Josh?

—Si, le escribí un mensaje el día de la fiesta, pero no me respondió y no se ha aparecido desde entonces.

— ¿Y si le ha sucedido algo malo?

— ¿Hablas en serio Rose? Si así fuese ya Eliot te lo hubiese mencionado, no lo justifiques por favor.

—Meg yo pensé que...

—Tu pensaste como toda chica tonta que éramos como Elinor y  Edward, que estaríamos juntos por siempre.

— ¿Y por qué no puede ser así?

—Por qué la vida no siempre es como una quiere que sea Rose, no todo sucede como quisiéramos que sucediera.

—Lo siento tanto de verdad.

—No lo sientas nena, es mejor temprano que tarde.

Entramos a la librería y sacamos el pensum de la universidad.

—A ver Reglas del método sociológico!

—Aquí lo tengo.

—Investigación cualitativa y cuantitativa.

—Por aquí está —Rose lo busco en el tercer estante.

—Proyecto de investigación.

— ¿Es el de la tapa roja o naranja?

—Jajaja es negro Rose de letras verdes.

—Ok ok aqui... aqui esta.

—Grandes clásicos de la sociología.

-—Lo tengo, espera no alcanzó hasta arriba.

—Teoría de Durkheim, Weber, Comte y Russell.

—Aquí casi los alcanzo, los tengo.

—Ok al parecer tenemos todos los libros, los demás nos los darán en la universidad a medida que los semestres avancen. Después de pagar nuestros libros nos fuimos a casa, Rose se ha puesto sus pantalones cortos para limpiar, siempre me rogaba que la déjase limpiar porque decía que yo era mejor en la cocina, preparando nuestro almuerzo abrimos una botella de vino y conversábamos hasta que hizo la pregunta mágica.

— ¿Meg ya revisaste cuantas monedas de oro te regalo shadam?

—Si son 10 monedas —le respondo seria.

—Rose casi se ahoga en su copa de vino —Woo eso es mucho dinero ¿cuando iras a cambiarlas?

—La verdad no estoy segura de hacerlo, pienso llamarle para devolverlas no quiero esa cantidad de dinero, siento como si me estuviese comprando.

—Vamos Meg! solo fue un regalo.

—Es mucho dinero Rose —negué con la cabeza

—Pero él es muy rico, para él eso es nada ¿de qué te preocupas?

—Pienso que no debo aceptarlo, además hay que ir a una casa de cambio, sacar la cuenta y no se si pueda con tanto.

Rose agarra mis hombros y me mira a los ojos —escucha, se ofenderá si le devuelves el presente ya sabes cómo son los egipcios, además estudió con nosotras desde la primaria conoce tu situación, tal vez no te trato como una odalisca, solo es una manera de ayudar

—Rose yo no —me interrumpió.

—Pero nada, ese dinero es tuyo él te lo dio ,siempre me has dicho que cada gota de sudor de trabajo vale.

—Rosee no juegues conmigo sabes bien que no estaba trabajando.

— ¿Por qué eres tan testaruda por Dios?

—Mejor terminemos de almorzar ya decidiré que hacer con ese dinero.

Anochecío y aún estábamos acurrucadas viendo el maratón de la serie que tanto nos gustaba, mi teléfono vibró en la mesa de noche y mi corazón se paralizó a ver que en la pantalla decía "Josh"

—Mi mariposa ¿dónde estás? Quiero verte, mañana pasó por ti.

Un calor llenó por completo mi cara y al mismo tiempo sentía alegría en mi corazón.

— ¿Habla en serio? ¿cree que puede desaparecer y no ha pasado nada? no sabía si reír o matarlo esto está mal de verdad, tres días, tres días sin verle sin saber de él y solo se aparece diciendo aquí estoy sin un disculpa, ni siquiera un mensaje que me diga "sé que debí llamarte" "debo explicarte" Nada.

Tierna e inocente Dulce Desastre IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora