Capítulo 1: Instituto del horror.
Mamá me despierta a las siete de la mañana en punto como siempre, pero no tengo mucho ánimo ni muchas ganas de levantarme, no me da gracia ir al Instituto. ¿A quién sí? Levantarte temprano para ir un lugar en donde te imponen reglas absurdas y quieres que aprendas cosas que a veces no sirven en la vida cotidiana y, lo peor de todo, estar rodeada de gente que no tiene ni un poquitito de cerebro.
Por más que me queje sé que no conseguiré nada, así que me levanto y me doy una rápida ducha, tratando en vano de espabilar mi cuerpo a las siete en punto de la mañana. Me visto con algo sencillo y rápido y por último me maquillo un poco.
"Eres bonita" "Te ves bonita" me repito a mi misma frente al espejo cuando estoy vestida con algo casual. No suelo mirarme mucho al espejo por eso mismo, hay días y días, y todas las mujeres lo saben.
Luego voy a la cocina y tomo desayuno lentamente para que papá me lleve, le queda de camino a su trabajo por lo que no hay complicaciones en que lo haga.
—¡Que tengas un buen día hija! —Grita él cuando voy entrando por la puerta principal del gran Instituto Monroe.
No me doy vuelta pero sé que hay miradas burlonas viéndome. Papá siempre hace eso, sin saber la vergüenza que me trae. Se que no es culpa de el, si no de toda esta gentuza que se pasea por aquí. ¿Por qué la gente no puede ser más disimulada y meterse en sus propios asuntos? Aunque no sé por qué me quejo, Monroe Hills siempre ha sido así. El clásico Instituto donde se acumulan todos los ricos de la ciudad, en otras palabras, todos los hijitos e hijitas de papá. Yo no me incluyo en ese grupo, solo soy una chica de clase media con mucha fortuna de estar aquí.
Este día está comenzando a andar mal y mis instintos están alerta sobre cualquier amenaza. Desde pequeña había sido víctima de las burlas de algunos de mis compañeros, tenía mi carácter y sabía defenderme pero ya estaba harta de todo y de todos. Había sido demasiado, sobre todo ahora que estaba en penúltimo año.
Camino tranquila hacia la clase de Biología porque ésta es una de mis favoritas, pero sin darme cuenta alguien coloca el pie entre los míos y lo siguiente que sé es que voy cayendo rápidamente al suelo.
—¡Pero que mierda... —Caigo de bruces pegandome en la barbilla.
Desde dentro de la sala siento las carcajadas y las miradas de personas.
—Miren quien ha llegado —dice una voz ronca—, si no es la ratita de laboratorio.
Las risas aumentan de tono gracias a su comentario y cómo no, si el es Jimmy Baker, uno de los imbéciles más populares de mi clase. Lamentablemente se gasta unos fabulosos abdominales y sus ojos verdes te dejan atrapada, todo eso por ser un maldito jugador de lacrosse. No era el capitán del equipo pero sí se destacaba, además de que era un pijo y niñito de papá. Si algo quería, lo conseguía.
Teo, mi chico ideal, crush, amor platónico y todo lo que pueda existir, se acerca con cara seria a mi y me extiende una mano, confiada en su actitud la tomo, pero con un fuerte movimiento me suelta y vuelvo a caer brutalmente al suelo. Carcajadas y más carcajadas hasta que un silencio llega.
—Todos a sus asientos —dice Mr. Steven serenamente.
¿Pero qué carajos? Hey, estoy aquí botada al lado de la puerta por donde usted pasó.
No lo seguí culpando a el por mi desgracia y sin más remedio me paré, recogí todos mis libros que estaban desperdigados por el suelo y me eché en mi asiento con vista a la ventana. Instituto de mierda. Comienza el día uno.
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Siempre entre Dos
RomanceTalía Collins es una chica impulsiva, habladora y bipolar; una mujer a toda regla. Matt Baker es un chico atlético, misterioso y presumido; un popular por donde lo mires. Brian Walker es un chico amable, simpático y seguro; un Marine de pies a...