Cuando Victoria Ross entró por aquella puerta para salvar a la empresa familiar de irse a la ruina, Daniel Adams jamás pensó que ella se convertiría en su alma gemela. Sin embargo, de una loca y extraña manera ambos terminan perdidamente enamorados...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Debe haber alguna explicación, ella no se marcharia así nada más, sin decir adiós. Ella no haría algo así. Yo lo sé. Nadie me hace caso, todos afirman que ella no esta, pero eso no puede ser posible. Yo sé que no.
-Daniel, debes descansar un poco. El día ha sido largo. Por favor, acompañame a casa.
-¡No!. Estoy harto de que todos vengan a decirme que hacer o como sentirme. ¡ELLA NO SE HA IDO! ¿Entiendes?. Ella va a entrar por esas grandes puertas para casarse conmigo y dirá que lamenta haber llegado un poco tarde.
Alice y yo jamás peleamos. Sin embargo hoy no soy yo, hoy soy un hombre que ha estado esperando a la chica de sus sueños vestida de blanco desde hace 6 horas.
-¿Un poco? ¡POR FAVOR! Has pasado todo el día esperando a que Victoria entre por esa puerta. Eso no va a pasar. ¡ELLA NO ESTA!, ¡DESAPARECIO!.
-Claro que esta. Ya te dije, no pienso moverme ni un centímetro de aquí. Ella va a llegar. Estoy seguro.
Estoy seguro, mi Victoria, mi adorada Victoria no se atrevería a lastimarme de semejante manera. Seguramente hay una explicación para todo esto. Seguramente tuvo algún contratiempo. Ella vendrá...