Capitulo 18

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Un Brindis por las chicas... Lo haremos bien

El resto de la semana paso sin novedades, la prensa y la gente había olvidado el estúpido rumor de la chica que suponían "salía con dos de los hombres, más adinerados de la cuidad" quién lo diría yo metida en un lío de revistas de famosos y gente de renombre. Pensaba en todo esto mientras tomaba mi taza de café sentada en la mesa del comedor frente al ventanal de la cocina, sentí el celular vibrar en la mesa y me saco de mis pensamientos, un mensaje de texto.

—Señorita Megan Jones, le notificamos que tiene una cita en la fundación de ayuda a la mujer, el día lunes a las 9:00 am para establecer su trabajo como voluntaria en esta institución, desde ya le damos la bienvenida a nuestro equipo —al colgar grite de emoción, un grito que estremeció toda la casa, Rose bajo espantada las escaleras saltando tres o más escalones sin darse cuenta.

—Meg ¿qué sucede? ¿qué te pasa?

La mire con una sonrisa de oreja a oreja —estoy tan contenta Rose! ¡entre! ¡entre a la fundación! mañana tengo una reunión para saber cuál será mi área de trabajo como voluntaria.

 —Es lo máximo! — Rosé daba vueltas y brincos conmigo de un lado a otro.

—No puede ser que alegría! — entonces vi que bajo el rostro algo de triste.

—Hey nena ¿que pasa levanta esa cara? seguro a ti te citan más tarde o mañana ¡vamos! Sonríe si, sé que a ti también te llamaran.

— ¿Tú crees?

—Claro que sí animo! anda ven a desayunar conmigo.

— ¿Y bien cómo están las cosas con Josh?

—Uhm bien... a veces hace cosas que no comprendo, sin embargo quiero creer que debe haber un motivo por el cuál se comporte de esa manera, aunque eso no justifique ciertas cosas.

—Supongo que debe ser difícil que sea tan callado, debe ser más complicado para hablar las cosas que les molesta.

—Intento comprender, lo quiero y quiero que esto funcione al parecer él también quiere.

—Solo espero que no te lastime Meg o nunca se lo perdonare.

Abrace a Rose agradecida de que se preocupe por mí —todo estará bien nena, prométeme algo, no me dejes sola nunca.

—Lo prometo Meg, te quiero.

Rose encendió el estéreo —Yo aseo la casa y tu cocinas ¿sí?

—Ok trato hecho.

Prepare el almuerzo mientras Rose ponía la casa en orden, la verdad era que le gustaba bailar por toda la casa a medida que pasaba el plumero y movía el trapeador, mientras la observaba cantábamos juntas las partes favoritas de nuestras canciones y abríamos una botella de vino, era esa la rutina de los viernes, una rutina que disfrutábamos mucho.

—Hey Meg hagamos una cena e invitemos a los chicos a cenar solo una vez hemos estado los cuatro juntos, nos haría bien compartir y ver qué tal se llevan los hermanos Wetterberng fuera del escenario. sin esperar mi respuesta subió arriba, la escuche llamar a Eliot y como de una invitación paso a una conversación de diez minutos, a veces deseaba que Josh fuese tan abierto para hablar con lo era Eliot, pero entendía que ambos eran diferentes, cogí mi celular y en cambio de llamar le escribí un mensaje.

—Hola, extrañe tu mensaje en la mañana ¿Cómo estás? Te invito esta noche a cenar a la casa de campo, te extraño besos Megan.

Cuando Rose bajo, arreglamos la casa, arreglamos la mesa, escogimos las velas y el vino. 

Tierna e inocente Dulce Desastre IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora