Capítulo 13: "El destino dirá"
Querría pensar que Jimmy me besaría esa noche y todo sería perfecto. Pero cuando acabó la canción, anunció que teníamos que irnos y prosiguió a dejarme en la puerta de mi casa, como un caballero haría. Lástima que yo no buscaba eso, por lo que cuando sólo me dio un casto beso en la mejilla la burbuja de amor se reventó cual granada sin seguro.
Chicago se encontraba en un proceso de congelamiento absoluto y ya en vísperas de Navidad la emoción se respiraba en el aire. Siempre había pensado que era una celebración familiar pero aún así me gustaba pasarlo con más personas que mi propia familia, y esto lo entendían muy bien los habitantes de Chicago.
La mayoría ya había colocado sus arbolitos y como no las luces verdes y rojas y elementos extravagantes. En mi barrio la decoración era la justa y necesaria pero mientras más uno se acercaba al centro las luces y decoraciones encandilaban la noche.
Ya era domingo y la oscuridad ya se mostraba, puesto que estaba de vacaciones, Becka se encontraba en mi casa pasando una tarde de chicas.
—Y, ¿cómo te fue en el baile? —preguntó ella mientras masticaba un chocolate.
La miré extrañada. —No fui.
—¿Qué? ¿Y Max?
—Pensé que ya te lo había dicho. —hice un gesto con mi mano restándole importancia—, el moreno enfermó y no asistí.
Sonreí recordando lo que había pasado después con Jimmy.
Becka me miró con las cejas levantadas y una sonrisa divertida. —Anda dime, ¿que fue lo que pasó esa noche?
Y así fue como le expliqué detalladamente cada acontecimiento -romántico y no- de esa noche. Ella se quedó analizando mis palabras por unos momentos y luego dijo:
—Creí que era mentira cuando me dijeron que te gustaba Baker.
Fruncí el ceño. —¿Quién te dijo eso?
—Samantha.
Oh-oh.
—Mmm... ¿de hace cuánto son amigas?
Ella dudó un momento. —Básicamente nuestros padres se conocen y yo, obviamente, creé una relación con ella. Aunque no somos best friends ni nada de eso.
Tendría que controlarme un poco en lo que hablaba si la pelirroja era amiga de esa bruja. Y es que sabía que se traía algo oculto pero no podía adivinar qué. Desde pequeña esa chica rubia había avasallado con todas las chicas del curso, excepto por su amiga y esclava Ana. Siempre ha tenido algo contra mi, cuando pequeña eran simples insultos y empujones, pero cuando creció la maldad también lo hizo en su interior. Recuerdo una vez que se metió con mi hermano sólo para entrar a mi cuarto y robarse mi diario, rebelándolo a toda la escuela. Era una desgraciada.
—Sabes que no es verdad.
Becka rió. —A mi no me mientas, ¡eres muy notoria!
Los colores se me subieron a la cara. —Claro que no.
—Que sí. Talía quiere a Baker, Talía quiere a Baker—cantó cual niña de cinco años.
Agarré un cojín y se lo estampé en su cara. —¡No! —grité.
Su voz cantarina aún se escuchaba entre la tela y algodón del pequeño cojín, me irritaba de una manera exasperante que me molestaran con esas cosas ya que sabía que me sonrojaba y terminaba contándolo. Pero esta vez mi boca se abrió sin pensar lo que iba a decir:
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Siempre entre Dos
RomanceTalía Collins es una chica impulsiva, habladora y bipolar; una mujer a toda regla. Matt Baker es un chico atlético, misterioso y presumido; un popular por donde lo mires. Brian Walker es un chico amable, simpático y seguro; un Marine de pies a...