Capítulo 45

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Esto era un sueño.

Josh llamo a la puerta y una enfermera nos atendio en la entrada.

-Buenos dias señor Wetterberg -Buenos dias Mikaela.

-Señorita - me saludo y asenti con una sonrisa -Hola.

la dulce enfermera hablaba suave y en un tono agradable

-Pasen al patío los estan esperando.

-Gracias - Josh volvio a tomar mi mano y atravesamos la casa en busca de las dos personas que nos esperaban afuera. 

Al salir habian dos ancianos tomados de la mano mirando al frente escucho a Josh pronunciar las palabras dulcemente -Abuelo, Abuela- se voltean lentamente hacia él para mirarnos, da grandes sancadas hacia ellos evitando que se levanten de sus sillas pero aún asi el señor ha sido torpemente más rapido que él y ha logrado levantarse al mismo tiempo para abrazarlo y darle un beso, luego se dirige a la anciana y le planta un sueve beso en ambas mejillas tomando su rostro con cariño entre sus manos, estoy encantada con la escena y entonces el me llama

-Meg ven - Josh me extiende la mano - acercate quiero que conozcas a mis abuelos.

- Hola- salude con delicadez y me sente frente a ellos poniendo mis manos sobre las rodillas, la anciana me mira con sus hermosos ojos azules y le dice a Josh - ¿Ella es Megan?

-¿Que? el corazón me da un vuelco entonces Josh responde la pregunta como si estuviese leyendo mis pensamientos

-Si abuela, ella es megan la chica de la que les he hablado todo este tiempo.

Miro a Josh y despues a su abuela, la anciana me extiende los brazos -acercate pequeña, bienvenida a la familia - Que bella y dulce señora, puse una mano sobre mi pecho y le sonrei

-Gracias abuela - nos reimos todos

-¿ Y no piensas darnos un beso? -suelta el abuelo de Josh celoso de no ser el centro de atencion.

-Oh si, claro que si - doy un beso a ambos y de igual forma con sus manos temblorosa toman mi rostro para besarme en la mejillas.

Pasamos el resto del dia tomando té de manzanilla y miel, encantada de estar conociendo a los tiernos abuelos de josh. Esto era un sueño, estaba sentada a su lado recostada a su regaso, con su brazo extendido sobre el espaldar del mueble blanco de madera, frente a sus abuelos sin sentirse avergonzado de las muestras de cariño en público me besaba una que otra vez en la cabeza, riendonos de los anecdotas de sus abuelos.

Tierna e inocente Dulce Desastre IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora