Miré el entrenamiento, traté de concentrarme pero era imposible. Mi vista sólo se fijaba en él y en nadie más que él. Era lindo saber que el también me miraba, digo porque cada vez que levantaba mi vista para observarlo él ya lo hacía.Suspire y miré mi libreta. Garabatos y más garabatos. Volví a observar el entrenamiento y mi vista volvió a posarse en él.. Dios, de verdad es un crack. Digo, todos. Pero él llamaba mucho mi atención, quizá sea por lo que pasó hace unos minutos.
Él me besó. Matías Kranevitter me besó. Seguía en shock. ¿porqué me había besado? Seguro para darles celos a la rubia, muy linda por cierto. Alta, ojos claros, bien vestida. Una barbie. Pero, ilógicamente, la barbie era yo. Pero yo era todo lo contrario a una barbie, me pregunto en que pensaba mi mamá al elegir mi nombre..
Soy morocha, la barbie es rubia como la rubia de Kranevitter.
No tengo cuerpo, la barbie tiene 90-60-90 como la rubia de Kranevitter.
Mis ojos son negros azabache, la barbie de ojos claros como la rubia de Kranevitter.
Mi sonrisa es un desastre, la barbie es perfecta como la rubia de Kranevitter.
La rubia de Kranevitter, la rubia. Era perfecta, ¿Porqué razón habían terminado? Ella parecía un poco egocéntrica, me miró mal. Por mi facha seguramente. Ella vestida con un lindo jeans, botas, campera de piel de animal.. Siempre a la moda, en cambio, yo me puse lo primero que vi.
Supongo, la conozco de algún lado. Su cara me parecía familiar.
-¡Barbie, Barbie!-escuché mi nombre, salí del transe pensativo y miré a quien me hablaba.
Cavenaghi me gritaba a lo lejos para saludarme de nuevo. Sonreí y moví mi mano, mientras bajaba al darme cuenta que el entrenamiento había terminado.
-Hey, hola.-lo saludé, sólo nos separaba un alambrado.
-¿Estás bien?-me preguntó algo preocupado.-Hoy no estabas en el entrenamiento..-me dijo.
-Estuve ahí sentada...
-Tu cuerpo estaba pero la Barbie atenta desapareció.-Dijo sonriendo, yo lo miré sin comprender.
-Oh..
-Estabas pensativa.-aseguró.
-Un poco.-contesté y él me miró sonriendo.
-Todos nos dimos cuenta..
-Si, lo siento. Hoy fue un día bastante... cansador.
-No me refería a eso.-me dijo, yo lo miré sin entender.-Estas con el colo.-aseguró sonriendo.
Yo lo miré sorprendida.
-Eh.. yo.. ¿Qué?-dije frustrada.
-Le preguntamos al colo y el evadio todas las preguntas.-se rió.-Hacen linda pareja.-me dijo y yo negué sorprendida.
-¿qué?-pregunté otra vez.
-Oh, ángel. ¿porqué no me contaste? Hablamos todos los días, yo podría haberte dado consejos, como tratar a la ex novia psicópata esa que lo persigue..
-¿Novia psicópata?-pregunté interrumpiendo.
-¿No te hablo de ella?-preguntó sorprendido.
Miré al campo de juego, ya no quedaba casi nadie. Algún jugador y personas del cuerpo técnico. Cavenaghi miró hacia atrás y volvió la vista a mi.
-Kranevitter es un buen tipo y vos también sos una linda chica..-dijo sonriendo.
-Creo que están confundiendo las cosas..
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No Te Quiero Perder
RomanceEra un juego y ambos lo sabían. Uno de los dos terminó enamorandose.. o quizás los dos. Matías Kranevitter, jugador del Club Atlético River Plate. Bárbara Vertiz, notera y periodista. Un amor distinto. Lo que empieza jugando termina gustando. ***