Capitulo 17

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No volverás a irte así sin decir nada.

Al día siguiente desperté sintiéndome más tranquila, busque mi celular tanteando en la mesa de noche para ver cuánto tiempo había dormido, ya era mediodía, deseaba darme una ducha así que me desvestí poco a poco, el cuerpo aún lo sentía adolorido, me metí bajo el agua fría y comencé a relajarme, era lo que necesitaba en este momento.

Me senté en la cama y tome el teléfono, se me oprime el corazón al ver las diez llamadas perdidas de Josh y un mensaje que no me había atrevido a leer, primero quería ocuparme de mí, de estar bien me vestí y baje a la cocina anhelante por una taza de ice tea, me senté en el columpio de afuera disfrutando cada sorbo, había una brisa suave y el columpio se mecía con suavidad, eso me relajaba mucho más.

Escuche un auto acercarse y el corazón casi me deja de funcionar imaginando que Josh había venido hasta aquí, pero claro al ver el auto pensé ¿Como el orgulloso Josh Wetterberg va a venir hasta aquí? era el auto de mi vecino, el guapísimo y fornido José Delgado, bajo del auto y me miro justo a los ojos, en el intercambio de miradas me fije que sus ojos eran marrones con un destello verdoso, casi almendrado ojos claros, me sonrió con esa sonrisa de súper modelo y sonrei al pensar que los chicos como él existían solo en los catalogos y con efectos de photoshop, pero no, había uno que era real y pasaba frente a mí.

—Hola, ¿cómo estás?

Le sonreí como una tonta —Hola bien.

— ¿Eres nueva por aquí?

—Eh sí soy amiga de Rose y estamos viviendo aquí esta temporada.

—Grandioso, estamos a la orden por mi casa, si algo se te ofrece.

—Gracias!

Entró a su casa y el alma me volvió al cuerpo, por un momento pensé que estaba en el cielo pero no era cierto, así que volví a aterrizar en la realidad, dándome cuenta que ignoraba a mi teléfono celular por miedo a no saber qué contestar, escuche otro auto acerarse pero este sonido si lo conocía, era el auto de Rose, se bajó sonriendo cargando muchas bolsas del supermercado, me acerque para ayudarle a cargar con las bolsas

— ¿Día de compras?

—Si debíamos abastecer Meg, no habíamos hecho compras desde que mamá nos trajo la comida.

—Dime que tomaste el dinero que deje sobre la encimera para las compras.

—Si Meg lo tomé, sabía que te pondrías furiosa si no te dejaba ayudar con los gastos.

—Ok ¿tienes hambre? —le pregunto mientras sacamos los alimentos de las bolsas sobre la mesa.

—Si muchísima, se me antoja un puré de papas, con pescado a la plancha, vegetales y una copa de vino.

—Ok señorita Rose, tomare su orden y me pondré a trabajar en ello.

—Quiero ayudarte— la mire boquiabierta —Si! quiero aprender sobre las artes culinarias.

Le Sonreí —ok esta bien, te enseñaré.

Encendió el estéreo con música suave, se lavo las manos y nos pusimos al día con nuestro almuerzo, le explicaba como debía hacer y cuales especias poner al pescado y por cuanto tiempo cocer los vegetales. —listo! eres muy buen ayudante de cocina Rose, te felicito.

—Me encanto aprender, ya me está gustando esto de la cocina.

Serví los platos, mientras ella descorchaba la botella de vino.

Fue una deliciosa comida, no sé si estar triste me abría más el apetito o en realidad estaba tan deliciosa que no dejamos nada en el plato.

— ¿Otra copa de vino Rose?

Tierna e inocente Dulce Desastre IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora