Dolor.

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No podía asimilar lo que estaba pasando, ¿Porqué tanta mala suerte? ¿cómo es que Alejo me engañó para ayudar a la rubia? ¿en serio ella iba a ganar? ¿porqué no podía ser feliz? ¿es que ese era mi destino? ¿sufrir hasta el último día?

Seque mis lágrimas y me miré al espejo. No veía a la misma Barbie de antes, veía a una Barbie dolida y frustrada sabiendo que venía lo peor.

Fue horrible sentir que no podía hacer nada para evitar el siguiente dolor, sentía rabia e impotencia, bronca y odio por mi misma, y odiaba a Eva. Con todo mi corazón, lo juro. Ella me estaba manipulando de la peor manera, yo no tenía armas para defenderme.

Una semana. Siete días.. Había desaprovechado un día con el amor de mi vida, todo por mis malditas lágrimas.

Me arrepiento tanto, tanto de haber caído otra vez en los encantos de Alejo.. Caí una vez más en sus palabras, me dejé llevar.. Estoy mal. Estuve mal. Y voy a seguir mal. Demasiado mal. ¿Como pude ser tan ilusa? Por un momento pensé que me llegó a amar, que volvió porque realmente había cambiado. Pero no, las personas no cambian, Alejo no cambió. ¡Que tonta fui! Yo creí en su palabra una vez más.. Él no había vuelto por amor, no, claro que no. Volvió porque tenía la necesidad de hacerme sufrir, Alejo no puede ser feliz si yo soy feliz. Y fue horrible darme cuenta de eso. Me lastimó como lo hizo siempre, me uso. Él goza cada vez que sufro. Él no acepta el hecho de que mi felicidad se encuentre lejos suyo, ya no soy la chica que dependía día y noche de él.

No entiendo como pudo desilucionarme una vez más.

¿Dónde conoció a Eva?

Como pudieron ser capaces..

Matías iba a saberlo todo, iba a dejarme.. me iba a odiar con todo su corazón.

¿porqué tuviste que volver, Alejo?

¿porqué no buscaste otra persona para hacer sufrir?

¿porqué yo?

Me limpie las lágrimas que corrían por mis mejillas, lave mi cara y me seque con lentitud... pensando que no había solución, que mis horas con el mediocampista estaban contadas.

Salí del baño y caminé hasta la cocina. Busqué en el botiquín una pastilla porque el dolor de cabeza me estaba matando.

Llorar TODA la tarde NO es bueno, pero es inevitable. Más cuando tenes roto el corazón.

El frío de Buenos Aires coincidía con mi estado emocional. La lluvia representaba mis lágrimas, lágrimas que por más que intentará no podían dejar de escurrirse sobre mis mejillas.

El timbre sonó, y pude escuchar el ladrido de Puffy desde el sillón.

Sonreí, ese perro era lo único que me quedaba.. él único que iba a quedarse conmigo sin importar nada. Se iba a quedar, a pesar de mis errores. Cuando todos decidieran abandonarme, Puffy iba a quedarse para demostrarme que no todo estaba perdido.

Que SIEMPRE después de la tormenta llega la calma.

Caminé hasta la puerta, me iba secando la cara en el recorrido. Abrí la puerta, y me sorprendí porque no esperaba verlo.. pero sonreí con una felicidad que ni se imaginan.

Matías me abrazó luego de depositar un cálido beso en mis labios. Cerré mis ojos y me aferre a su cuerpo, no quería perderlo.

No te vayas, Mati. Por favor.

Sentí la necesidad de abrazarlo por siempre.. Me aferre a él, a sus brazos, inhalando su aroma.. estaba segura de que este abrazo iba a ser uno de los últimos. Por eso quería disfrutarlo y quería que fuese eterno.

No Te Quiero PerderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora