Capítulo 23.

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Mi día había llegado, después de tanto y después de todo ... Aquí estoy.
No puedo decir que el camino había Sido facil, Daniel y yo tuvimos varios obstáculos pero al final estamos aquí, juntos ... Y nada me puede hacer más feliz.

El hacer esto significa bastante para mi. Jamás pensé ser amada del modo en el que él me ama, Daniel me ha dado todo de él y yo le he dado cada partícula de mi ser. Lo amo de una manera imposible y a pesar de lo nerviosa que estoy, de mis temblorosas piernas y del constante nudo en mi garganta, sé que lo que más deseo en estos momentos es unir mi vida a la suya durante toda la eternidad ... Pero ... Hay algo ...

Tengo esta rara sensación, es como un mal presentimiento, duele, lo siento en mi pecho, es como el día que Maggie murió. No me gusta. Es como si fuera a ocurrir algo terriblemente malo el día de hoy. ¿Qué significa? Sé que no es por Daniel, esto no es por la boda, yo estoy feliz, quiero hacer esto, pero este dolor, está sensación, me molestan ... ¿Serán nervios de novia? No lo creo pero ¿Qué más podría ser?

El toquido en mi puerta me asusta, salto enseguida y miró hacia mi derecha, vuelvo la vista hacia mi vestido y me levanto con cautela, a estas horas todos deberían estar ya en la iglesia. ¿Quién es? Mientras más se acercó a la puerta, más fuerte late mi corazón ...

Por alguna extraña razón .. tengo miedo ...

......

¿Qué está ocurriendo? ¿Donde estoy? Trato de abrir los ojos y me cuesta hacerlo pero cuando lo logro, me siento muy aliviada, estoy en casa, en mi cama. Respiro profundo, pero no  me siento normal, de pronto lo recuerdo y mi cuerpo entero se estremece. ¿Quien tocaba a la puerta?

La puerta del baño se abre y mi corazón late como si fuera a explotar ... ¡Oh!

Solo es Dan, corro enseguida con el. Lo abrazo y siento que no quiero soltarlo nunca más.

—¿Qué ocurre, princesa? ¿Estás bien?

Su voz me calma, me siento sana y salva. Debió ser solo una pesadilla.

—Te amo— le digo enseguida— no quiero alejarme de ti nunca, amor. Por favor, no dejes que nada nos separe ...

—Nada lo hará mi amor. Estamos destinado a estar juntos durante toda la vida.

Daniel me toma en brazos y me lleva a la cama, me recuesta en ella y luego hace lo mismo a mi lado, él me dirige la mirada más tierna de todo el mundo y me sonríe,yo hago lo mismo. De pronto su expresión cambia e intenta decirme algo.

—¡Despierta, ya! ¡Muevete!

—¿Qué?

La expresión de Daniel me asusta, ahora no es él, me está hablando de una manera que nunca había hecho ¿Qué ocurre?

—¡Muevete, maldita perra!

Abro los ojos de golpe, no estoy en casa, estoy en un lugar oscuro. Y la cabeza me duele, me duele demasiado ... Me están arrastrando.

—¡Aaaaahhhhgggg!

—¡Cállate! ¡Maldita sea!

Trató de levantarme pero el hombre que habla me está arrastrando del cabello, duele, cada hebra duele como el infierno.

—¡Aaahhhggg!

Mi cabeza se siente caliente, tengo miedo de lo peor y cuando tocó como puedo, siento húmedo, bajo mi mano y veo lo peor ... Es sangre.

De pronto me invade un temor peor del que ya tengo, mi cabeza sangra y todo duele pero llevo mis manos enseguida al vientre ...

El bebé...

Ella Es VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora