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-¿Vos crees que va a estar bien? - le pregunte a Ivan quien atendía al pequeño animal. Estaba alrededor de el mirando todos sus movimientos. Asintió con la cabeza. Me arrodille y acaricie una de sus largas orejas, emitió un sonido y se retorció en signo de dolor.
-Listo, vamos a llevarlo a la fogata afuera asi toma calor. -se levanto con el animal en sus brazos y yo lo segui.
-No va a poder ser, llueve mucho. -señaló Julian por una de las ventanas.
-No, no puede ser. No llueve hace años, o por lo que leí, no llueve desde hace 300 años. -emitió Ivan. Se asomo y miro extrañado. -Bueno, parece que nos tendremos que quedar otra noche acá.
Narra Jenny
-Oficiales revisan el lugar del hecho para saber que habría pasado con los jóvenes perdidos en una expedición por agua a la isla Navarino. La investigación esta siendo llevada a cabo por tierra, agua y aire. Hasta ahora testigos aseguraron verlos embarcar pero sin el capitán que los llevaría a su destino. Ampliaremos. -dijo el conductor de las noticias. Tome el control y apague la televisión. Me senté sobre él sillón de cuero blanco que a Ori tanto le gustaba, junte mis manos y las lleve a mi cara secando las pocas lágrimas que hacían un camino mojado hasta llegar a mi barbilla. Era imposible que mi mejor amiga hubiera desaparecido. Ese chico ya no me cae bien, quien sabe capaz ya vendió sus órganos y debe estar de gira, alcoholizandose. Borre esos pensamientos de mi cabeza y me dedique a hacer café, por ahí me desestresaba un poco, él ruido de la puerta se escucho y Pablo apareció tirando las llaves en la mesa ratonera y sacándose su chaqueta de cuero, recostandola en él sillón. Se acerco a mi y me beso la sien abriendo la nevera.
-¿Novedades? -preguntó dirigiéndome por algunos segundos la mirada.
-No, nada. Buscan... -conteste sirviendo él café en la taza.
-Tranquila, los encontraran. -aseguró. Asentí.
Ruidos de pasos llamaron nuestra atención, asomándose un Agustín muy cansado y sin aliento.
-Agus, ¿que pasa, Men? - pregunto Pablo, al ver a su amigo.
-Tele, noticias, ¡YA! -dijo haciendo énfasis en la ultima palabra.
Hicimos caso a los pedidos, y encendimos la televisión.
-¡SON LOS CHICOS! -dijimos Pablo y yo.
-No, no son los chicos. Son sus cosas. -nos señalo Agus. Se volteo hacia nosotros- Están cerca, van a ir hacia la isla, a ver si lograron llegar.
Narra Julian.
Extraño mi playstation, mi cama, mi habitacion, mi casa, la ciudad. Soy un torpe por llevar a Oriana aquí, y me dan miedo los morks, esas criaturas son espeluznantes, aunque no eh visto uno todavía.
-Vamos dejo de llover, salgamos y armemos otra fogata para mantener a estos animales y hallamos una forma de salir de este lugar. -hablo Oriana y todos coincidimos. Salimos al exterior de la casa y un viento repentino nos ataco enfriando la espalda y poniendo piel de gallina acompañado con una luz y un ruido bastante molesto. Hice sombra con mis manos y una voz hablo.
-Los encontramos -dijo una voz por un megafono y bajaron una escalera de soga. -Suban, los llevaremos a casa. -nos subimos a la gran cosa, que por ello era un helicóptero y sonrei por saber que nos íbamos a nuestra casa. Llegamos arriba y me pareció ver una cara conocida, sacudí mi cabeza y mire mejor.
-¿Sabrina?