Capitulo 22

1K 89 4
                                    

La vida continúa

Domingo... adoraba la tranquilidad de los domingos en la casa de campo, solo se escuchaba el canto de los pájaros, me había despertado hacía rato ya pero me quede acostada en la cama pensando en lo que había sido de la semana pasada, estaba tan alegre por mi trabajo y tan triste por Josh. Revise el teléfono con la esperanza de encontrar un mensaje o una llamada suya pero no, tal vez el si había decidido olvidarme de manera definitiva, aun así no podía evitar extrañarlo, sentía que lo amaba era mi primer amor.

—Hola ¿cómo amaneces?

—Rose pensé que no había nadie en casa, aunque el olor del café te delato.

—Ven abajo Meg ha llegado algo para ti.

—¿Algo para mí?

Baje las escaleras y vi un hermoso ramo de rosas frescas y olorosas sobre la isla de la cocina.

—Son hermosas—las vi y las olí con cierta nostalgia.

—¿Qué dice la tarjeta Meg?

—Te extraño, siento que una parte de mi murió, anoche estabas tan hermosa que no pude acercarme, pero las fotos me consolaron un poco.

—Josh—susurre, apreté la tarjeta contra mis labios inhalando el perfume que sus manos dejaron impregnado en la tarjeta, mientras escribía el mensaje. Olí las rosas y por primera vez desde que vi las fotos de Josh con María Suarez permití que las lágrimas salieran.

—Megan... tan hermosas las rosas y te han puesto triste— Rose posó las manos sobre su pecho como si ella misma sintiese mi dolor, lee la nota en silencio y luego me mira con compasión— es tan triste, romántica pero triste.

—Un momento dijo que las fotos le dieron consuelo ¿Cuáles fotos? —en seguida Rose corrió por su tablet y abrió la página de cotilleos.

"Unas de las más hermosas de la fiestas, la activista social Megan Jones esta vez en compañía del vocalista y guitarrista Alex Fiht, la chica lucia hermosa y como siempre acompañada de chicos escandalosamente sexys"

 —Tenían que subir exactamente esta foto! paparazis de porquería.

La foto era de Alex dándome un beso en la mejilla, mientras me inclinó un poco hacia atrás, pegándome a su cuerpo con sus manos sosteniendo la parte baja de mi espalda.

—Rose quisiera llamarle, explicarle que esta foto no significa nada, que solo fue una conversación entre conocidos, que fui contigo no con él, que no es lo que él piensa.

—Espera un momento. ¿Y quién te ha llamado a ti ofreciéndote una disculpa? ¿Quién te ha ofrecido una explicación por las fotos que hay colgadas en la web de Josh Wetterberg y María Suarez?

Baje la vista al suelo y me quede en silencio, ella tenía razón Josh no había movido un dedo para aclarar las cosas, ni para buscarme ¿el ramo de rosas que era? ¿Una disculpa acaso? ¿O un sé que andas con otro y ese no soy yo?

—Ese silencio me da la razón —Rose interrumpe mis pensamientos —así que no quiero saber que tú andas buscando a Josh Megan Jones o tendremos serios problemas.

—Pero esto lo va a alejar más de mi Rose, lo sé.

—Él te perdió Megan no ha sido tu culpa, él ha preferido su orgullo a tu amor, así que sécate esas lágrimas y levanta la cara.

Era demasiado tarde para desayunar así que agradecí las dos tazas de café que me bebí pesando en Josh, en lo fácil que seria que habláramos y el me explicara todo, Rose creía que yo veía la televisión con ella, pero la verdad es que mi mente se iba a otro lugar.

—¿Qué prefieres, que pidamos de comida?

—Lo que tu pidas Rose, escoge tú lo que pidas estará bien para mí.

Rose pidió unos tamales y un té helado para animarme —sé que no tienes ganas de salir pero hoy iremos a visitar a nuestras madres, no dejare que te quedes aquí sola deprimida, tentada a llamarlo, así que ánimo, vistámonos y vayamos a tomar algo con ellas.

Me vestí como por inercia y le avise a Rose que estaba lista, nos encontramos con madres en casa de Dalia, nos esperaban con una deliciosa merienda y nos entretuvimos con los recuerdos que ellas tenían de nuestras travesuras, sentir a madre abrazarme y estar cerca de mí, me hizo sentir un poco de paz, cuando anochecía regresamos a casa.

—iré arriba a descansar.

—Ve nena está bien, te quiero.

—También te quiero, gracias por estar.

Me fui a la cama y al fin me sentí libre para llorar, rompí en llanto abrazándome a mí misma, este dolor no era normal, tenía una semana sin ver a Josh, sin tocarlo, sin oír su voz.

—Pensaba que el amor era un sentimiento fuerte, pero no, es débil y nosotros también lo somos.

Al día siguiente volví a la institución, me sentía igual de triste, pero al menos la presión que había en mi pecho había cedido con el llanto— la vida continua—me dije a mi misma así que volví la mente al trabajo.

Más tarde me reuní con Escarleth para organizar lo del del siguiente evento le di algunas ideas que tenía y planificamos lo más que pudimos, para no interrumpir el trabajo Escarleth pido el almuerzo a la oficina, descansamos un rato, pedimos café y cuando nos dimos cuenta ya eran las 4:00 de la tarde, pase por la oficina de Rose y ella aun no terminaba, decidí adelantarme y caminar para pensar así que fui a la biblioteca a buscar mis recuerdos.

El piano como siempre estaba cubierto con la sábana blanca, recordé el comentario de Josh y el tatuaje sexual, reí con dolor al recordar su mentira, no existía novia, ni tatuajes de conexión íntima, ni algo parecido ¿a quién quería impresionar Josh? ¿Por qué le gustaba engañarse a sí mismo? ¿Por qué prefería aparentar ser un chico que no era si yo lo amaba así tal cual?

Camine hasta la última parada del pueblo y tome el autobús hasta la casa de campo, eran las 7:05 y Rose no había llegado, debe estar con Eliot, abrí una botella de vino y me dispuse a hacer la cena, la cocina siempre me animaba, así que hice pasta al horno, ensalada y rebane pan.

—Uhm huele delicioso— dijo Rose apenas cruzaba la puerta

—Rose, pensé que no vendrías!

—Salí tarde nena, una hora después que tú, fui a verme con Eliot hasta ahora que he llegado.

—Debes estar hambrienta.

—Oh si, la actividad física con Eliot me ha dejado exhausta— le sonreí con cierta nostalgia, ella se dio cuenta y cambio de tema.

—¿Y qué tal tu día hoy?

—Muy productivo la verdad, Escarleth me ha estado enseñando muchísimas cosas y quiero aprender. Hablamos del trabajo hasta que Josh desapareció de mi mente al menos por esta noche.

Tierna e inocente Dulce Desastre IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora