Ella Es Victoria

Capítulo 3.

En la sala de juntas nos encontrábamos 6 personas: Rose, Jack, mi padre, Victoria, la compañera de Rose y yo. Se acercaba un evento importante, ya que Christopher Ruizze nos había contactado para promocionar e imprimir su más reciente novela.
Necesitábamos algo bueno y era por eso que se había convocado esta junta, aunque secretamente también lo había hecho para mantener entretenida a Victoria, quien, por cierto, se mostraba inquieta y algo irritada. Yo sabía el motivo, ella había planeado salir temprano hoy para así poder reunirse con el tal "Gale" y yo, sabiendo esto, decidí llamarla a una junta de último minuto.
¿Por qué? Bueno. Ni yo mismo lo sé, pero la sola idea de que ella se reuna con alguien más me provoca náuseas. Sin embargo, no podía hacer la junta eterna y Victoria lo sabía.

—¿Esto es todo, Daniel?—preguntó Victoria interrumpiendo mis pensamientos.
—Así es. Por el momento es todo, ya les he explicado que es lo que nuestro cliente quiere y que es lo que nos corresponde a cada uno.

Rose habló.
—Esta bien. A partir de mañana empiezo con la publicidad, las tarjetas, anuncios y páginas web.
—Claro, Victoria te va a ayudar con ello. ¿No es así?

Victoria, que ya estaba por salir de la sala, me lanzo una mirada intensa y atrevida. Luego miró a Rose y asintió.
Ella ya estaba por irse.
Pero no podía dejarla ir así nadamás, ya no tenía excusas para detenerla así que sólo quedaba algo por hacer.

—¿A donde vas con tanta prisa, Victoria?— al notar un poco de reproche en mi voz, mi padre me miró algo extrañado, pero no hizo mucho caso y salió junto con Jack— Tal vez te pueda acompañar (tenía que conocer a su novio, a como diera lugar).

Espere la respuesta, sabía que a Victoria no le gustaría la idea, pero al menos tenía que intentarlo. Ella me miró, cautelosa. Después respondió:

—No lo creo, sólo voy a cenar. No es necesario que vengas, Daniel.

Este era mi último intento, si ella no cedía, tendría que resignarme.

—Yo creo que si es necesario. Tampoco he cenado y mientras estamos ahí...— sonreí ampliamente— podemos hablar sobre tus ideas para la presentación de Ruizze. Es más, vámonos ahora antes de que sea tarde. Yo te llevo.

Victoria esperó, me miró con esos ojos tan bellos y luego, aunque yo lo creí imposible, dijo lo siguiente:

—Esta bien, te veo en diez minutos abajo. Voy por mi abrigo.

Victoria tomo su bolso y salió por la puerta, se veía preciosa, como siempre. El día de hoy tenía un sexy traje azul de falda y saco. Ambos se ajustaban a la perfección con sus curvas además de que su cabello suelto se veía muy bien. Hoy lo había ondulado y así se veía aún más guapa.

Tome mis llaves y baje al estacionamiento para esperarla en el auto.

......