Capitulo 10.

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—Ella es muy importante para mí, creo que no podría vivir feliz sabiendo que ella no está conmigo

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—Ella es muy importante para mí, creo que no podría vivir feliz sabiendo que ella no está conmigo.
—Te entiendo, tampoco estaría bien si mi madre estuviera enferma, sería terrible.

Victoria sonrió, sonrió y miró a la mujer de la camilla, era alta y de cabello rubio, su figura era esbelta y su piel era pálida como si fuera de porcelana, recostada ahí, en aquella pequeña cama parecía eso, una muñeca frágil descansando ... No se parecía a Victoria.

—Magguie no es mi madre, bueno, no lo es biológicamente, pero si es la persona que ha estado conmigo siempre, me ha apoyado en todo y ha compartido todo lo que es ella conmigo. La amo como si de verdad me hubiera dado la vida.
—¡Vaya! No tenía idea, Victoria. Te agradezco mucho el que compartas esto conmigo.
—Verla así, ahora ... Tan mal ... Me destroza, lo peor del caso es que lo único que puedo hacer es esperar.
—Es por eso que has estado tan mal ...
—De hecho ... Esto mismo es el motivo por el cual jamás llegue al zoológico; internaron a Maggie ese mismo día, fue por eso que ni siquiera pude avisarte.
—Victoria, lo siento tanto ... Me he comportado como un idiota durante estos días, creí que me habías plantado por otras razones...En verdad, lo siento.
—Sí, así es ... Te comportaste como un patán, pero ahora estás aquí y eso es muy importante para mí. Gracias por escucharme.
—Me quedo con todo el gusto del mundo, te lo repito, Victoria, estoy aquí para ti, para apoyarte.

En ese momento, Maggie comenzó a despertarse, Victoria se acercó y le pregunto como estaba.

—Estoy mucho mejor, Vic. ¿Como estás tú? Tus ojos están muy tristes ...

La voz de Maggie era suave y tranquila, acogedora.

—No te preocupes, Maggie, estaría peor pero alguien vino a vernos ...
—¿Quién?
—Es él, es Daniel Adams, ya te he hablado de él antes ... Maggie, él es Daniel. Daniel, ella es Maggie.

—Es un placer, Maggie, Victoria me ha hablado mucho sobre usted.
—Yo también he escuchado sobre ti— la mujer sonrió al decirme eso—.
—¿Quieres algo?—Victoria le hablaba a Maggie— tal vez un poco de agua.
—Me encantaría, linda.

Victoria se dirigió hacia el contenedor de agua, Maggie la observo, sonrió y habló:

—Me alegra saber que ya dominas a la perfección los tacones.

Victoria le devolvió la sonrisa a Maggie, después me observo, comprendiendo que yo no entendía el comentario.

—Desde que era una niña, adoraba los vestidos y adoraba las zapatillas de Maggie. Siempre las usaba aunque me quedarán enormes. Y cuando comenzaron a quedarme bien ... Bueno, me tropezaba cada dos pasos...

—Es cierto ... Parecía que no sabías caminar... Casi te fracturas el tobillo si no recuerdo mal.
—Así fue, de verdad era pésima en ello, pero Maggie se compadeció de mi y no descansamos hasta que domine por completo los tacones, en especial los de aguja. Ahora los uso siempre.

Me sentía bien, tanto Maggie como Victoria me habían​ permitido conocer un poquito de su vida, me dejaron conocer algo de ellas... En ese momento mi teléfono sonó, era un mensaje de Alice y no solo uno si no 7. ¡Alice! Lo había olvidado por completo ... La llamé enseguida.

—¡Daniel! ¿¡Donde rayos estás!? Te he estado buscando por todas partes ...
—Espera, Alice...—Mire a Victoria y le dije en voz baja que me disculpara un momento, salí de la habitación— estoy en un asunto muy importante. ¿Te importaría irte sola a casa?
—¿Paso algo malo?
—No, puedo explicarte en casa, por ahora debo irme. Está bien?
—Aun que no lo estuviera, no tengo idea de donde estas ... Pero está bien, nos vemos en casa para que me expliques todo.
—Gracias, Alice, adiós.

Cuando regrese a la habitación, Victoria se veía mucho mejor, cuando en vio me sonrió.

—¿Qué ha pasado? Te ves mejor (sonreí ampliamente).
—¿Y eso es algo malo?
—No, claro que no. De hecho es estupendo.
—El doctor ha hablado conmigo, me ha dicho que Maggie está mucho mejor y podre sacarla de este lugar mañana mismo.
—Eso es muy bueno, me alegro por las dos.
—Bueno, ya es algo tarde, creo que dejaré a Maggie descansar e iré a casa para comer algo.
—Yo podría llevarte, no es ningún problema.
—¿De verdad? Eso estaría perfecto. Solo debo despedirme ...
—Claro, yo también lo hare— me dirigí hacia Maggie, le sonreí y continue— Fue un placer conocerla, espero que volvamos a vernos pronto, aunque no aquí, obviamente. Que tenga una linda noche, Maggie.
—Por favor, tuteame, Daniel. También ha sido un gusto para mí, conocerte al fin. Espero que descanses.

—No me tardaré, Maggie, mañana estaré aquí antes de que despiertes, iremos a casa y ordenaremos tu comida favorita. Te amo, hasta mañana (Victoria se acercó a Maggie y beso su mejilla).

...

En el camino a casa de Victoria, hablamos mucho, ella se sentía más radiante, más relajada, no se parecía en nada a la chica que encontré llorando hace unas horas, todo se sentía bien. Ambos estábamos felices.

—Ahora que todo ha mejorado ... Quizá podamos visitar el zoológico otra vez ... Los dos ... Al mismo tiempo, es decir, juntos.

Estoy seguro de que en ese momento mi rostro se iluminó por completo.

—Seria fantástico, tú dime cuándo puedes e iremos.
—Claro, yo te digo mañana.

Habíamos llegado, Victoria bajo del auto, yo también baje y la acompañe a su puerta.

—Daniel, en verdad te agradezco que te hayas quedado hoy. Lo necesitaba, aunque no se notase en un principio. En verdad, gracias.
—No es nada, no tienes de que preocuparte. Descansa, Victoria, ten una linda noche.

Victoria me dió un rápido abrazo, me sonrió y entro a su casa, yo volví al auto.

Estaba muy feliz, el día había dado un giro inesperado pero a fin de cuentas todo terminó bien. Estoy seguro de que algo ha cambiado, Victoria había decidido confiar en mí, se había abierto a mi. Ya no era lo mismo que hace unos días ... Estábamos mucho mejor.

Ella Es VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora