Capítulo 17: "De milagros y verdades"
—Ya, déjame ver si lo entiendo—mencionó Jimmy confundido—¿soy hijo de tu abuela? ¿Qué clase de mentira es esa?
—No es una mentira—gruñí.
Llevábamos así más o menos una hora. Estábamos en un local de comida rápida cerca de mi casa y en donde había soltado toda la bomba.
No pude creerlo cuando mi padre me lo dijo, pero el juró que era verdad y que no molestara a mi madre ahora con el tema. Así que me tocó decirle a la otra parte afectada: a mi tío. Iug que mal sonaba eso.
—¿Sabes lo que estás diciendo Talía? —gruñó el—estás diciendo que mi madre, la mujer que tanto amaba, mi pilar en esta vida... que ella no es mi mamá. ¿Cómo te atreves?
—Calma—dije casi en un tono inexpresivo—ella sigue siendo tu mamá, al fin de cuentas ella fue la que te cuidó y crió, así que no pienses algo diferente. Mi abuela... simplemente no se hizo cargo de ti, así que no sé... es muy confuso.
—Dímelo a mí—soltó un suspiro—me ha costado un montón adaptarme a la casa de mi padre, si es que le puedo llamar así, es una casa de locos y ahora me dicen que tengo otra familia. Es como si hubiera vivido engañado toda mi vida.
Reí a medias sin que el lo notara. Jimmy podía ser tan dramático a veces que causaba risa. Pero por un lado lo comprendía, había compartido diecisiete años de su vida con personas que pensó que eran sus padres y familia, y de repente ya no. Todo se esfuma, todo muere.
—¿Qué vas a hacer ahora? —pregunto revolviendo mi taza de café cargado—o, ¿Qué vamos a hacer?
—¿A qué te refieres? Si es por lo nuestro, todo seguirá igual.
—Ya. Pero será algo raro, sobre todo cuando mis padres se enteren.
—Mira Talia, sé que es tu familia pero ellos prácticamente me dejaron tirado, así que no creas que intentaré crear lazos. Tu abuela para mí no es nada.
Miré su expresión decidida y no fui capaz de contener las palabras que salieron de mi boca.
—Te recuerdo que mi abuela —dije recalcando las palabras—está desaparecida, así que pediría un poco de consideración de tu parte.
Me levanté de la silla con un chirrido y fui a parar a la ahora, no tan desagradable, brisa de fines de enero.
Era agradable pasear por las calles de Chicago en este tiempo, cuando no hacía mucho calor pero tampoco mucho frío. Hacía que cada poro de mi piel respirara y me relajara.
Sentí que Jimmy me seguía sólo unos pasos más atrás, pero no me dirigió la palabra hasta que habíamos avanzado dos cuadras.
—Perdona—dijo tomándome del brazo—. Es tan difícil para ti como para mí.
—Lo sé. Lo siento.
Me observó con sus ojos verdes, no podría decir que me miró porque no lo estaba haciendo, el estaba mirando más allá de mi haciendo que sus ojos cambiaran de color mágicamente. Me gustaban esos ojos, los que cambian con la luz del día, con el clima o simplemente cuando se les daba la gana. Me gustaban sus ojos.
—No significa nada.
Fruncí el ceño mientras él tomaba mi cara entre sus manos.
—¿Podrías ser más específico?
El medio sonrió. —Lo nuestro no va a acabar.
Cerré los ojos e inhalé, su aroma inundó mis fosas nasales y por un segundo todos los problemas y preocupaciones desaparecieron.
Me dio un beso dulce que reavivó mis sentimientos hacia el, la química era palpable y si seguíamos así ni me imaginaba de lo que podría pasar.
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Siempre entre Dos
RomanceTalía Collins es una chica impulsiva, habladora y bipolar; una mujer a toda regla. Matt Baker es un chico atlético, misterioso y presumido; un popular por donde lo mires. Brian Walker es un chico amable, simpático y seguro; un Marine de pies a...