Victoria sonreía y se veía preciosa, me era bastante difícil mirar otra cosa que no fuera su bella sonrisa. Ella me atraía de una forma tremenda ... Sentía la enorme necesidad de besarla, pero temía que me rechazará. No quería estropear las cosas.
—Me gustas, Daniel. Me gustas mucho y eso es un gran problema— Victoria se puso muy tensa al decirlo, no entendía el motivo—.
—¿Qué? ¿A que te refieres?. Tu a mi me encantas, me pareces irresistible en todos los sentidos, eres la mujer más bella que he visto y sin duda alguna me atraes de una manera inexplicable. Hasta ahora, mantenía mis dudas, pero ahora que lo has dicho ... ¿Cúal es el problema?
—El problema es que no me gusta desviarme de mis objetivos. Vine aquí a trabajar, no a hacerme de un novio. Estoy centrada en mi trabajo y en Maguie. No tengo espacio para nada más.
—¡Por favor! Date la oportunidad de conocerme más, danos una oportunidad, por favor. Te prometo que esto no será un problema.
—No lo sé, Dan—Victoria parecía confundida, contrariada— ¿y si no funciona? Además solo estoy aquí por el trabajo, no vine a quedarme.
—No lo pienses mucho, por favor. Hay que disfrutar del ahora, de hoy especificamente. ¿Qué te parece?.
Victoria me vio fijamente, su ondulado cabello se agitaba con el viento, ella estaba a punto de decir algo cuando lo hice. La bese antes de que ella pudiera decir algo, la estreche contra mí y la envolví en mis brazos. Sentí su calor, note su sorpresa y tuve miedo de que se marchara, pero contrario a eso, me miro de la forma más tierna posible, posó su mano en mi nuca y me devolvió el beso. Sentí su cálido aliento y supe, supe en ese momento que esto no sería un romance cualquiera.
...
—¡Sé que ella no se marchó! ¡Alguien la ha obligado!—estaba gritando, Holden me había sacado de quicio, no me escuchaba—¿No lo comprende?
—¿Qué quiere que comprenda? Ya le he dicho lo que mi gente y yo sabemos, usted es el que no comprende. Un insignificante anillo no nos ayuda mucho, su prometida pudo haberlo tirado sin querer. Quizá lo olvido cuando salía de su casa.—él era cruel, sin duda alguna lo era, era cruel y directo—.
—¡Usted no lo entiende! Ella nunca se lo quitaba, nunca lo hubiera votado así sin más.
—Mire, realmente lamento mi reacción, me he alterado y no he respondido de manera profesional, le pido una disculpa por ello. Sé que esto es muy difícil para usted, para toda su familia también pero en especial para usted, sin embargo, yo solo le estoy diciendo la verdad, o al menos, lo que parece serlo. Mis agentes no encontraron ni un solo indicio de violencia en su casa, no hay señales de que se hayan violado las cerraduras de la casa, ni hay rastro alguno de que alguien más, aparte de la señorita Victoria estuviera ahí. Todo estaba en perfecto orden cuando llegamos. Cuando alguien es tomado por la fuerza, hay señales. Pero en esta ocasión no encontramos nada. Lo lamento. Sé que la idea de que el amor de su vida lo abandonara resulta imposible, además de dolorosa, pero ... la gente cambia, Sr. Adams. Quizá no conocía demasiado bien a la señorita Ross.
Tragué saliva, de repente, sentía un enorme peso sobre mi, las palabras de Holden me pesaban, me sentía mal, tenía que salir de ahí, solo di media vuelta y me fui. Al llegar al estacionamiento, subí a mi auto y me quedé ahí, solo pensaba en ella. En Victoria y en todo nuestro amor. Era imposible que ella se fuera. La idea de que ella se hubiera ido por decisión propia me desgarraba el alma. No podía creerlo, me resultaba demasiado doloroso concebir la idea. Ella no haría eso. Estoy seguro. Yo no me daría por vencido, seguiría buscando imparablemente hasta encontrarla.
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Ella Es Victoria
Mistério / SuspenseCuando Victoria Ross entró por aquella puerta para salvar a la empresa familiar de irse a la ruina, Daniel Adams jamás pensó que ella se convertiría en su alma gemela. Sin embargo, de una loca y extraña manera ambos terminan perdidamente enamorados...