Empezamos a caminar por las islas y ya casi estaba de noche. Ya hacían 30 minutos que caminábamos sin rumbo. Me decidí por sacarme las zapatillas y caminar descalza por la arena. Las olas rompían contra las rocas que estaban mas allá y salpicaban agua a montones.
-Definitivamente, nosotros no servimos para salir solos. -dije parándome para tomar un respiro.
-¿Podes solo seguir caminando? -dijo un poco irritado. Rodee los ojos y seguí caminando.
-La próxima vez me tiro por la ventana. -dije mas para mi misma, cosa que el escucho.
-No rezongues tanto, ya llegamos. -dijo mirando hacia adelante. Me cruce de brazos y abrí los ojos.
-¡Ni siquiera sabemos para donde vamos! -le reproche.
-Vos solo confía en mi, ¿si? Se por donde vamos -dijo aminorando el paso.
-¿Eh? ¿como? -dije confundida. El se detuvo y bajo la mochila que habíamos encontrado en el barco. Saco el mapa que nos guió hasta aquí y lo dio vuelta. Yo tenia la linterna por lo que me acerque para ver. Me sorprendí cuando el reverso de este estaba el mapa de estaba una gran mancha que por lo que se veía en la parte superior, era la isla "Navarino". Mire a Julian esperando su respuesta, pero el lo único que hacia era mirar el mapa.
-¿Como no me di cuenta que estaba esto atrás? -dije comprobando que era el mismo mapa. Y si, lo era.
-Sera porque en vez de ver el mapa, te hacías la superada y dabas ordenes a lo tonto. -dijo riendo. Le pegue y lo fulmine con la mirada. -Aparte de mandona, agresiva. Au. -dijo quejándose y tocando el área golpeada. Yo rodee los ojos y el rió. -Cerca, hay una tipo cueva que se marca justo acá -me señalo en el mapa -con las cosas provisorias que tiene el barco podemos pasar la noche y por la mañana intentar volver. -Asentí con la cabeza y Julian se cargo de nuevo al hombro la mochila y nos metimos en los frondosos arboles. Caminamos y se escucho un ruido. Nos miramos instantáneamente y yo corrí a los brazos de Julian.
-Tengo miedo, Julian. -dije mirándolo a los ojos. El irradiaba confianza, seguridad, pero no podía ver sus ojos. El apretó fuerte su agarre y camino despacio conmigo agarrada, hasta que el silencio lleno el aire. Suspire aliviada.
-¿Que vamos hacer? -dije sobando mis brazos.
-Vamos a ver si podemos llegar a la cueva, o sino podemos dormir justo aquí. -dijo señalando el piso. Estaba cubierto de arena, dado que era una isla. Refregué mis manos en mi cara y suspire.
-Okey. No nos van a comer los leopardos acá, ¿no? -pregunte mirando hacia todos lados mientras Julian sacaba la manta de la mochila.
-Nop, acá no hay leopardos -suspire -Hay vivoras. -dijo haciendo énfasis en la ultima palabra. Abrí los ojos y el se puso a reír. Lo empuje hacia adelante y este cayo de espaldas al suelo. Sobre la manta. Se quejo y dejo salir un par de palabrotas que hizo que riera. Me acosté con el y paso su mano por detrás de mi cabeza y me acerco mas. Nos quedamos contando las estrellas y en eso nos quedamos dormidos.
Me desperté con un zangoloteo por parte de alguien. No me percate porque creía que era Julian.
-¡Julian! ¡Ya basta, dejame dormir! -exclame dándome vuelta para seguir durmiendo.
-¿Julian? -dijo una voz femenina.