Cuando Victoria Ross entró por aquella puerta para salvar a la empresa familiar de irse a la ruina, Daniel Adams jamás pensó que ella se convertiría en su alma gemela. Sin embargo, de una loca y extraña manera ambos terminan perdidamente enamorados...
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¿Donde estoy? Hace demasiado frío aquí, está oscuro y no logro ver nada. No tengo idea de como he llegado a este lugar. ¿Que habrá pasa...
-¡Daniel! Ayúdame por favor ... ¿Donde estás?
Todos mis sentidos se pusieron alerta, era ella. Era Victoria, ¿Donde estaba? Me incorpore de un salto. Corrí siguiendo el sonido de su voz, seguía escuchando como me gritaba, necesitaba mi ayuda. Mi dulce amor estaba en peligro.
-Ayudame, amor ... Me duele- sonaba terriblemente mal. Me partía el corazón escucharla así- por favor, no me abandones. -¡Victoria! ¿Donde estás, amor?- seguía corriendo, necesitaba llegar lo antes posible con ella ... -¡Ven rápido! ¡Por favor ...! El dolor es horrible. ¡Aaaahhhhggg!.
Demonios, las piernas me estaban fallando. Intentaba correr lo más rápido que me era posible, y quería llegar a Victoria, ella me necesitaba, seguía corriendo desesperadamente guiado solamente por sus llantos de dolor pero de pronto, deje de escuchar a Víctoria. Ya no se quejaba. Intenté correr lo más rápido que pude y llegue ... Llegue a ella.
Pero lo que mis ojos veían era demasiado desgarrador. Mi adorada Victoria. El amor de mi vida estaba tendida en el piso, no s emovia, ya no hablaba, ni siquiera se quejaba. No podía dejar de jadear, quería agacharme, inclinarme con ella, quizá aún podría salvarla, pero parecía que estaba en shock. No podía moverme. Las lágrimas desbordaban mis ojos...
Victoria estaba ahí. Al no poder quitar mi vista de ella note algo más, había algo rojo, como sangre que manchaba su precioso vestido blanco, aquel que usaría en nuestra boda, fue entonces cuando me derrumbe, caí al suelo y me arrastre hasta ella. Victoria estaba inmóvil, la abrace con fuerza pero ella no respondía. Era demasiado tarde. El dolor, la miseria que sentía en ese momento no me permitían dejar de llorar. No había llegado a tiempo. Victoria estaba rogando por mi ayuda y yo jamás llegue. Quería morir ... Quería morir ahí, con ella. Porque ahora era así, mi corazón se había ido con ella. Había perdido la luz que me invitaba a salir adelante ... Lo había perdido todo. Estaba completamente roto. Mi amor, mi amor estaba muerta.
Ya no había esperanzas para encontrarla. Yo la había encontrado y la había dejado morir. ¿Por que no morí yo en lugar de ella? Soy un asco. Yo merecía morir ... ¡No ella.!
