Kanade |Naruto|

Capítulo 14: La maldición de Orochimaru.

14.

Narrador omnisciente.

R E S U B I D O.

¡Sharingan revivido: El poder oculto de la Uchiha!

—Lo siento chicos, olvidé la contraseña —anunció con una mirada que reflejaba determinación.

Era notorio que Naruto estaba comenzando madurar como shinobi, lo reflejaba gracias a sus movimientos y apariciones en el momento esperado, protegía a quienes necesitaban de su ayuda y no abandonaba aún si se encontraba a una distancia lejana, él, hallaba la ubicación de su equipo para brindar parte de su apoyo.

— ¡Naruto! —gritó Sakura con una sonrisa sincera en el rostro.

Kanade, no podía mantenerse más que concentrada en el enemigo, no era como los demás genin que estaban en la segunda etapa, este reflejaba algo diferente. Una mirada oscura era lo único que se podía reflejar en su rostro y la sed de sangre era susceptible para quien lo mirase, la azabache, no estaba segura de si se trataba de un hombre o una mujer ya que reflejaba la apariencia de uno, pero este también tenía una parte de su rostro arrancado mostrando que había alguien más detrás de aquel cuerpo.

Sabía que debían de retirarse ya que aquel sujeto se tragó su pergamino frente a ellos y de nuevo, les regresó aquella mirada que causaba que la piel de todos temblara. Kanade, retrocedió lentamente, arrastrando los glúteos con demasiado temor y mirando al enemigo el cual sonreía con malicia, no pudo evitar mirar de nuevo por encima de su hombro para encontrarse con la mirada de Naruto.

El rubio abrió levemente los labios al notar lo consternados que se encontraban ambos Uchiha frente a aquel enemigo y en cuanto miró a Sasuke, pudo notar un rostro de preocupación.

— ¡Naruto, has venido a lucirte para salvarnos pero, no te involucres! ¡Huye! —ordenó y miró a su compañero—. ¡Esta muy por encima de nuestro nivel! —advirtió.

El sujeto, enrolló su cuerpos al rededor de la rama del árbol y miró a Naruto con una sonrisa al darse cuenta de que había vencido a una de sus grandes serpientes.

— ¡Parece que te has aprovechado de los débiles! ¡Eso acabara ahora que el gran Uzumaki Naruto esta aquí! —amenazó el rubio, señalando al sujeto que aún permanecía mirándolo en silencio.

Kanade, abrió levemente los labios, no podía creer que Naruto fuera tan impertinente y que intentara enfrentar a un enemigo sumamente peligroso, alguien que lo vencería tan rápido que ni siquiera le daría la oportunidad de moverse; así que, no tuvo más opción que sacar el pergamino que tenía guardado y enseñárselo al sujeto que pronto, la miró.

— ¡Te lo entregare! —gritó, levantando el pergamino y enseñándole que era en serio su decisión—. Tomalo, a cambio de que te vayas y nos dejes en paz.

— ¡Kanade – chan! ¡¿Acaso te has vuelto loca?! ¡¿Vamos a entregarle el pergamino al enemigo así como así?! —preguntó Naruto furioso.

—No tengo más opción Naruto, sí el pergamino es lo que quiere... Que lo tome y nos deje en paz —cuestionó

—Muy astuta... —murmuró.

La azabache no tuvo de otra que lanzarle el pergamino a ese sujeto, pero este se vio detenido por Naruto quien rápidamente lo detuvo y lo sujetó con fuerza en una de sus palmas, enseñando de esa manera que no accedería a rendirse bajo ninguna amenaza.