Matías había insistido tanto en acompañarme que yo no pude negarme. Franco también venía con nosotros, al principio me negué rotundamente pero me di cuenta de que ambos sentíamos el mismo dolor y queríamos acompañar a mamá más que nadie, éramos sus dos hijos y estoy segura que ella nos quería a su lado.
-Es por aquí.-le indiqué a Matías, quien manejaba el coche que Lucas nos había prestado.
Fran iba adelante en el asiento copiloto hablando con Matías sobre River y el fútbol en general, mi hermano parecía estar muy entretenido con la charla y a mi me gustaba verlo así.
Flor y yo veníamos atrás, me sorprendía lo callada que había estado mi amiga durante todo el día pero entendía que era por todo lo que estaba pasando. Mi mamá estaba mal, y eso nos ponía mal a todos. Mi madre era única, una persona que jamás le hizo mal a nadie, trabajadora, luchadora, humilde pero sobre todo tenía un gran corazón.
¿porqué siempre le pasan cosas malas a las personas más buenas?
Estas enfermedades tendrían que aparecer en esas personas que roban, violan o asesinan. En esas personas malas, dañinas.. esas que no merecen vivir, mi madre si lo merecía.
Sin darme cuenta me dejé llevar, como siempre, por mis pensamientos y me había olvidado indicarle el camino a Matías.
-Dobla a la derecha.-Sonreí al escuchar como mi hermano le indicaba a la perfección.
Pasaron unos minutos y ya estábamos frente al centro de salud médica. Me bajé y tomé de la mano a mi hermano, y caminamos juntos mientras él me indicaba por donde estaba la sala de mamá.
No recuerdo mi última vez en este hospital, seguramente fue hace años atrás.
-Hola, Somos familiares de la paciente Sandra Reyes.-le dije a la recepcionista, pero ni siquiera me escucho porque toda su atención se filtró en Matías.
-¡No! ¡Muero, sos el amor de mi vida!-exclamó la de recepción, obviamente le dijo a mi novio, quien se limitó a sonreír.
¿cómo es que aguantaba tanto? Que difícil era ser él, no poder caminar tranquilo por las calles porque ya se acercaban las fans a acosarlo. La vida de un famoso, esa vida complicada que yo no quería vivir para nada.
-Una foto por favor, sos mucho más lindo en persona..-le dijo con voz cursi.
La mina era joven, rubita, ojos claros. Era linda, fin. Pero muy patética, ¿No se daba cuenta de mi presencia y de la angustia que sentíamos nosotros? Esta mujer estaba trabajando, no podía descontrolarse de esta manera.
Kranevitter asintió y sonrió para la foto.
Golpee mis dedos contra el mostrador y miré fijamente a la rubia, no podía esperar yo necesitaba ver a mamá.
-Disculpe.. ¿Sandra Reyes?-buscó en su computadora.-la habitación 135, piso 2.-me indicó avergonzada.-¿Vienen juntos?-se atrevió a preguntar, haciendo referencia a Matías.
Insoportable.
-Si venimos juntos, es mi novio.-dije tratando de no parecer molesta, pero le mostré mi sonrisa más falsa.
La rubia se sorprendió, miró a Kranevitter y luego a mi, antes de bajar su mirada.
-Lo siento..-se disculpó, yo negué molesta y caminé hasta las escaleras.
Sentí las manos de mi novio y sonreí por un momento.
-¿qué fue eso?-preguntó, yo reí.
-Mi hermana esta celosa.-se burló Franco, yo negué casi ofendida.
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No Te Quiero Perder
Storie d'amoreEra un juego y ambos lo sabían. Uno de los dos terminó enamorandose.. o quizás los dos. Matías Kranevitter, jugador del Club Atlético River Plate. Bárbara Vertiz, notera y periodista. Un amor distinto. Lo que empieza jugando termina gustando. ***