La voz del avión nos indicó que ya habíamos aterrizado. Respire hondo y miré a mi novio, que seguía durmiendo en mi hombro. Lo moví un poquito, para despertarlo. Sonreí con ternura cuando abrió sólo un ojo, y luego bufó cansado.
-Dale que ya llegamos.-avisé, mientras desabrochaba mi cinturón.
Matías sonrió y frotó sus ojos.
-¿Amor no dormiste bien?-le pregunté porque se veía muy cansado.
-Estoy cansado, loca. Hace días que no duermo bien.-me contó y eso me sorprendió.
-¿Porqué? ¿estás enfermo, te pasa algo?-pregunté preocupada.
-Nada. Pero no se..
-¿Te duele algo?-insistí preocupada, Matías soltó una risa.
-No, amor. No es un dolor físico.-me dijo, antes de darme un pico.-siento algo emocional.. No se si son nervios, miedo.. pero es algo que no me deja dormir, que me hace pensar toda la noche.-confesó, abrí mi boca perpleja.
-Ah..-mencioné.
-Siento que va a pasar algo, pero no se bien lo que es.-mencionó algo pensativo.
Bajé la mirada y no dije nada, tomé mi chaqueta y me levanté. ¿Será que presentía algo con respecto a lo nuestro?
No. No. No quiero pensar en eso ahora. No debía pensar en eso.
-Seguro debe ser por los partidos, ¿no? Últimamente mucha presión.-dije, mientras tosia para aclarar mi voz.
Matías se levantó, acomodó su ropa y tomó su bolso de mano.
-Si, no se, debe ser por eso.-musito despreocupado.
Deabloqueo su celular, y lo uso durante unos segundos de manera muy entretenida.
Me llamó la atención, pero dejé pasarlo.
Bajamos y nos fuimos a recoger nuestras maletas, bajé mis gafas a la altura de mis ojos y caminé junto a Matías por el aeropuerto de Tucumán. Saque mi celular y nos tomamos una foto, que se la envíe a Pichi y a Milca.
-Pero igual, no se si son por los partidos. Estoy acostumbrado, se lo que significa River..
Carraspee y guardé mi celular.
-Y bueno, amor. Pero nunca viviste tanta emoción ¿no? Sos pendejo todavía, pero ganaste seis títulos en menos de tres años.. y nos estamos yendo a Japón. ¿Vos imaginaste eso en algún momento?-pregunté.
Escuché su risa.
-La verdad que no, todo lo que estamos viviendo es mágico..-mencionó, me giré y le sonreí.-nunca me detuve a pensar en lo que viví.-asintió, sonrió y entrelazo nuestras manos de una forma tierna.-Tampoco me detuve a pensar todo lo que vivimos vos y yo.. y en lo que vamos a seguir viviendo.-me dijo, mientras se detenía y me abrazaba por la cintura.
Mordi mi labio inferior y sonreí ocultando mi tristeza. Odiaba su ternura, porque me hacía sentir horrible. ¿cómo hacerle entender que lo nuestro no iba a durar siempre? Matías me iba a dejar, y pronto se iba a olvidar de todo esto. ¿Porqué tenía que demostrar siempre su sinceridad, su amor? ¿Porqué me hacía recordar lo tonta que yo fui al engañarlo?
No había necesidad. Y aunque él lo hacía sin saber, me lastimaba: por eso es que yo odiaba tanto su ternura, porque todo, una simple palabra, me recordaba lo que había hecho y que iba a terminar con todo.
-¿Y si volves?-me dijo, sonriendo.
¿sabes lo que iba a extrañar esta sonrisa?
-Perdón, me colgué.-dije, negando.-¿Estamos esperando a alguien?-le pregunté para cambiar de tema.
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No Te Quiero Perder
RomanceEra un juego y ambos lo sabían. Uno de los dos terminó enamorandose.. o quizás los dos. Matías Kranevitter, jugador del Club Atlético River Plate. Bárbara Vertiz, notera y periodista. Un amor distinto. Lo que empieza jugando termina gustando. ***