Ella Es Victoria

Capítulo 27

Blanco, blanco, blanco y más blanco ... Ese era el único color que mis ojos percibían. No había más, cuando ellos llegaban, cuando ellos me tocaban, cada que había un golpe, yo solo veía blanco. Mi vista se quedaba fija en las paredes, en el techo, en la puerta que no parecía puerta hasta que la deslizaban, eso era todo, era como un eterno trance. No soportaba verles la cara, no resistía ver el golpe venía y que en mi causará el miedo, prefería no ver. Algunos clientes se molestaban porque no veían el miedo reflejado en mi, les angustiaba verme tan "tranquila". Yo solo pensaba en el blanco, me perdía en el, lo veía hasta el punto de sentir náuseas y aún así prefería mirarlo antes que ver a los bastardos que venían aquí.

El alma me dolía, no imaginaba algo peor, las palabras de aquel hombre, el que me tendió un vaso de agua, el que me dió la bienvenida a esta porquería, no dejaban de resonar en mi cabeza. El dijo que Victoria Ross ya no existía. Qué no podía albergar ninguna esperanza y la verdad era que cada día le creía más; solía pensar que mientras esos hombres marcaban cada parte de mi cuerpo con golpes, Daniel entraría de repente y me salvaría, cuando miraba el blanco siempre pensaba en el, en casa y en volver a sentirme segura en sus brazos, puedo decir que cada maldito centímetro de este cuarto alberca un recuerdo de mi vida fuera de aquí. Pensaba en mi vestido de novia, en la rosas blancas favoritas de Maggie, en mi anillo de compromiso, mi conjunto favorito en blanco .... Ese era mi lugar, mi escape, mi único escape mientras recibía un golpe tras otro, trataba de quedarme quieta, de quejarme lo menso posible, no quería satisfacer a estos bastardos. Solo pensaba en la vida de Victoria Ross, pero aquel hombre tenía razón. Ella ya no existía y poco a poco, cada recuerdo de mi vida se iba borrando. Es duro, demasiado, pero con cada día, mi esperanza se vaciaba un poco más, cada día era más difícil creer que alguien lleharia a salvarme, todo me duele y ya ni siquiera sé quién era.

Ahora ... Ahora .. no tengo nada claro, solo veo ... ¿Manchas? ... Mi bebé, si me desmayo no podré protegerlo ni asegurarme de que lo toquen ... Peor me.siento tan débil, los parpados me pesan, por más que resisto estoy a punto de desmayarme, creo que alguien está gritando, resiste Victoría, por el bebé ... Creo que este cliente se excedio con los golpes ... No puedo ... No puedo respirar, giro lentamente la cabeza para verlo y lo hago, sus ojos están inyectados en sangre. Es un tipo robusto y calvo, solo veo la furia con la que se acerca cada vez más a mi, intento mover mis brazos peor es estúpido, solo puedo mover dos dedos a duras penas, siento que no puedo más  ... Perdón amor ...

—¿Qué mierda esta sucediendo aquí?—el grito es lo último que escucho, ha sonado fuerte y claro en mis oido, ha Sido un grito tan fuerte que retumba en mi cabeza mientras las venas me palpitan sin parar, mi cabeza va estallar.

Sigo tratando de mover mis brazos,, solo veo mis dedos casi inmóviles en la cama sobre la que estoy siendo brutalmente golpeada hasta que veo sangre, pero no es mía ¿O sí? No, no he movido nada, tengo miedo pero de pronto lo veo, el hombre que me estaba golpeando cae a un lado de la cama, embarrando de sangre las sábanas y mi brazo.

Mi cabeza no funciona ... No escucho nada, más que un pitido, todo es imperceptible.

—Saben que con ella no se pueden meter ¡Carajo!

La voz, la voz me da escalofríos ... Es él...

—Se los advertí ¡Maldita sea! Si algo le pasa a ella están perdidos yo ...— no escucho más, todo se apaga.

....

H

ay tubos conectados a mi, están en todo mi cuerpo, tengo una mascarilla de oxígeno, trato de retirarla pero estoy molida, me duele todo el cuerpo.

¡El bebé!

Miro hacia mi vientre y ahi está. El pequeño bulto está ahí. Todo debe estar bien ¿Verdad? Sí, así es, todo debe ir bien. El lo prometió y yo he hecho todo lo que me ha pedido aunque eso me costase la vida, mi hijo tiene que estar bien.

—¿Cómo estás?— la voz proviene de una esquina en la habitación, ahí está el. Con su impecable traje negro y la máscara, es inquietante, mi corazón late desbocado.—¿Victoria? ¡Maldita sea! Responde por favor.

Lo miro sin entender, tocó mi vientre aunque cada movimiento queme.

—Tu embarazo aún es viable

Lo miro sin entender del todo lo que acaba de decir, tantos aparatos en mi me dificultan el verlo.

—No puedes volver a dónde estabas o perderás al bebé. Ha Sido increíble que sobrevivieran ambos, la persona que te hizo esto ...—la máscara cubre totalmente su rostro pero veo como baja la mirada, sus ojos esquivan mi mirada— ya no causara más problemas, me he encargado de ello.

No puedo decir que lo lamento, me alivia saber que ese bastardo no está, no me interesa saber detalles.

—Victoria—su voz es gélida a través de la máscara, escucharlo hablar es como sentir una fuerte brisa helada en todo el cuerpo, evito su mirada—no puedo permitir que te hagan nada. Estamos en problemas, no podemos estar aquí.

Me giro y lo veo directamente a los ojos, le odió, no hay forma en la que me interese si esta en problemas o no.

—Sé lo que sientes y no me importa, Victoria. Lo único que quiero es tenerte a salvó—exploto a rodar del dolor—.

Me quito ma mascarilla de oxígeno
Y lo veo con todo el odio del mundo

—¿Cómo carajos esto es tenerme a salvó? Eres el bastardo que me trajo aquí, tú me dijiste que tenía que hacer. Eres un maldito hijo de perra. No vengas a decir tus estupideces conmigo. Vete a la mierda—me quedó sin aliento, me duele la mandíbula, siento todo mi cuerpo ardiendo—.

Él se queda sin palabras, como si lo que acabo de decir lo sorprendiera.

—Nunca quise esto para ti. Fuiste un alma desafortunada en el momento equivocado.

¿Qué? Todo hace shock en mi cabeza, no entiendo nada, mantengo mi mano en mi vientre, todo da vueltas otra vez.